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miércoles, 28 de septiembre de 2011
Un mundo mejor
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“En algún apartado rincón del universo centellante, desparramado en innumerables sistemas solares,
hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento.
Fue el minuto más arrogante y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo fue un minuto.
Tras breves respiraciones de la naturaleza el astro se volvio rigido y los animales inteligentes debieron perecer.”
F. Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral
Una parte de nuestra vida transita entre sueños, anhelos y utopías. Otra se consume en tener presente. También, algo dentro de nosotros, busca dejar un legado, como testimonio de nuestra presencia en el mundo de los vivos. Para algunos, con dejar descendencia, unas que otras fotos, algún escrito o algún bien material, la misión esta cumplida. La simplicidad de lo vivido les dio para eso. Para otros, el sentido de la existencia y de trascender como seres vivos de este planeta, pasa por hacer aportes sinceros para mejorar el mundo en que vivimos y crear bases que nos permitirá avanzar hacia un mundo mejor para los nuestros y el resto de las especies.
¿Es posible crear un mundo mejor desde el presente?
Un mundo mejor es una construcción dinámica y permanente que como generación, aun cuando nos disperse una cultura de las prisas, la administración de un presente que adsorbe una buena parte de nuestras energías, es el gran compromiso por la continuidad de la vida, que no debemos obviar, ni olvidar.
Contribuir a que las cosas cambien a favor, no es tarea exclusiva de científicos, maestros, filósofos, poetas o estadistas. Usted desde su modesta trinchera de vida, puede hacer su parte. Defender el ambiente, proteger sus especies, sembrar árboles, frenar el sobre consumo, impartir educación ambiental, entre otras, es una manera de ponernos a trabajar para que ese mundo mejor ocurra. Todo lo que podamos hacer desde ya, será la verdadera huella.
Al final del ciclo, de este maravilloso perigranaje por la Tierra, diremos cuando en retrospectiva nos preguntemos ¿Qué hicimos para que este mundo sea mejor?. Ojala que tu, amigo lector, junto a otros muchos màs podamos decir que si aportamos por mejorar nuestro ùnico mundo.
sábado, 24 de septiembre de 2011
ECOESCUELA
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El secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, señalo en el discurso de apertura de la 66ª sesión de la Asamblea General, que “…entre las cinco oportunidades operacionales para moldear el mundo, la defensa del ambiente es determinante y solo con la educación seremos capaces de producir un cambio de actitud masiva para su conservación, donde las escuelas son el punto de partida”. Esta misma inquietud, es antecedida por la propuesta realizada en la Agenda 21 en la Cumbre de Río de Janeiro, donde se habla de la necesidad de transformar la escuela tradicional en ecoescuelas, como un instrumento generador de los valores requeridos para afrontar con éxito las nuevas realidades.
ECOESCUELA significa, repensar nuestra educación primaria y básica. Replantearse cual es la manera mas efectiva para profundizar y aprehender valores, conductas y compromisos, como herramientas de vida para enfrentar los retos del milenio. Es darle a las escuelas una plataforma discursiva, reflexiva, dinámica y colectiva, que le permitan llevar el pulso del acontecer mundial, donde el tema ambiental, es la columna vertebral que entrelaza las preocupaciones continentales.
La realidad mundial, exige escuelas con un rol protagónico, que trasciendan de ser los espacios donde solo se imparte una educación, normatizada por alguna ley o reglamento o programa, muchas veces aisladas y a la buena de dios, y ahora, pasar a ser una vanguardia temprana, la base natural de la universalidad del conocimiento integrado, transdisciplinario, formadora de la sociedad del futuro inmediato. Son en las escuelas y no en las universidades donde se definen y moldean las nuevas generaciones.
Los defensores o contaminadores del futuro, los garantes o no, de tener comunidades dignas y condiciones de vida apropiada, están en el presente, sentados en los salones de clase de nuestros planteles educativos. En nuestras manos, en la actitud de involucrarnos, de participar, en el compromiso de las maestras y maestros y en ese instrumento llamado ECOESCUELA, esta la oportunidad de formar los ciudadanos que aportaran las acciones que determinaran que tipo de futuro tendremos.
Si algún don en esta vida es valioso, es la capacidad de aterrizar las ideas, de darle forma a las buenas intensiones y hacerlas tangibles y medibles. En Venezuela, en el Estado Zulia, al Occidente del país, ECOESCUELA es una realidad. Quijotesca y valiente en sus inicios, ha sido la experiencia de la ONG Azul Ambientalistas (http://www.azulambientalistas.org/ecoescuelas.html), acompañada del sector privado a través de la Fundación ENNE y de directoras y maestras llenas solo de fe. Ahora, con una visión regional de civilidad, impulsada desde la Zona Educativa, ECOESCUELA entra en el corazón de 1600 escuelas públicas y privadas.
La historia, desde ya les tendrá un sitial de honor a estos pro hombres y mujeres que con convicción y coraje aportan sus esfuerzos para un mundo mejor
sábado, 10 de septiembre de 2011
De las ideologías al pensamiento ambientalista
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A finales del siglo 19, se gestaron las ideologías que desplazaron definitivamente al pensamiento religioso. Estas ideologías, irrumpen fracturando a la humanidad y convierten al siglo 20 en el epicentro de los debates, entre la tesis comunista y la capitalista. Aun cuando aparecieron los matices, de ambas partes, dichos enfoques polarizaron el pensamiento político hasta la llegada misma del siglo 21. También a finales del siglo 20, aparecen las primeras acciones de los llamados ambientalistas.
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El nuevo capitalismo, el capitalismo del siglo 21, el nuevo socialismo, el socialismo del siglo 21, son los últimos suspiros, de los ya debilitados amarres o anclajes, de quienes como el avestruz, ante el pánico o incomprensión de lo que sucede, meten la cabeza en un hueco, para evadir así la realidad. Una suerte de incapacidad misma por no entender, las necesidades cada vez más estruendosas, de una población que busca interpretar las dramáticas señales que nos envía el ya descompuesto planeta Tierra.
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El siglo 21, empieza a mostrar los descontroles creados o acumulados en la naturaleza y la humanidad comienza a vivir las contingencias mas intensas de los llamados fenómenos naturales. Pareciera prematuro decir, que el cambio climático empieza a dar muestras de inusuales y alarmantes eventos. Para los científicos de los países contaminadores, todo es parte de un ciclo natural de enfriamiento o de calentamiento que sufre el globo terráqueo.
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Donde no hay divergencias teóricas o científicas, es que la población mundial de los humanos aumenta exponencialmente y los recursos se agotan geométricamente. La acelerada dinámica prevé que en 50 años, nadie se va acordar, de alguna de esas ideologías, que en nombre de ellas, en el pasado nos matábamos. En el futuro próximo, la atención estará centrada, en cómo sobrevivir en un mundo prácticamente diezmado, por el egocentrismo de una parte de la humanidad, que nunca fue capaz de buscar el equilibrio, de reutilizar, reciclar y reducir los sobre consumos, de reconocer la existencia de los otros habitantes del planeta tierra. La producción alimentaría en los venideros años, estará ligada a los océanos, en hacer parcelas en los mares, para la producción de nuevos alimentos y agua potable o lanzar al espacio misiones colonizadoras/depredadoras e iniciar así la era de los "Terminator planetarios". Planeta que encuentren, igual lo agotaran, lo contaminaran y lo destruirán.
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En oposición a ese estilo de vida de los antiplaneta, este nuevo siglo es también testigo del crecimiento exponencial de los ambientalistas. Las manifestaciones en favor de la defensa planetaria dejaron de ser acciones de unos pocos y pasaron hacer movilizaciones de muchos y de manera simultánea en los distintos continentes del mundo. Los ambientalistas traen una nueva agenda de convivencia, que busca remplazar la anacrónica y homocéntrica visión del mundo, por nuevos acuerdos de convivencia con la biodiversidad planetaria. El Contrato Social entre humanos pasara a ser historia patria y lo sobrevira el Contrato Natural, que se impondrá como el gran acuerdo de este siglo. Comenzamos así la gran marcha, guiados por el faro que alumbrara los tiempos venideros: la ideología ambientalista. Quien gobernara a la humanidad hasta el fin de sus días.
lunes, 5 de septiembre de 2011
The Primary Forests of America, the great terrestrial paradise
The planet Earth is a whole and in order to understand we need patience to comprehend each of its edges, including its forests.
I give the readers, this simple reading on the primary forests of our America, I am sure that when you finish, your vision conservationist will have a larger dimension.
The primary forests are ecosystems that cover ten percent of the land surface, being them only ones preserved in a virgin state (or a good part of them) and they are large enough to ensure the survival of the vast majority of living beings, including migratory species.
According to scientists and environmentalists, 80% of these forests were destroyed and the rest of them are threatened by logging, oil exploitation, mining, construction of dams, roads, expansion of agriculture and livestock.
The 75% of the world’s primary forests are found in Canada and Alaska, Russia, the Amazon and the Guyanas. In the case of Europe, only remains 0.3% of the original forest in Sweden and Finland, in large uninterrupted areas.
Of these primary forests, the Amazon contains the greatest biodiversity, with 50% of all terrestrial animals and plants that depend on it for survival. Twenty million people, including many indigenous peoples, living in the Amazon.
Scientists state, that ecosystem remains around 60,000 species of plants, 1,000 species of birds and 300 species of mammals. The Amazon is also home to 20 million of Amerindians and Portuguese .
These communities depend on the forest to live. The forest provides them with everything from food and shelter, tools and medicines.
Following in the subcontinent, the South American temperate forests cover the regions of southern Chile and Argentina, represent the largest intact temperate forest in the world.
It is home to plant and animal species unique to this region. Such as the puma (Puma concolor), the mountain lion is a mammal of the Felidae family, the Darwin frog, the Pudu deer, the Chilote fox or the Araucaria tree.
In this forest indigenous communities live as the Pehuenche of the Valley of Quinque, Chile, or the Mapuche Indians of Huitrapulli and other local communities have always depended on the natural wealth of forest for their livelihood.
We also own the primary forests of North America and Canada that cover various types of forests. These include the boreal forest belt that stretches between Terranova and Alaska, the temperate rain forests of the coast of Alaska and Western Canada, and the multitude of residual areas of temperate forest in remote areas.
Together, these forests store enormous amounts of carbon, helping to stabilize climate change, and provide refuge for large mammals such as the grizzly bear, the cougar and the wolf gray, who formerly occupied the entire continent.
In Canada, it is estimated that primary forest provides habitat for about two-thirds of the 140,000 species of plants, animals and microorganisms in the country.
Of the seven remaining primary forests in the world, three are in Africa. The new century gives us this wonderful natural inventory.
The challenge will Preserve them. It is the great American legacy, we are the owners of Eden’s life, the true earthly paradise.
By Lenin Cardozo / Mariana Jaramillo
domingo, 4 de septiembre de 2011
Los bosques primarios de América, el gran paraiso terrenal
El planeta Tierra es una globalidad y para entenderlo, necesitamos la paciencia de comprender cada una de sus aristas, entre ellas, sus bosques. Pongo a disposición del lector, esta sencilla lectura, sobre los bosques primarios de nuestra América, seguro estoy que al terminarla, su visión conservacionista tendrá una mayor dimensión.
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Los bosques primarios son ecosistemas que cubren un diez por ciento de la superficie terrestre, siendo ellos los únicos que se conservan en estado virgen (o una buena parte de ellos) y son lo suficientemente grandes como para garantizar la supervivencia de la gran mayoría de los seres vivos, incluidas las especies migratorias. Según científicos y ecologistas, el 80% de estos bosques fueron destruidos y lo que resta de ellos, están amenazados por la explotación maderera o petrolífera, minería, construcción de embalses, carreteras, expansión de la agricultura y la ganadería. El 75% de los bosques primarios del mundo se encuentra en Canadá y Alaska; Rusia; la Amazonia y las Guayanas. En el caso de Europa, sólo queda el 0,3% del bosque original en Suecia y Finlandia, en grandes áreas ininterrumpidas.
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De estos bosques primarios, la Amazonia contiene la mayor biodiversidad, con el 50% de todas las especies de animales terrestres y plantas, que dependen de ella para sobrevivir. Veinte millones de personas, incluyendo numerosas poblaciones indígenas, habitan en la Amazonia. Los científicos afirman que ese ecosistema se mantiene alrededor de 60.000 especies de plantas, 1.000 especies de pájaros y más de 300 especies de mamíferos. La Selva Amazónica es también, el hogar de 20 millones de personas origen amerindio y portugués. Estas comunidades dependen del bosque para vivir. La selva les proporciona de todo, desde comida y resguardo, a herramientas y medicinas.
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Siguiendo en el subcontinente, los bosques primarios templados de Sudamérica cubren las regiones de sur de Chile y Argentina, representan la mayor extensión de bosque templado intacto del mundo. En él se albergan especies vegetales y animales exclusivas de esta región. Tales como el puma (Puma concolor), león de montaña, es un mamífero de la familia Felidae, la rana Darwin, el ciervo Pudú, el zorro Chilote o el árbol de la Araucaria. En este bosque habitan comunidades indígenas como los Pehuenche, del Valle de Quinquen, en Chile, o los indios Mapuche de Huitrapulli y otras comunidades locales que siempre han dependido de la riqueza natural del bosque para su modo de vida.
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También poseemos los bosques primarios de Norteamérica y Canadá que comprenden diversos tipos de bosques. Incluyen el cinturón de bosque boreal que se extiende entre Terranova y Alaska, los bosques templado-lluviosos de la costa de Alaska y Canadá Occidental, y la multitud de zonas residuales de bosque templado en regiones apartadas. Juntos, estos bosques almacenan enormes cantidades de carbono, ayudando a estabilizar el cambio climático, y proporcionan refugio a grandes mamíferos como el oso grizzly, el puma y el, lobo gris, quienes ocuparon antiguamente todo el continente. En Canadá, se estima que el Bosque Primario proporciona un hábitat a unos dos tercios de las 140.000 especies de plantas, animales y microorganismos del país.
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De los siete bosques primarios que quedan en el planeta, tres están en el continente. El nuevo siglo nos entrega este fabuloso inventario natural. El desafío será presérvalos. Es el gran legado americano, somos los poseedores del edén de la vida, el verdadero paraíso terrenal.