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viernes, 23 de diciembre de 2011

Estaciones biológicas venezolanas estudiaran el efecto del Cambio Climático en las selvas nubladas y bosques de costas

La Estación Biológica Rancho Grande, ubicada en el Parque Henry Pittier, en el ciudad de Maracay, Estado Aragua y la Estación Biológica Pueblos de Agua, ubicada en el Centro de Educación Popular de Santa Rosa de Agua en la Ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, acordaron estudiar los efectos del cambio climático en la selva nublada y en los bosques de costa, en una primera fase, en la región Centro Occidental del país.
Sus directores los Ingenieros Pedro Delgado y Lenin Cardozo respectivamente, expresaron que esta iniciativa también aspira a convocar a las escuelas y/o facultades de ciencias, forestales o ambientales para sumarse a esta propuesta. Igual, invitan, a los investigadores que están estudiando el Cambio Climático en las distintas regiones de América, hacer causa común y juntos consolidar un diagnostico que permita entender en el Continente, el verdadero impacto de este fenómeno climático.
Así, mismo se proponen a desarrollar programas de investigación sobre la biodiversidad asociadas al manglar de costa de la Cuenca del Lago de Maracaibo y las costas de Aragua; las selvas nubladas de la Sierra de Perijà y del Parque Henry Pittier. Profundizar estudios sobre migración, la biología, censos de aves, Estimular el intercambio de investigadores, estudiantes y visitantes entre las dos Estaciones Biológicas. Desarrollar nuevos Senderos Ecológicos de Interpretación tanto en los espacios acuáticos como terrestres, entre otras actividades.
Finalmente agradecen, el creciente interés que cada día manifiestan los medios de comunicación digitales, redes sociales, prensa escrita, radio y televisión, al permitirles a los ciudadanos estar informados y alertas, ante cada una de las contingencias que en materia ambiental se está viviendo en la región.

My Jirajara blood

The ethnicity of Jirajara is that of Caribbean descent, named after Amerindians predominantly from the north of South America, at the time of first contact by the Europeans with these populations in the late fifteenth century. These Indians were located in the center-west of what is now the Bolivarian Republic of Venezuela. Prosperous farmers dedicated to crops of corn, vegetables and banana plots but also fearsome warriors.
For more than a century these indigenous people were represented by their actions of resistance, tenacious and organized Venezuelan tribes. In the twentieth century, they dissappeared throughWesternization. The maternal grandmother of my mother was named Buenaventura, she was a Jirajara Indian.
Speaking of Westernization, some time ago my attention was drawn to the origin of surnames, and I found a certain sense of peace in thinking mine was European, thinking that my people came from Erurope was something of a distinction that I assumed from that supposed origin. It was unthinkable, to imagine another root different from that. Also, in those years, my autism everyday, my self-absorption associated with my human ambitions, my thoughts were encapsulated, the only relevant issue being what would happen in association with my personal well-being. One day, I do not know exactly when it happened, I began to see the trees, the foliage, mountains, sky differently. My affection for my biological mother, increased my love for my natural mother. And I realized that it was time to give back to Planet Earth all that had been given to me.
This sense of responsibility, had its genesis or was rather in my genes, genes that are not exactly those brought in by the Conquistadores, but in the indigeneous blood of those born on this continent that expressly knows this purpose. Our western educated conquerers, sold us the "belief" that the Indians and destitute, are almost the same. Beings nothing special. Developmentaly backward and enemies of progress. My mistaken pride, to have taken testimony to the vilest name subjugation and to have lived within the Caucasian paradigm. A powerful "evangelization" that has made us unaware of our essence.
The environmental and conservationist attitudes of Americans flows from their native blood. The worldview of the planet, reverence for Mother Earth is of indigenous origin, this is what has made us a distinct people, perceptive, caring, able to make a life coexisting in harmony with nature.
Even for those born on the American continent, who have descended from various waves of immigrants, they also acquire that sense of belonging and affection for these latitudes. There exists invisible threads, cultural, anthropological, sociological, that binds them, they are caught and tied to this land we walk on, that distinguish us and makes us unique.
Late, but maybe even with some time, I find one who has guided my environmental practice, my Jirajara blood.
By Lenin Cardozo and Edith Regier

lunes, 19 de diciembre de 2011

Mi sangre Jirajara

La etnia Jirajara, era de ascendencia Caribe, nombre que se le dio a los amerindios predominantes al norte de Suramérica en la época del primer contacto de los europeos con estas poblaciones, a finales del siglo XV. Estos indígenas estaban ubicados en el centro-oeste de lo que actualmente es la República Bolivariana de Venezuela. Prósperos agricultores dedicados a las labranzas de maíz y conucos de legumbres y platanales, pero también temibles guerreros.
A lo largo de más de un siglo representaron las acciones de resistencia indígena más prolongada, tenaz y organizada por parte de alguna tribu venezolana. En el siglo XX, la occidentalización los termino de desaparecer. La abuela materna de mi madre, llamada Buenaventura era una india Jirajara.
Hablando de occidentalización, hace algún tiempo me llamaba la atención el origen de los apellidos, de alguna manera me daba cierto bienestar pensar que los míos venían de Europa, era algo así, como presumir que tenía alguna distinción por la supuesta procedencia. Impensable, buscar otra raiz distinta a esa. También, en esos años, mi autismo cotidiano, mi ensimismamiento asociado a mis ambiciones humanas, mantenían mis pensamientos encapsulados, lo único relevante era lo que podía ocurrir asociado a mi bienestar individual. Un buen día, que no sé exactamente cuando ocurrió, empecé a ver a los arboles, al follaje, las montañas, el cielo de manera distinta. Mi afecto por mi madre biológica, acrecentó mi amor por mi madre natural. Y entendí que ya era el tiempo de retribuirle al Planeta Tierra todo lo que hasta ese momento había hecho por mí.
Este sentido de responsabilidad, tiene su génesis o mejor dicho sus genes, genes que no son precisamente lo traídos por los Conquistadores, en la sangre indígena de quienes nacidos en este Continente tenemos, que la obviamos, que ex profesamente la desconocemos. Nuestra occidentalizada educación de vencedores, vendió la “creencia” que los indígenas e indigentes, son casi lo mismo. Seres nada especiales. Atrasados y enemigos del desarrollo, del progreso. Equivocado orgullo el mío, por tener un apellido testimonio del más vil sometimiento y convivir dentro del paradigma caucásico. Poderosa “evangelización” que nos ha hecho desconocer nuestra esencia misma.
La actitud ambientalista, conservacionista de los americanos fluye por su sangre aborigen. La cosmovisión del planeta, la veneración por la madre Tierra es de origen indígena, eso es lo que nos ha hecho ser ciudadanos especiales, perceptivos, solidarios, capaces de hacer de la convivencia con la naturaleza un estilo de vida.
Aùn cuando los nacidos en el Continente Americano, sean descendientes de las distintas oleadas de inmigrantes, tambien ellos, adquieren ese sentido de pertenencia, de afecto por estas latitudes. Existen esos hilos invisibles culturales, antropológicos, sociológicos, que los vinculan, los atrapan y amarran a esta tierra que pisamos, que nos distengen, que nos hace unicos.
Tardiamente, pero quizas aun con algo de tiempo, descubro el ser que ha guiado mi práctica ambientalista, mi sangre Jirajara.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Yoga, Tai Chi, ancient cultures,environmentalists? An interview with Egilda Yoga instructor.

Egilda Parra has had a professional career as a teacher for over thirty years. She is currently a Naturopath (natural medicine practitioner). During the last twenty years she has been dedicated to teaching Hatha - Yoga, a branch of Yoga that is focused on the preparation of the physical body for the practice of the followers of this discipline, it is an energetic method where the physical and spiritual become integrated. Yoga is a philosophy of life because it internalizes the three basic concepts that are derived from natural medicine to live in health: healthy eating, thinking positive thoughts- modulating the emotions, physical exercise. By implementing these basic foundations of natural medicine, according Egilda, you learn to live in health, wellbeing is gained at the physical, mental and emotional levels. The benefit of Yoga goes beyond the physical because it increases the level of harmony in ones interaction with the environment a product of the physiological changes of an active practice. Endocrine Massage is one of the benefits, balancing hormonal functioning, ie activating the energy that the body needs daily.
Interviewer: Master Egilda , can ancient disciplines such as yoga, Tai Chi, among others, function outside of the environmental reality?
Master Egilda: Breathing integrates mind and body. Breathing is life. Correct breathing calms the mind and controls the emotions. Breathing techniques improve the quality of life. But to obtain these benefits it is necessary to breath unpolluted air and this is only possible when our contact with nature is made in places that are not contaminated. Our discipline is no longer be practiced from an individual perspective, but as a group activity that must be conscious of our responsibililty to the environment. Therefore we could say that that our collective work must have an environmental focus. We need to raise awareness and be witness to the responsibility of the participants in the activities of these practices and in the most fundamental ways to preserve the environment: implementing successful actions to create spaces free from refuse and garbage. We need also to encourage projects to care for plants, conservation of vegetation, in harmony and balance with the environment.
Interviewer: Master Egilda, Is living in health then closely related to quality of the environment?
Master Egilda : The practice of these exercises is often supplemented by medical treatment because today the health sciences recognize that for many diseases, including arthritis, bone or heart ailments, exercise contributes to healing. That is, in addition to our maintaining our personal wellbeing, acoomplished through healing ailments and cures. However, there can be no healing or quality of life if we exercise in polluted environments.
Interviewer: Master Egilda what would your message be to help raise awareness about this assault of the Planet Earth that we live on?
Master Egilda : Learning to love, caring for and respecting nature and all beings of creation. Let us ask forgiveness for our assault of the planet and as part of this forgiveness raise awareness of the responsibility that we each have to contribute to a better world to live in.
By Lenin Cardozo / Edith Regier

martes, 13 de diciembre de 2011

METAECOLOGÍA. Ecopoesía un camino para la reflexión. Entrevista al poeta Lubio Cardozo

Lubio Cardozo (1938) Poeta, ensayista, investigador y crítico literario. Licenciado en Letras en la Universidad Central de Venezuela, con Postgrado en Investigación Documental en la Escuela de Documentalistas de Madrid. Desempeño diversos cargos en la Universidad de Los Andes en el estado venezolano de Mérida, donde reside. Coordinó la revista Actual de la mencionada casa de estudios. Es reconocida su valiosa labor investigativa en historia, teoría y crítica, con más de treinta títulos publicados. Además es autor de los poemarios Extensión habitual (1966), Apocatástasis (1968), Contra el campo del rey (1968), Salto sobre el área no hollada (1971), Fabla (1974), Paisajes (1975), Poemas de caballería (1983), Solecismos (1986), Poemas (1992), Lugar de la palabra (1993), El país de las nubes (1995), Un verso cada día (1995) y Ver (1999). Toda su poesía ha sido reunida en el volumen La cuarta escogencia (Ediciones Mucuglifo, 2006). Máximo exponente de la poesía ambientalista latinoamericana.

Entrevistador: ¿Poeta Lubio al presente podemos decir que existe la poesía ambientalista o la ecopoesia?

Poeta Lubio: ¿Por qué el poeta suele a veces sembrar en medio de sus composiciones arboles, hierbas, el verdor? Viene la tradición desde Orfeo, desde Homero. Los arboles, los arbustos, las matas: padres – madres de la vida son; conocen suficiente de esa realidad, en el uso de su recta razón, el ecólogo, el botánico, científico, pero el poeta lo sabe. Vera él en los representantes de la vegetación nunca solo objeto del entorno sino afectuosidad. Dialoga el poeta hondamente, por su condición de vidente, con ellos, con los seres verdes, ya mediante voces insonoras del horizonte contemplativo, ya en otras basta el intenso entenderse reciproco de la presencia. Se percata el trovador del verdadero escuchar, del oír. Goza cuando persive el jubilo de las plantas, también siente su terror ante la llegada de los odiados arboricidas. El poeta el canto coral de la selva, de la fronda, de los matorrales, de los morichales. Celebra la fiesta del bosque o se entristece con la mustiedad, la marchitez.

Entrevistador: ¿Puede la poesía ambientalista ser considerada como la poesía del siglo XXI?

Poeta Lubio: Los poetas a igual que los filósofos son grandes lectores de su época y en su obra suelen dar respuestas a las grandes interrogantes que tiene que ver con el destino de la humanidad. No solo por la sensibilidad obvia del poeta sino porque la poesía también se arma con la música (la rítmica) y el pensamiento. Dice Heidegger que quienes buscan el ser de la existencia con mayor fuerza es el poeta, el poeta “funda” es decir, crea y da respuestas a su contemporaneidad. Hoy por hoy, lo que para la mayoría de las personas tal vez pueda pasar desapercibido al poeta no se le escapa: el drama del planeta Tierra entendiéndolo en su complejidad el planeta y sus pobladores, los animales de la tierra, los animales del mar, los animales del aire, la vegetación y el humanus. Esto no determina el futuro de la poesía hacia un rumbo pero innegablemente cada día especifico la tragedia ecológica, la reflexión ambientalista tocara las puertas de los poetas y ellos la abrirán.

Entrevistador: ¿Tiene la poesía ambientalista precursores en Latinoamérica?

Poeta Lubio: En el “Viaje a las regiones equinoxiales del Nuevo Continente”, tal nomino Humboldt al nuevo mundo, o mejor conocido en el lenguaje cotidiano como Hispanoamérica, la poesía nace identificada con el paisaje valga decir, con el ambiente de esta región. Andrés Bello es ese poeta quien inaugura la exaltación de la verde tierra novomundana. Es el primer poeta ambientalista de este Continente, porque su poesía expresa mediante el diáfano talento de este venezolano, una defensa patética de la naturaleza del nuevo mundo. Hizo su lirica mediante el tejido de las rítmicas palabras con lo vegetal, de la musicalidad verbal con el verdor, del sentido de las voces con las hierbas, los arbustos, los arboles, las flores, en fin. Andrés Bellos es el primero que nombra -en la poesía- los arboles de la fronda novomundana. Ya en 1810 en su etapa caraqueña tres vigorosas odas al verdor compuso: El Anauco, Mis deseos, A un samán. Su composición El Anauco (escrita en 1800) se refiere a un pequeño rio de la Caracas de aquel entonces, en medio de un afectivo entorno boscoso,
“Tú, verde y apacible ribera del Anauco, para mí más alegre, que los bosques idalios y las vegas hermosas de la plácida Pafos,” …

En el soneto Mis deseos por primera vez en la lirica hispanoamericana dos emblemáticos arboles, el cocotero junto al sauce aparece. Verdadero poema acuarela donde bello dice,

“De Aragua a las orillas un distrito que me tribute fáciles manjares, do vecino a mis rústicos hogares entre peñascos corra un arroyito. Para acogerme en el calor estivo, que tenga un arboleda también quiero, do crezca junto al sauce el coco altivo.”…
También en su poema A un samán, Bello exalta a este gigante de la flora nativa,

“Extiende, samán, tus ramas sin temor al hado fiero, y que tu sombra amigable al caminante proteja.”

Ya fuera de las fronteras de su patria, tanto en su estancia de Londres, cual su final residencia en Chile, la ecología botánica de las “regiones equinoxiales del Nuevo Continente” humboldtiana, la lirica de Andrés Bello nativa exhaustivamente, consustancializa su alma poética, sobre todo lo relacionado con la flora de la agricultura, así como la de otras especies. Es importante señalar que esta defensa ecológica de la vegetación del nuevo mundo inaugurada por Andrés Bello favorablemente tuvo muy buena continuidad en todo el Continente.

Este rumbo que fortalecería de manera originaria la esencia de la lirica del nuevo mundo tiene como punto de partida el poema LA AGRICULTURA DE LA ZONA TORRIDA de Andrés Bello, composición consagratoria de un muy digno camino de la lirica de este Continente, pero sobre todo en el espacio comprendido entre el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio, lo que para Humboldt eran “las regiones equinoxiales del Nuevo Continente”, Bello la nomino con un concepto radical La Zona Tórrida.

Entrevistador: ¿Poeta Lubio de su gran producción poética, a partir de que poema se pudiera decir que usted funda o inicia la poesía ambientalista?

Poeta Lubio: Yo tuve la suerte de pasar buen parte de mi infancia en un pueblo muy boscoso, cruzado de un gran rio y muchas quebradas, rodeado de haciendas cafetaleras y cacaoteros y limitado por el mar, Choronì (al norte del estado Aragua, Venezuela). Esos paisajes de mi infancia comenzaron a aparecer en mi escritura lirica a partir de mi poemario Paisajes (1975). Se podría decir que con este libro se comienza eso que tu llamas la poesía ambientalista o eco poesía. A continuación recito

****************LA RISA, LAS DONCELLAS, LOS LIRIOS, EL POZO DEL RÌO

Y pensar que ese verbo es falso hasta siempre: volver. Y pensar que no podemos: No retornaremos al pozo del río bajo las grandes mijaos. Estarán otra vez las doncellas sobre islas de piedras entre lirios de agua. Atravesará los espinares del altozano el canto de las lavanderas. Pero ya no se puede volver porque el mundo que hicimos mal desde el comienzo es roca en medio de ancho foso que ya no podremos saltar Isla de soledad rodeada de fantasmas. Apenas si disponemos del corazón entre los florecidos huracanes

¿Yoga, Taichí, culturas milenarias ambientalistas? Entrevista a Egilda Parra instructora de Yoga

Egilda Parra ha tenido una actividad profesional como docente por más de treinta años. Actualmente es Naturòpata (practicante de la medicina natural). Durante los últimos veinte años se ha dedicado a la enseñanza del Hatha – Yoga, rama del Yoga que se encarga de la preparación del cuerpo físico para la práctica de esa disciplina, para sus seguidores, es un método energético donde los elementos físicos y espirituales se integran.
El Yoga forma parte de su filosofía de vida porque internaliza los tres conceptos básicos que se derivan de la medicina natural para vivir en salud: comer sano y saludable, pensamientos positivos modulando las emociones, ejercita el cuerpo físico. Poniendo en práctica estos fundamentos básicos de la medicina natural, según Egilda, se aprende a vivir en salud, se adquiere bienestar a nivel físico, mental y emocional. El beneficio del Yoga va más allá del cuerpo físico porque aumenta el nivel de armonía en la interacción con el entorno producto de los cambios fisiológicos que esta práctica activa. El masaje endocrino es uno de ellos, el cual equilibra el funcionamiento hormonal, es decir, activa la energía que a diario necesita el cuerpo.
Entrevistador: Maestra Egilda ¿Disciplinas milenarias como el Yoga, Taichí, entre otras, pueden hoy en día seguir al margen de la realidad ambiental?
Maestra Egilda: La respiración integra la mente con el cuerpo. Respirar es vivir. Una respiración correcta calma la mente y permite controlar las emociones. Las técnicas de respiración mejoraran la calidad de vida. Pero para lograr estos beneficios es necesario tomar el aire libre de polución y esto solo es posible cuando el contacto con la naturaleza se realiza en lugares no contaminados. Nuestra disciplina ya no se puede practicar desde la perspectiva individualizada, sino como actividad grupal que debe adquirir conciencia de responsabilidad anta la calidad del ambiente. Por lo que se puede inferir que el trabajo colectivo debe tener una proyección ambientalista. Debemos ser testimonio para concientizar la responsabilidad de los participantes en las actividades de estas prácticas, en la idea más elemental para preservar los ambientes: poner en práctica conductas acertadas para liberar los espacios de desperdicios y recolección de basura. Proyectar también estímulos para el cuidado de las plantas, conservación de la vegetación en armonía y equilibrio con el entorno.
Entrevistador: Maestra Egilda ¿Vivir en salud está íntimamente relacionado con la calidad de vida y el ambiente?
Maestra Egilda: La práctica de los ejercicios muchas veces es el complemento de tratamientos médicos porque hoy en día la ciencia de la salud reconoce que para muchas patologías, como artritis, dolencias óseas o cardiacas, los ejercicios contribuyen a la sanación. Es decir, que además de buscar mantenernos con bienestar, se logra sanar dolencias y curación. Por supuesto no puede haber sanación ni calidad de vida si nos ejercitamos en ambientes contaminados.
Entrevistador: Maestra Egilda ¿Cuál sería el mensaje para contribuir a despertar conciencia que habitamos en este Planeta Tierra agredido?
Maestra Egilda: Aprendamos amar a la naturaleza cuidando y respetando los seres de la creación. Pidamos perdón por la agresión al planeta y dentro de este perdón despertar conciencia de la responsabilidad que cada uno tenemos para contribuir a vivir en un mundo mejor.