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domingo, 31 de agosto de 2014

Saneamiento de cañadas exige una gestión compartida entre Gobierno y Comunidad


En la búsqueda de una gestión compartida entre Gobierno y Comunidad se inicia en la ciudad  una campaña casa por casa denominada “Maracaibo: cuida tus cañadas” que llevará un mensaje de reflexión y un llamado a la conciencia de los vecinos que habitan en zonas adyacentes.


Maracaibo es una ciudad integrada por un sistema de 200 kilómetros de cañadas y afluentes naturales, que vinculan directamente a más de 100 mil familias que viven en los márgenes y zonas circunvecinas.

A pesar de los esfuerzos que adelantan el Gobierno Regional y el Ministerio del Ambiente para el saneamiento de las cañadas, éstas se ven frecuentemente colapsadas por la gran cantidad de basura que albergan.

Una relación altamente peligrosa se ha establecido entre comunidades y cañadas, ante la práctica recurrente de utilizarlas como vertederos, lo cual contamina estas aguas que desembocarán en el Lago de Maracaibo y además, como ya se ha demostrado de manera reiterada, en tiempos de lluvia  compromete la seguridad de las comunidades aledañas, poniendo en riesgo vidas y bienes materiales.


Las cañadas representaran un factor de riesgo para las comunidades vecinas mientras sus habitantes sigan lanzando escombros, artefactos y toda clase de desechos a los cauces. Es un asunto de ausencia de educación ambiental y  toma de conciencia por parte de los ciudadanos. 

La falta de conocimiento del marabino  acerca del ambiente y su corresponsabilidad directa es notable; en una encuesta realizada recientemente solo un 20% de los consultados consideró que la protección ambiental es un tema prioritario y vinculante.


A ello se suma un gobierno municipal abrumado y sin respuestas medianamente eficientes ante el tema de la recolección y disposición final de los desechos, trayendo resultados que saltan a la vista: calles y áreas públicas  desbordadas de basura y comunidades que enfrentan el dilema de buscar una solución. 

Vivimos en una de las ciudades mas generadoras de basura por persona en el país,  donde el 62% tiene como origen el hogar y el 38% origen industrial. Hoy día Maracaibo es una ciudad exhausta, convulsionada por el tema de la basura.  La opción de descargar los desperdicios a las cañadas, lejos de aliviar el problema lo intensifica.

Frente a esta problemática, la opción permanente en el tiempo es la Educación Ambiental; acercarnos a las comunidades, comenzando por aquellas que habitan a orillas de las cañadas mas caudalosas, para impartir orientación útil y sencilla sobre la importancia de mantenerlas limpias.  

Si la comunidad se involucra y se asume como parte de la solución, sin lugar a dudas las jornadas de saneamiento preventivo de las cañadas que realiza frecuentemente el Gobierno optimizarán los  resultados y la llegada de las lluvias dejará de ser motivo de alarma. 



















Fanny Reyes / Lenin Cardozo

viernes, 29 de agosto de 2014

Zulia ha multiplicado exponencialmente sus espacios para la recreación y el esparcimiento


entrada
En un año y ocho meses de la gestión de Francisco Arias Cárdenas los lugares destinados a la recreación y esparcimiento se han incrementado de manera exponencial, brindando a los zulianos la posibilidad de reencontrarse con las ciudades y con los tesoros naturales de la región. 

En la planificación de las áreas urbanas se estima que deben destinarse no menos de 16 metros cuadrados por habitante con fines recreativos, sin embargo en el Zulia apenas se destinaba menos de 1 metro cuadrado por persona, situación que comienza a revertirse gracias a la visión del Gobierno Regional de incorporar, como estrategia para el desarrollo y bienestar integral, la creación de los Espacios para la Vida y la Paz.


En apenas 18 meses las opciones se han multiplicado para el disfrute de las familias y la contemplación de las bellezas escénicas del estado,  en todo el Zulia apenas se contaban con unas 300 hectáreas entre plazas y parques.
los olivos
En el estado se tiene  en la actualidad 7.200 hectáreas que se han transformado o están en proceso de convertirse en Espacios para la Vida y la Paz. En  Maracaibo, por ejemplo, el único lugar al cual concurrían las personas era la Vereda del Lago y sus 65 hectáreas para caminar, practicar deporte o compartir un encuentro familiar, lo cual convertía a la ciudad en un espacio sin lugar para todos, ya que eso representa apenas un metro cuadrado por cada 3 habitantes, destinado a actividades recreativas.  Hoy Maracaibo tiene 570 hectáreas para el disfrute y para salir de la rutina: el Parque Eco-Turístico Tierra de Sueños, la Segunda Etapa del Paseo del Lago, el Parque Metropolitano de la Salud, el rescate del Jardín Botánico de Maracaibo, son parte del esfuerzo que lideriza la gestión de gobierno.


YA LOS ZULIANOS TIENEN A DONDE IR….
tierra de sueños
Las salidas de fin de semana o las vacaciones dejaron de ser un dolor de cabeza para quienes por alguna razón no puedan viajar a otros estados; el Zulia hoy día brinda posibilidades cercanas y accesibles. Vale destacar la primera obra entregada por el Gobernador Arias: El parque eco-turístico Tierra de Sueños en Capitán Chico, 92 hectáreas de Manglar Rojo que constituyen el único pulmón verde que le quedaba a la ciudad de Maracaibo y que hoy representa un destino eco-turístico, donde  aprendizaje y disfrute van de la mano.


En el Jardín del Zulia, el Consejo de Ciruma del  municipio Miranda,  se logró consolidar un viejo anhelo de la comunidad: el Parque  Eco-turístico Ojo de Agua El Cardón, templo de Cabimos y Algarrobos, árboles que por su altura pareciera que tocan el cielo y que resguardan la selva tropical húmeda donde habitan  Monos Aulladores, tortugas, gran cantidad de aves y reptiles. Un  mágico lugar  rodeado de manantiales.
Este  año el Gobierno Regional ha entregado  tres nuevos eco-parques: Las Cuevas del Samán, en el municipio Jesús Enrique Lossada,  que conforman el sistema de cuevas más grande del país, interconectadas a lo largo de 18 kilómetros y medio, y habitadas por una importante colonia de guácharos.

Luego se aperturó como espacio para la vida y la paz, el Refugio de Dantas,  dentro de la Reserva  Forestal de Burro Negro en Lagunillas, donde fueron concebidos senderos de interpretación para que el visitante  tenga  la posibilidad de apreciar  el bosque tropical semi-árido, arboledas maravillosas  como las centenarias Ceibas Blancas o Majumbas con más de 50 metros de altura y más de 70 tipos de aves que hasta la fecha se han clasificado.



También el Gobernador  inauguró el Parque eco-turístico El Guacuco, en la comunidad de Nazaret, en el municipio Mara.  Un bosque de Manglar Rojo y Blanco  para ser recorrido a través de un extenso puente de madera que culmina a orillas del lago de Maracaibo.
los olivos
El Refugio de Fauna Silvestre Ciénaga de Los Olivitos y sus hermosos flamencos rosados, centenares de aves migratorias y los caimanes de la costa, entre otras tantas especies,  era un lugar desconocido hasta hace poco por muchos zulianos, hoy es un nuevo destino eco turístico aperturado por el Gobierno Regional en acuerdo con  el  Ministerio del Ambiente;  representando una puerta abierta  para la contemplación y el conocimiento.




 Recientemente se inaugura también el Parque Ecoturistico Rutas de Palmarejo, que        tiene entre sus mayores  bondades,  la gran extensión de áreas verdes de bosques          xerofilos con imponentes senderos que hacen del lugar un espacio ideal para realizar        ciclismo de montaña y carreras a campo traviesa, sin dejar a un lado la hermosa              vista mediterránea de la Ciudad Maracaibo y el Lago. También posee una gran                  diversidad de flora  y fauna.  

par2 El Zulia tiene ya su sexto parque Ecoturistico : Mudanza Pedrera‏ (+fotos)

En el Municipio Valmore Rodriguez se encuentra el Parque Ecoturístico Mudanza Pedrera, presto para  recibirnos con su agradable clima.  Son 5 mil Hectáreas para la contemplación y el disfrute de andar a caballo.  También,  son parajes extraordinarios para los trotadores a campo traviesa y para quienes gustan del ciclismo de montaña,


 La Laguna de la Macanilla, en Santa Rita,  será en pocos meses un espacio para apreciar    la naturaleza y la  práctica de deportes acuáticos.


No es posible concebir  la modernización del estado y de sus ciudades si no se dejan las salvaciones para la creación de los parques metropolitanos como espacios de recreación y  esparcimiento.
parque metropolitano En este orden de ideas, Maracaibo cuenta en la actualidad con el Parque Metropolitano  Francisco Delgado,   que en su segunda fase, ya en construcción, contempla la presencia de un bosque de flora nativa que constituye un nuevo pulmón vegetal para la ciudad. También se iniciaron  los trabajos  del Parque Metropolitano del Oeste “La Rinconada”, en la parroquia de San Isidro con 120 hectáreas de resguardo para el futuro  crecimiento de esa zona de Maracaibo.
En la isla central de la carretera Lara-Zulia comienza a conformarse los que será un gran bosque. Las primeras 9,5 hectáreas las integra el Parque Vial Corta Fuego, en el sector Monte Pío, y que alberga a la fecha más de  9 mil árboles de especies autóctonas y 800 pinos caribe.
paseo
La segunda etapa del Paseo del Lago, el Boulevard Costanero de Cabimas, el remozado Parque Rafael Urdaneta, el Zoológico Metropolitano y el Jardín Botánico;  el Parque La Marina convertido en terminal multimodal para el turismo y la reciente reapertura del Mirador del Lago, que por años fue un monumento a la desidia, forman parte de los logros que la actual gestión tiene para mostrar. También están encaminados el proyecto de un Paseo a orillas del Lago en la Cañada de Urdaneta, en la zona de Potreritos, donde los protagonistas serán imponentes cocoteros;  junto al Parque Cerro La Estrella en el municipio Baralt, cuna del centenario pozo petrolero Zumaque I.

Estos esfuerzos logrados en el Zulia,  han hecho que en el presente para la recreación, esparcimiento y áreas verdes, se alcance la cifra de  19.5 metros cuadrados por ciudadano, con la proyección a lograr al cierre del año, 12.200 hectáreas, para así obtener  33 metros cuadrados, a escasos metros de diferencia del  estado de Paraná, cuya capital es Curitiva, en Brasil, quien ha logrado llegar al mayor estándar del mundo en esa materia ecologica, de adecuar 54 metros cuadrados por ciudadano.




Se anuncian nuevos proyectos que seguramente ampliarán el horizonte de alternativas para el buen vivir y el esparcimiento de quienes habitan el Zulia y de aquellos se acerquen para conocer lo mucho que el estado tiene para ofrecer.



Fanny Reyes/ Lenin Cardozo

METAECOLOGÍA. Poema Diosa Tierra por Lubio Cardozo mi padre, en honor al Ambiente




Poema Diosa Tierra por Lubio Cardozo
mi padre, en honor al Ambiente 

Diosa Tierra

Pongo el oído sobre la piel de la tierra:
Un rocal silencio responde,
sueño el eco de tu inmenso misterio.

Gran Diosa Madre de la existencia,
clemente.
Nunca nos desampararas.
Cruzamos en ti la aventura del extraño viaje
por el abismo infinito.
¿Qué somos oh Madre Gea?

Sea cual haya sido el derrotero
tomado en el espacio de la vida
ella siempre benigna en sus senos nos le
recibirá.

Denso térreo perdón por todos los errores.

Ser un puño de tierra, divino orgullo.



Poema Dea Terra per Lubio Cardozo
mio padre, , in onore alla Ambiente 

Dea Terra

Metto l'orecchio sulla pelle della terra:
Un rocal silenzio risponde,
sogno l'eco del tuo immenso mistero.

Grande Dea Madre della esistenza,
clemente.

Mai ci abbandonerai.
Attraversiamo in te l'avventura del strano viaggio
per l'abisso infinito.
Cosa siamo, o Madre Gea?

Qualunque sia è stato il percorso
preso nello spazio della vita
Lei sempre benigna nei suoi seni ci
riceverà.

Denso térreo perdono per tutti gli errori.

Essere un pugno di terra, divino orgoglio. 

Lubio Cardozo, ecopoeta venezuelano | ANCA24 –

Tradotto da: Hugo E. Méndez U., giornalista ambientalista venezuelano | ANCA24 Italia

jueves, 28 de agosto de 2014

Tundra y bosques boreales, la última frontera

La vida en el hemisferio norte contiene dos biomas típicos, que se extienden, uno a continuación del otro, entre las regiones polares y los biomas situados más al sur. Ellos son la tundra, carente de vegetación arbórea, y los bosques boreales o taiga, bosques principalmente de coníferas.

La tundra, es el nombre que se le da a estos bosques polares, sobre todo, en las regiones árticas de Asia que se encuentran entre los hielos perpetuos al norte y los bosques de la taiga al sur o bosques boreales. El suelo de la tundra permanece helado durante la mayor parte del año, y se deshiela parcialmente en verano. El agua se acumula entonces en cenagales y pantanos. En la tundra, el factor limitante es la temperatura. El promedio de precipitaciones anuales es bajo, alrededor de 250 mm, y la temperatura máxima no supera los 10 º C. El subsuelo presenta una capa helada permanente, cuyo espesor varía según la estación. Esta capa de suelo recibe el nombre de permafrost.


En la tundra, las formas de vida dominantes son los musgos y los líquenes. A pesar de las escasas lluvias, ambas formas crecen bien, porque la evaporación es casi inexistente y hay gran concentración de humedad. El suelo, pobre en sustancias orgánicas, presenta escasez de nutrientes. Toda la tundra es zona de turberas, depósitos de un combustible fósil, la turba, formado por residuos vegetales que se acumularon durante miles de años en los pantanos. Por el intenso frío, el proceso de descomposición es muy lento y la formación de suelo fértil resulta escasa. La fauna de la tundra también presenta poca diversidad. Las dos especies principales son el reno, en Europa y Asia, y el caribú en América. Se trata de animales muy parecidos que, muy probablemente, descienden de un antepasado común. Son mamíferos rumiantes de la familia de los cérvidos, y viven en rebaños. Aproximadamente, tienen un metro y medio de alzada (la altura de un cuadrúpedo, medida desde el suelo hasta la parte más alta del lomo). Su pelaje, muy tupido, cambia del gris pardo al blanco, en invierno. Poseen astas, con las que excavan en la nieve en busca de los líquenes, su alimento. Migran periódicamente, de acuerdo con los ciclos de reproducción de las formas de vida de las que se nutren. Los renos se domestican, y sirven como animales de tiro y carga. Otros mamíferos que se alimentan de plantas y líquenes son los lemmings, especies de ratas de campo.


Hay también liebres árticas, lobos, zorros, linces y osos polares, y hasta un tipo de bovino silvestre adaptado al frío intenso, el buey almizclero. Muchos de estos animales hibernan, es decir, entran en estado de letargo invernal, después de haber acumulado reservas en su organismo durante la breve temporada cálida. Es mayor la variedad de aves: se encuentran búhos nivales, palmípedos como el ánsar y el colimbo, y el halcón más grande que se conoce, el gerifalte. Otras aves provienen del sur, y encuentran en la tundra las condiciones necesarias para anidar y reproducirse. Durante los escasos días veraniegos hay también jejenes y mosquitos. Es sorprendente que en zonas tan frías estos insectos lleguen a reproducirse hasta formar enjambres gigantescos. En la corta temporada de verano, parte de la nieve acumulada se derrite, el subsuelo de la tundra, helado durante todo el año, impide el drenaje y se forman charcos y pantanos. El agua estancada alcanza entonces temperaturas suficientes para la reproducción de las larvas de los mosquitos.


Tradicionalmente, la tundra ha estado habitada por esquimales -cazadores y pescadores- y por pastores de renos, que siguen desplazándose desde los bosques, en busca de alimento para sus rebaños y alcanzan la tundra en la época menos fría del año. Es interesante observar que la vida de estos pueblos evoca en cierto modo la del llamado Hombre de Cro-Magnon, un antecesor del hombre actual que habitó la región de Dordoña, en el sur de Francia, hace unos 30.000 años. Esa zona, templada en la actualidad, era tundra en aquellos tiempos. Los descubrimientos arqueológicos y las pinturas de las cuevas en que vivían muestran similitudes con grupos esquimales de la tundra actual.


Los bosques boreales o taiga, son los que se desarrollan, al sur de la tundra y al norte de la estepa. Son formaciones boscosa de clima frío, con predominio de coníferas. Este bioma es llamado al norte de Siberia, taiga que significa en ruso bosques fríos y en la región del mar de Hudson y en el norte del Canadá son llamados bosques boreales, que significa bosques del norte. Allí crecen, favorecido por climas menos rigurosos que los de la tundra y por un suelo que sufre menos el efecto de las nevadas. La temperatura media es de 19º C en verano, y -30ºC en invierno; el promedio anual de precipitaciones alcanza a 450 mm. En toda esta zona Los países escandinavos, Siberia y Canadá presentan bosques de abetos, pinos y alerces, y de abedules. La fauna está compuesta por animales que resisten el frío, muchos de los cuales hibernan: alces, bisontes, lobos, osos, martas, linces, ardillas, marmotas, castores, lemmings y venados.


Entre el extremo norte del bosque boreal, donde los árboles se regeneran activamente, y la tundra desprovista de árboles hay una zona de transición dinámica conocida como «bosque-tundra». La extensión de esta zona puede variar desde unos pocos kilómetros en América del Norte hasta más de 200 kilómetros en Europa. Está naturalmente fragmentada y se compone de parcelas cuya cubierta forestal es relativamente densa, interrumpidas por zonas de líquenes y brezos, así como en zonas escasamente arboladas. Esta zona de transición alberga más especies que el sistema boreal y que el sistema de la tundra, pues contiene especies de ambos. Los árboles del bosque-tundra a menudo están poco desarrollados, y su regeneración es lenta. Esto ha hecho que, tradicionalmente, sea poco práctica la explotación comercial de la madera, aunque el ecosistema ha brindado durante siglos leña y madera de construcción a los pueblos indígenas. El aumento de la demanda mundial de recursos podría hacer, sin embargo, que el bosque-tundra se transforme en una gran fuente de productos básicos. De hecho las actividades de explotación forestal en Fennoscandia y el noroeste de Rusia se extendieron hasta muy cerca del bosque-tundra en los decenios de los años sesenta y noventa.


En invierno el bosque-tundra es un hábitat importante para el Caribú del Canadá y Alaska y para el Reno de Europa, sirviendo de apoyo a su vez a las actividades de cría de renos de los pueblos indígenas como los Saami de Escandinavia. La zona alberga también las actividades de cría de ovejas, pesca y recolección de productos no madereros. Las funciones físicas más importantes del bosque-tundra son: estabilizar y proteger los nutrientes y suelos frágiles, prevenir la erosión, conservar los recursos hídricos y la capacidad de las cuencas, filtrar los contaminantes, servir como indicador de los cambios climáticos y, en conjunto con el bosque boreal propiamente dicho, ser depósito de carbono. Cualquier cambio importante en la zona de bosques boreales podría tener efectos considerables sobre el nivel de CO2 en la atmósfera. Los bosques boreales contienen el 26 por ciento de las reservas totales de carbono, más que cualquier otro ecosistema terrestre del planeta: 323 gigatoneladas en la Federación de Rusia, 223 gigatoneladas en Canadá y 13 gigatoneladas en Alaska.


A la inversa, se calcula que los cambios climáticos producirán en los bosques boreales aumentos de temperatura mayores que en cualquier otro tipo de bosque. El calentamiento, que será mayor en invierno que en verano, según se estima, desplazará hacia el norte las zonas climáticas a un ritmo de hasta 5 kilómetros por año. Los bosques boreales avanzarán hacia el norte; en sus zonas meridionales, por el contrario, desaparecerán o serán reemplazados por especies templadas. Durante el verano los suelos serán más secos, y los incendios y sequías más frecuentes. De continuar con el sobre consumo todo indica que para el 2100, la expansión del bosque boreal hacia el norte reducirá en aproximadamente el 50 por ciento el área de la tundra.

Lenín Cardozo

Para aprender mas lea Bosques Boreales .La corona verde del Planeta Tierra: sus pobladores, clima, fauna y flora. Un libro para sentirnos orgullosos



Este libro pretende estimular al lector hispano a conocer el maravilloso mundo boreal, tanto de sus bosques, clima como la de su fauna y pobladores. Por supuesto el tema de las auroras boreales no podía faltar. 

Poco sabemos sobre este importante tema, porque seguramente los bosques tropicales por años han eclipsado la atención mundial, sin embargo, estamos hablando  que el 30% de los bosques del mundo se encuentran en la zona boreal. 

Los bosques boreales son los  más septentrionales del planeta (la mayor parte se extiende entre los 50º y 60º de latitud norte). Este bioma aparece solamente en el Hemisferio Norte, pues en el Hemisferio Sur en estas latitudes no existen masas continentales. Son el último pulmón verde del planeta y se extiende a lo largo del norte de Canadá, Alaska, Rusia y Escandinavia, están cerca de convertirse en el próximo Amazonas. Ya que se encuentra bajo una amenaza creciente, producto del cambio climático y la presencia humana depredadora. 

En el presente, científicos y ambientalistas exigen medidas urgentes para preservar los bosques boreales y asegurar su biodiversidad, además de prevenir la pérdida de uno de los mayores sumideros de CO2 del planeta. Ellos comprenden un tercio del área boscosa mundial y un tercio del carbono almacenado. 

Estos bosques no escapan al complejo problema del cambio climático  y cuanto más indagan los científicos más variables encuentran que se deben estudiar. El clima del planeta es un sistema global, que está totalmente interconectado, así que una disfunción local puede afectar a la totalidad. Prueba de ellos, es que en los últimos años se ha comprobado que el aumento de la temperatura está matando a las coníferas al norte del Canadá. Representando una nueva variable, hasta ahora no estudiada a profundidad, en la lucha contra el calentamiento global. 

El título de este libro es Bosques Boreales la corona verde del Planeta Tierra y está dividido en tres partes: Los Bosques Boreales, Los Pueblos Boreales y La Aurora Boreal. 

La primera parte plantea y analiza los siguientes 11 tópicos: 1.- Los bosques boreales o Taiga; 2.- Clima de los bosques boreales; 3.- Flora y fauna del bosque boreal; 4.- Tundra y bosques boreales, la última frontera; 5.- CO2 bosques boreales; 6.- Alces, Renos y Ciervos, los grandes herbívoros mamíferos de los bosques boreales del Canadá; 7.- Deforestación en los bosques boreales; 8.- Efectos de la minería sobre los bosques boreales canadienses; 9.- El calentamiento global y la degradación del bosque boreal canadiense; 10.- Bosques boreales avanzan hacia el norte para protegerse del cambio climático; y, 11.- El futuro de los bosques boreales

La Segunda parte propone un acercamiento aproximativo sobre el hábitat, la cultura y costumbre de los pueblos aborígenes del extremo norte. Negados a extinguirse y con la mayor tenacidad por la supervivencia, habitan en las regiones boreales o taiga y de la tundra, uno de los poblamientos más antiguos de la humanidad. El amplio abanico de pueblos nativos que residen en esos gélidos territorios del planeta, nos confirman su gran capacidad de adaptación a estos biomas. Encontramos así: 1.- Los pueblos aborígenes del extremo norte; 2.- Los Aleutianos; 3.- Los Inuit o Esquimales; 4.- Los Dolganos; 5.- Los Nenets; 6.- Los Nganasans; 7.- Los Koryaks; y, 8.- Los Chukchis. 

Por último, la tercera parte propone reflexionar sobre ese fenómeno natural maravilloso que son Las Auroras boreales o luces del norte. Aurora Boreal es un término compuesto que tiene su origen, en primer lugar, en la diosa romana del amanecer, Aurora (Eos para los griegos); y, seguidamente, del término de origen griego, Bóreas, dios del helado viento nórdico. 

Galileo Galilei acuñó el término aurora en un ensayo que publicó junto a un alumno suyo, Guiducci, en 1616. En él, tras describir la asombrosa iluminación del cielo septentrional, concluye: "formándose así para nosotros esta aurora boreal". Tres años más tarde ofreció una explicación, equivocada, sobre su naturaleza. Para Galileo las brillantes luces eran resultado del calentamiento del aire que rodeaba la Tierra y del reflejo de la luz solar sobre la atmósfera. 

Los artículos de este libro fueron publicados a lo largo de estos últimos 5 años y han sido consultados por más de 2 millones de cibernautas, según Google. 

Con mucho orgullo publicamos digitalmente, seguro estamos que seremos parte de los libros del futuro, no más árboles sacrificados para hacer la pulpa para el papel, no más derivados contaminantes para hacer las tintas con que se escriben los libros.

Lenin Cardozo, ambientalista venezolano | ANCA24 – Hugo E. Méndez U., periodista ambientalista venezolano | ANCA24 Italia

Tundra e boschi boreali, l’ultima frontiera da salvare


La vita nell’emisfero nord contiene due biomi[1] tipici, che si estendono, uno dopo l’altro, fra le regioni polari e i biomi ubicati più a sud. Essi sono la tundra, privo di vegetazione boschiva, e il bosco boreale o taiga, soprattutto foreste di conifere. La tundra è il nome dato a queste foreste polari, soprattutto nelle regioni artiche dell’Asia che si trovano tra i ghiacci perpetui del nord e le foreste della taiga a sud o boschi boreale. 

Il suolo della tundra rimane congelata durante la maggior parte dell’anno, e in parte si scioglie in estate. L’acqua si raccoglie poi in paludi e acquitrini. Nella tundra, il fattore limitante è la temperatura. La media annua delle precipitazioni è bassa, circa 250 mm, e la temperatura massima supera i 10º C. Il sottosuolo ha uno strato di ghiaccio permanente, il cui spessore varia a seconda della stagione. Questo strato di terreno è chiamato permafrost.
Nella tundra, le forme di vita dominanti sono muschi e licheni. Nonostante le scarse precipitazioni, entrambe le forme crescono bene, perché l’evaporazione è quasi inesistente e vi è un’alta concentrazione di umidità. Il suolo, povero di sostanze organiche, ha una carenza di sostanze nutritive. 

Tutta la tundra è zona di torbiere, alcuni depositi di carburante fossile, la torba, costituiti da residui vegetali che si sono accumulati nel corso di migliaia di anni nelle paludi.

Per il freddo intenso, il processo di decomposizione è molto lento e la formazione di suolo fertile è scarsa. La fauna della tundra ha anche poca diversità. Le due specie principali sono renne in Europa e in Asia, e caribù in America. Si tratta di animali molto simili che, probabilmente, discendono da un antenato comune. I ruminanti sono mammiferi della famiglia dei cervi, e vivono in branchi. 


Approssimativamente, hanno sollevato un metro e mezzo sollevato -l’altezza di un quadrupedo, misurata dal suolo alla cima della sommità della spina dorsale -. Il suo pelo, molto denso, cambia dal grigio bruno al bianco in inverno. Essi hanno le corna, con cui scavano nella neve alla ricerca di licheni il loro cibo. Essi migrano periodicamente, in conformità con i cicli di riproduzione di forme di vita di cui si alimentano. Le renne sono addomesticate e utilizzate come animali da tiro e da carico. Altri mammiferi che si nutrono di piante e licheni sono i lemmings, specie di topi di campo. 


Ci sono anche lepri artiche, lupi, volpi, linci e orsi polari, e anche un tipo di bovino selvatico adattato al freddo estremo, il bue muschiato. Molti di questi animali ibernano, cioè, entrano in letargo invernale, dopo aver accumulato riserve nel loro corpo durante la breve stagione calda. È maggiore la varietà di uccelli: ci sono gufi “nivali”, palmati come l’oca e il matto, e il falco più grande consciuto, girifalco. 

Altri uccelli provenienti dal sud, trovano nella tundra le condizioni necessarie per la nidificazione e riproduzione. Durante i giorni d’estate ci sono anche alcuni moscerini e zanzare. È sorprendente che in zone così fredde questi insetti vengono a riprodursi fino a formare sciami enormi. Nella breve stagione estiva, parte della neve si scioglie, il sottosuolo della tundra, gelati durante tutto l’anno, impedesce il drenaggio formandosi stagni e paludi. L’acqua stagnante raggiunge quindi temperature sufficienti per la riproduzione delle larve di zanzara. 


Tradizionalmente, la tundra è stata abitata dagli eschimesi, -cacciatori e pescatori- e allevatori di renne, che continuano muovendosi dai boschi, cercando cibo per le loro greggi e raggiungono la tundra nel’epoca meno fredda dell’anno. È interessante notare che la vita di questi popoli in qualche modo evoca il cosiddetto uomo di Cro-Magnon, un antenato dei moderni esseri umani che abitavano la regione della Dordogna, nel sud della Francia, circa 30.000 anni fa. Quella zona, ora temperata, era tundra in quei tempi. Le scoperte archeologiche e dipinti delle grotte in cui vivevano mostrano analogie con gruppi di eschimesi dell’attuale tundra. 


La foresta boreale o taiga, sono quelli che si sviluppano a sud della tundra e del nord della steppa. Sono formazioni forestale di clima freddo, dominata da conifere. Questo bioma si chiama al nord della Siberia, taiga che significa in russo boschi freddi e nella regione del Mar Hudson e nel nord del Canada sono chiamati boschi boreali, che significa boschi del nord. Lì crescono, favoriti dal clima meno rigoroso che quelli della tundra e per un suolo che soffre meno l’effetto della nevicata. La temperatura media è di 19º C in estate e -30° C in inverno, la media annua delle precipitazioni raggiunge 450 mm. 

In tutta questa zona i paesi Scandinavi, Siberia e Canada si tovano boschi di abeti, pini e larici e di betulle. La fauna è composta da animali che resistono al freddo, molti dei quali ibernano: alci, bisonti, lupi, orsi, linci, martore, scoiattoli, marmotte, castori, lemmings e cervi.


Tra il confine nord del bosco boreale, dove gli alberi attivamente si rigenerano, e la tundra priva di alberi c’è una zona di transizione dinamica conosciuta come «bosche-tundra». L’estensione di questa zona può variare da pochi chilometri in Nord America fino ad oltre 200 chilometri in Europa. È naturalmente frammentata ed è composta di parcelle la cui copertura forestale è relativamente densa, interrotti da aree di lichen e brughiera, così come in zone poco boscosa. 

Questa zona di tranzizione ospita più specie rispetto al sistema boreale e al sistema della tundra, poichè contiene entrambe le specie. Gli alberi del bosco-tundra, spesso sono poco sviluppati, e la sua rigenerazione è lenta. Questo ha fatto che, tradizionalmente, sia impraticabile lo sfruttamento commerciale del legname, nonostante l’ecosistema ha fornito per secoli il legno e legname di costruzione ai popoli indigeni. L’aumento della domanda globale di risorse potrebbe fare, tuttavia, che i boschi-tundra diventino una fonte importante di materie prime. Infatti le attività di sfruttamento forestale in Fennoscandia e nordovest della Russia si diffusero molto vicino al bosco-tundra nei decenni degli anni sessanta e anni novanta. 


In inverno il bosco-tundra è un habitat importante per il Caribù in Canada e in Alaska e per il per il Regno d’Europa, servendo di apoggio a sua volta alle attività di allevamento delle renne dei popoli indigeni come Saami della Scandinavia. La zona ospita anche le attività pastorizia di pecore, di pesca e la raccolta dei prodotti non legnosi.

Le funzioni fisiche più importranti del boscho-tundra sono stabilire e proteggere i terreni fragili e sostanze nutritive, prevenire l’erosione, conservare le risorse idriche e la capacità dei bacini, filtrare sostanze inquinanti, servire come un indicatore del cambiamento climatico e, in collaborazione con il bosco boreale stesso, essere un serbatoio di carbonio. Qualsiasi cambiamento significativo nel bosco boreale potrebbe avere effetti significativi sul livello di CO2 nell’atmosfera. I boschi boreali contengono il 26% delle risorse totale di carbonio, più di ogni altro ecosistema terrestre: 323 gigatonnellate –Gt- nella Federazione Russa, 223 Gt in ​​Canada e 13 Gt in ​​Alaska. 


Al contrario, si stima che i cambiamenti climatici produrrano nei boschi boreali aumenti di temperatura maggiori che in qualsiasi altro tipo di foresta. Il riscaldamento, che sarà superiore in inverno che in estate, spostarà verso il nord, le zone climatiche a velocità fino a 5 chilometri all’anno. I boschi boreali avanzeranno verso nord, nelle sue regioni meridionali, invece, spariranno o saranno sostituiti da specie temperate.


Durante l’estate i suoli saranno più asciutti, e gli incendi e la siccità più frequenti. Da continuare con il consumo eccessivo sembrarebbe che entro il 2100, l’espansione del bosche boreale verso il nord ridurrà di circa il 50% l’area di tundra.

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[1] Insieme di comunità di essere viventi che si estendono su una vasta area geografica caratterizzata da un clima e da altri fattori: i principali biomi continentali sono tundra, taiga, bosco latifoglie, il bosco mediterraneo, il deserto, prateria e la foresta pluviale.

Lenin Cardozo, ambientalista venezuelano | ANCA24 -- Hugo E. Méndez U., giornalista ambientalista venezuelano | ANCA24 Italia