Cada vez se hace más insostenible los hostigamientos y amenazas que padecen los pueblos originarios y sus
descendientes en el territorio Esequibo por parte de las grandes empresas
trasnacionales mineras y madereras que son aupadas por el gobierno de
En la actualidad, la carrera desenfrenada de la Guyana Británica
por entregar el territorio del Esequibo a trasnacionales para la explotación
maderera y minera ha traído como consecuencia una expansión indiscriminada debido
a la agresiva deforestación e impacto desmedido en todos los ecosistemas del
ultimo pulmón verde del noreste de Suramerica.
Desplazamiento, destrucción
de asentamientos amerindios, contaminación de sus ríos, la pérdida de agua
potable y la afectación a la pesca y caza de supervivencia, es el aporte de la actual
actividad minera. No existe un real
estado de derecho que los proteja de la presión de las compañías mineras
foráneas.
Los 63 asentamientos amerindios
formados por los grupos
Akawaio, Arekuna, Kariña, Lokono, Makushi, Patamona, Wai Wai, Wapishana y Warau y sus dos distritos especiales, en una
extensión de 69 mil 200 kilómetros
cuadrados, son simples pisatarios de unas tierras ancestrales sin ningún tipo
de autoridad para frenar a los mineros, porque no tienen derecho a los bienes del
subsuelo. Salvo alguna
excepción, como el pueblo Wai Wai que es dueño de su tierra, la mayor parte de
los pueblos amerindios viven en una lucha continúa por la recuperación de sus originales
tierras ya que no se les reconocen los derechos sobre el lugar en el que
habitan y de donde han vivido milenariamente.
En una acción casi
simbólica, en el 2012, el Comité de las Naciones Unidas para
Difícil pretender conciliar los
intereses ilegales de mineros y madereros y las demandas de las comunidades
aborígenes, de los defensores del uso sostenible de los recursos naturales y la
protección del ambiente.


No hay comentarios.:
Publicar un comentario