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miércoles, 9 de marzo de 2016

CHORONÍ visto desde la poesía ambientalista de Lubio Cardozo


Lenín Cardozo

LA POESIA SALVA



Espigó Lubio Cardozo entre sus poemarios aquellas composiciones líricas donde canta la memoria de los sueños de su infancia en Choroní. Eligió solamente entre sus libros de versos las odas donde cree identificar el ser de ese “valle de grandes mijaos” junto  al viejo pueblo de pocas calles pero de hermosas casas. Nació el poeta en Caracas por vicisitudes familiares, más siempre percibió el arraigamiento de su larga ascendencia en el tiempo,  de su raigal linaje en esa verde comarca. Van en esas trovas presencias humanas dignamente recordadas: su madre, doña Crucita Soto, la notable cantante de fulías por las aldeas aledañas a la Villa, Jeremías Pedraz; de una de las fundadoras del caserío  Uraca, señora María García; las lavanderas de ropa a las orillas del río; de igual modo, su padre quien se llamó Alejandro. Acompañan gratas descripciones de entrañables espacios del pequeño territorio, las playas cargadas de largo historial, los menudos puertos olvidados, el cementerio donde la fea muerte descansa al pie de unas lindas laderas tupidas de xerófitas bañadas por el oro solar, arrulladas por el lejano rumor marino; acompañan el recorrido lírico la lluvia, algunos árboles emblemáticos, el verano, la gran falena azul propia de los días estivales, en fin.

Situado en el centro norte del estado Aragua, a dos kilómetros del Mar Caribe venezolano, el gentil pueblo  de Choroní se inserta claramente en el transcurrir de la historia nacional desde sus orígenes registrables. Entre la costa, pues, y las montañas de la Cordillera, en el sector del Parque Nacional Henri Pittier, se aposenta el poblado sobre una lonja de tierra de algo menos de un kilómetro cuadrado, flanqueado  -si miramos hacia el norte- a la izquierda por la quebrada Santa Clara, a la derecha por el río Choroní. Paralelas a estas corrientes de agua se extienden dos planicies, hasta hace poco muy boscosas, frenadas por el litoral. Las cubrían haciendas de cacao y  otros sembradíos menores en simbiosis con una nutrida floresta apropiada a esos cultivos. Lamentablemente ese nicho ecológico de Choroní se desmorona con insólita rapidez, por una semioculta antropodepredación.


Choroní nunca fue una encrucijada de caminos, un pueblo de paso, sino por el contrario una estable villa de largo arraigo en la historia venezolana que se desarrolló en el centro del País. Allí, por ejemplo, se residenció en la plenitud de su existencia, con casa en el poblado y hacienda en los aledaños, el poeta José Antonio Maitín (Puerto Cabello, 1804 – Choroní, 1874), fundador del romanticismo en la poesía lírica venezolana.

Image result for José Antonio Maitín choroniDespués de muchas andanzas y desventuras José Antonio Maitín al fin encontró en ese valle regado por el río Choroní la necesaria paz para poder escribir sus versos, percibió de igual modo la espontánea poesía singular, intrínseca a ese ambiente, esparcida entre la fronda, en la atmósfera, en la luminosidad celeste, en las bermejas rocas de sus litorales, en las fragantes hierbas a las orillas de la quebrada, en las flavas arenas de Playa Grande. Leyó, pues, con su talento de escritor las serenas cantigas de esas verdes estancias. Presente ello en lo mejor de sus odas. Allí también, en este “valle de grandes mijaos”, en esta alquería rodeada de selvas, nació, transcurrió la infancia y primera juventud de Laura Alvarado Cardozo, hoy Beata María de San José.


Finalmente, busca esta breve presentación, además de acompañar el poemario de Lubio Cardozo, refrescar la mirada y la memoria de los lectores entorno al tesoro histórico, artístico, ecológico, botánico, ecológico, hídrico, humano, en riesgo de una paulatina desaparición la fronda del valle de Choroní, la belleza arquitectónica del casco antiguo de la villa, de la iglesia, de la residencia cural, de sus casas, de su plaza, de su cementerio, de sus archivos locales (jefatura e iglesia); detener en lo posible la contaminación de su río, de su quebrada, y algo insoslayable: proteger la sanidad moral de sus pobladores.

Tal vez lo poemas de Lubio Cardozo, veladamente, apuntan  a ese anhelo. Porque lo afirma categóricamente el rótulo de este escrito, LA POESIA SALVA….

 

 



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Lubio Cardozo






                                     CHORONÍ
                                     (Poemas)



                                                                   A Tiuna Cardozo





Ediciones ERATO
Mérida, Venezuela. 2016




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Recordando a Crucita Soto.


AQUELLA LINDA MUCHACHA DE CHORONÍ


Nacen aún flores a las orillas de la empalizada
        de los escombros de Kajima.
Tu rostro en sus corolas mecen.
Convirtió el aura tu nombre en eco del atardecer.
Sobre las altas faldas fértiles de la lejanía
      corretea la obscura sílaba su soplo
cima del júbilo a la ribera de la misericordia.
     *
Entre las arboledas, a la hora sellada, asomó
      el hombre “cara de jaguar”.
La aromancia de Venus a lo fabulario invitaría.
Adquirió Kajima la eternidad de la quimera.
     (Oídos atónitos la oyeron).
Tal la ilusión de la floresta
     así la fugitiva esencia del anhelo
     *
Yaces existiendo.
    Revives la extendida latitud del presente.

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“Cara de Jaguar”: nombró así el nieto en su poema HERENCIA a su abuelo.
Nota: Doña Cruz Soto de Cardozo, nació en Choroní: 1902, murió en Caracas 1944.




PLAYA DE LA CALERA

Sobre esta eternidad de movimientos atajada
en el sepia de las rocas
en la torre del viento
frente al peso del mar
en la morada del vahaje.

Trovador de tus risas y tus gritos
sin sombra de tu cuerpo,
mimbre de Sol.
Planetaria.

Transformadas en marina nuestras voces
del visionario no quedaron sino los libros vesperales
y en los valles al Sol de las laderas
como quien ríe de la fatalidad.


 

  


¡Qué alegría, qué alegría
al pie de la Cruz de Mayo
florecio la siempreviva!
Así comenzo mi canto
con versos de la fulía”…
por Jesus sacramentado.
Jeremías Pedraz.

Lubio Cardozo



LA SIEMPREVIVA

Muchas flores ese nombre ostentan.
Su críptico color la esperanza penumbra.
Ofrecen algunas sus cándidas corolas a la mirada.
Las brácteas purpúreas de otras el aire escandalizan,
Obrizas del guanaco o diminutos suspiros
            entre las hierbas esa voz reclaman.
Tampoco la violeta medio oculta
            ni la triunfalista del granado.
Pero ¿Cuál es en verdad la siempreviva?
Tal vez todas.
Posee necesariamente sed de presencia.

Diosa Maia, advocación de Madre Gea
con encantados días luminosos celebra
la pujanza del monte en su rostro florido.
Evocación de la vida, de la alegría, de lo hermoso.
Revela la siempreviva la flor.

                                                   ---------
                                          A Jeremías Pedraz, excelsa cantadora de fulías
durante los velorios de Cruz de Mayo por las alquerías de los campos de Choroní. Su mejor
fulía llevaba el nombre de flor, lúdica
                                          metáfora de la Cruz. Ella, Jeremías, vivió para
el loco amor, las parrandas, el aguardiente,
su música, la poesía agreste. Florit. En el
entorno de aldeas, cerros de aquel Choroní,
1950 – 1980.


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Gompharena globosa L.       Amaranthaceae


 



EL CEMENTERIO DE CHORONÍ



Desciende entre murallas el rojo collado
seco pleno de recuerdo para nadie.
Debajo de algunas lápidas no había
sino aire tibio.
¿Cuántos hay aquí’? ¿Quién conoció a…?
¿Cuánto de o resinaciones y creencias,
cuánto polvo,
arrastró la brisa
en su zarabanda al mar
cual un cetáceo irónico juega paciente
contra los carros de cactus?

Son las señales de los náufragos.
A esa brisa cálida, al cetáceo irónico, ama.
Palpa con fruición de las laderas las rocas
las pequeñas piedras que son huesos.
Vive a espaldas de la confianza.
De los refugios saca tu corazón.
Insola la muerte a la vida.
Al círculo de la eternidad escapa de los arúspicos
mediante el pacto de sangre
con los huracanes, la greda, los astros.
Sé íncola de la tierra.

La seca ladera brilla
en un mediodía de guijarros y matorrales.
A lo lejos el golpe del mar no nos parece extraño.
Es como el canto de absolutamente todos.



PUERTO ESCONDIDO

Al mar serpentario
ya habíamos arribado para entonces
de las horas muertas
en los espacios donde asombra la claridad de la noche
mostrando los árboles distantes,
exhaustos laureles negros
malaguetas
cardones de lofaria,
expandidos por los cielos ramilletes de cirros…

El mar, la voluntad disuelto y el mar
sobre los sueños
rendido al espacio abierto en su inmensidad a las fuerzas
sobre los sueños
en este ignorado nuevo reino eterno
sólo emitido donde no cabe la remembranza
nostálgica de otra existencia.

Sabía, señalante, la brisa sobre esta cálida bahía
entre arnasca de rocas marina y palmas verdeazules
Frente a la vanidad del ruido y de los sueños
materiales salvajes, metáfora de perpetuidad y silencio.



 

CARO

A la vera de aquel sendero vecino al río
un caro por los días de junio
con las cabezuelas de sus blancas corolas
en mi recuerdo florece.

Mientras retozábamos en el agua
alguien de súbito el árbol lo asombra
-¿Cómo se llamará?
Velada en medio de las guanasanas de la ribera
azarosa voz de mujer se oyó
¡Caro!
Contémplanos en silencio su hermosa altura
su ancha copa,
caídas con la lluvia al pie del grueso tronco
sus helicoidales legumbres---

Rompió la pauta de los observantes
otra vez el grito
-¡Caro lo nombran!
Míranos las húmedas guanasanas en las piedras de la orilla
para encontrarnos.
Sólo la cautivante risa oculta entre los tiernos tallos
con el lluvioso atardecer encima.

(Enterobium ayolocarpum,    Leguminoceae: Nimosaceae).



 


VALLE DE GRANDES MIJAOS


Miro hacia atrás
la tempestad sobre las selvas de verano
la pandereta lluvia batir obscuras hojas del mijao
en la circunferencia límite del tigre y de la liebre.

Choroní en el acaso
parda tierra, parda corteza,
corazón de quebradas y peñascos,
sangre de manantiales y lirios.

Como la palabra de ello tal tú ves como el resumen
como sus veces.
Porque somos la tierra, los peñascos, el río
no basta interpretar la residencia y la fuga.




 




RITO DE VERANO

Cuando el heraldo del silencio ha levantado
seco
estandarte
blanco

la        mariposa     baila     la
    gran             azul       en    selva

la canción del estío


 

            
       LA RISA, LAS DONCELLAS, LOS LIRIOS, EL POZO DEL RIO


Y pensar que ese verbo es falso hasta siempre: volver.
Y pensar que no podemos.
                        No retornaremos al pozo del río
                        bajo los grandes mijáos.
Estaran otra vez las doncellas
Sobre islas de piedras entre lírios de agua.
Atravezará los espinares del altozano
                        el canto de las lavanderas.
Pero ya no se puede volver
porque el mundo que hicimos
                        mal desde el comienzo
                        es roca en medio de ancho foso
                        ya que no podremos saltar.
                        Isla de soledad rodeada de fantasmas.
Apenas si disponemos del corazón entre los florecidos huracanes.



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FOGATA

A mi padre


Así, con la sonrisa de un victorioso tahúr
furtiva la muerte se posa delante de ti, sorprendido.
Ya no habrá chance.

El viejo, sentado en su mecedora
vio flagar una vez más el abey
sus corolas enrojecidas.
Lo nombró con dulces  manos su padre
aún el era un niño-
En verdad un gigantesco reloj del gran tiempo
encarnaba,
fanal sólo para marcar sancadas de vida
cuando encendía sus fogatas en medio del aire.

El final del júbilo, pese a todo.
El final de la risa de los niños
de los pájaros y la lluvia
sobre la hierba luminosa, bajo ancianos pinos.
El final de la vida, furtivo.


 



LLUVIA

La llamada cruza con la voz del viento
tras los uverales playeros.
Llueve sobre la tierra del recuerdo
renueve.
Premio a tu claridad existir  
                mirada en lontananza
sinfónico poema de las nubes
                oído por la sangres
humedad raigal venida de la arcilla.
Llovizna sobre el alma
                renovadora de la tierra más honda.
Afanes y lábiles ilusiones ya sin fuerza de la aventura.
Oh Sol de la adolescencia
                ¿dónde dejaste su furor magníficos?



 





MAR


En Playa Grande de Choroní

Tierra mestiza cuyo signo rodeó el caos.
Te sueñan, te inventan, te contemplan
los hombres de tu arena
vástagos de tu Sol salobre
cuyos clamores se forjaron a tu vaivén
iluminados de la Luna o el trueno.

Ay mar, ay memoria.

Te atisbas, te asomas, te piensas
extendida playa entre rocales
anegada con Dánao en la fecunda lluvia de oro
o de la noche
para acuñar las mustias aguas
las lágrimas
al través de los ojos de miel, híbridos
de dolor de historia hechos.


Ay mar, ay memoria.



 


 


En recuerdo de la señora
María García de Uraca, Choroní.



                               LAS MALVAS


Hay dos hierbas así  llamadas.
Una de Europa proviene
delgados tallos ásperos
hojas raniformes
corola violáceas.
Faz algo sombría.
Tiñó injustamente el adjetivo.


Hallase la malva nativa
        junto a derruidos muros
al frescor de la brisa
en veranosos valles y piedemontes.

Pequeña planta de orbiculares hojas.
Pareciera el dulce amarillo de sus flores
        la corporeidad del lujo
de lo sorprendente.

Mitigante dádiva.
        Festejo entre el herbaje.




__________
Malva sylvestris L.                    Malvaceae (europea).
Malachra alcelfolia.                 Malvaceae (nativa).






 BUCARE ROJO

Cuando el verano despliega sus fuerzas recónditas
sales de tu silencio con la voz grana
te levantas entonces como un sirio
entre  viejos cafetales y oxidados cerros,
Por sobre los días secos y gualdas del cálido mutismo
tu grito de carmin es la palabra de la vida
misteriosa respuesta cuando todo pareciera yacer en el estío.


                              Erythrina velutina.       Leguminosae.


 



LOS POEMAS DE CHORONÍ

Aquella linda muchacha de Choroní….
Playa de la Calera.....
La siempreviva….
El cementerio de Choroní.....
Puerto Escondido-----
Caro….
Valle de grandes mijáos….
Rito de verano….
La risa, las doncellas, los lirios, el paso del río….
Fogatá….
Lluvia….
Mar….
Mijáo….
Las Malvas….
Bucare  rojo….






LUBIO CARDOZO, poeta y ambientalista venezolano

Lubio CardozoCaracas, 1938. Poeta, ensayista, investigador y crítico literario venezolano. Licenciado en Letras en la Universidad Central de Venezuela (curso 1960-1964). Postgrado en Investigación Documental en la Escuela de Documentalistas de Madrid (curso 1972-1974). Profesor Titular Jubilado de la Universidad de Los Andes. Director de la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades de la ULA (1975-1976). Director Fundador del Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres de la misma Universidad (1977-1979). Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Los Andes (1979- 1981). Miembro de la Academia de Mérida y Bibliotecario de su Directiva (1993). Lubio Cardozo comienza su vida literaria, como poeta, en la revista En Haa junto con José Balza, Jorge Nunes, Carlos Noguera, Argenis Daza Guevara, Armando Navarro, Teodoro Pérez Peralta. En Haa significaba una tercera posición estética, creativa, en la Caracas del primer lustro de los años sesenta, en cuya escena jugaban un papel de primer orden Tabla Redonda y Sardio
Pasada la difícil década del sesenta, las búsquedas literarias de En Haa se continuarán con el mismo grupo de intelectuales en las publicaciones Jakemate (Caracas, 1972) y Falso Cuaderno (Caracas, 1976). Ha obtenido los siguientes premios literarios: de ensayo, en el VIII Concurso Literario de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1970); de investigación, en el "Carlos E. Muñoz Oraa" de la ULA (Mérida, 1976); de poesía, Mención en el VI Concurso Anual de Poesía de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1967), Municipal de Literatura (Mérida, 1982); Premio de Poesía APULA (1984). Ha sido colaborador de diversas revistas literarias nacionales y extranjeras, entre estas últimas: Xilote (México), Igitur (Córdoba, Argentina), Ideas, Artes y Letras (Lima), Espiral (Bogotá), Esparavel (Cali, Colombia); y entre las nacionales: Suplemento Cultural de Últimas Noticias (Caracas), Revista Nacional de Cultura (Caracas) Revista de la Universidad del Zulia (Maracaibo), etc. Redactor de la Revista Caribana (1982 - 1984), En Haa (1963 - 1971), Jakemate (1972) y Falso Cuaderno (1976 - 1981). Coordinador de la revista ACTUAL de la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los AndesMéridaEstado Mérida
Cardozo ha publicado más de treinta (30) títulos de estudios literarios sobre Historia, Teoría y Crítica. Fue promotor, coordinador, editor y co-autor del Diccionario general de la literatura venezolana (2 vol. 1974). Como el mismo autor sostiene en su libro de crítica litararia Paseo por el bosque de la palabra encantada, su obra bibliográfica y, ciertamente, historiográfica es "fruto de muchas lecturas, apuntan más bien hacia un intento de nombrar para la historia ciertos momentos del desenvolvimiento de la creación poética venezolana, cuando y donde han levantado los bardos un significado hacer de un trascendente valor artístico innegable, a partir de 1940". Se diría que se trata de un como levantamiento, un tanto heteredoxo aunque fundamental, del mapa poético venezolano contemporáneo. Su obra poética comprende los siguientes títulos: Extensión Habitual (1966), Apocatástasis (1968), Contra el campo del rey (1968), Salto sobre el área no hollada ( 1971), Fabla ( 1974), Paisajes (1975), Poemas de caballería ( 1983), Solecismos (1986), Poemas (1992), Lugar de la Palabra (1993), El país de las nubes (1995) Un verso cada día (1995). Arbóreos (1997), Ver (1999). Toda su poesía ha sido reunida en el volumen La cuarta escogencia (Ediciones Mucuglifo, 2006). En 2011 ha salido su último poemario Alrededor así como el libro sobre poetas merideños Mérida una ciudad hecha de poesía (La Espada Rota). http://www.poemaspoetas.com/lubio-cardozo yhttp://www.letralia.com/firmas/cardozolubio.htm

Brindis (Ver, 1999)
Brindemos por el día
en medio del bullicio de la oportunidad de errar.
Vale nuestra euforia una crátera colmada de sílex.
Sustituye toda la jactancia irracional del orbe la pal
abra silencio,
el brebaje secreto del reposo.
¡Brindemos por el escándalo!
Es la oniria la fiesta de las tinieblas,
ojo lunar de la conciencia,
por ella la hierática quietud atisbamos.
Pero sobre la hierba todavía
los frutos maduros reposan
fragantes,
podemos aún prodigiosamente equivocarnos.
Aunque estés triste brindemos por el día.

“La poesía en el poema, lo poético, nutre todas las estructuras de la composición, el léxico, los tropos, las figuras, el verso y la estrofa (si los hay), la musicalidad. La poesía comprende la belleza, la engloba, pero va más allá de ella. Incorpora el pensar, ideas, visiones, a su entidad; no obstante a todos ellos los subyuga para salir a la percepción de la mirada y del oído, a accionar la inteligencia (interpretando una frase de Plotino se podría decir en este caso, la inteligencia se hace entonces ser de la poesía y el ser de la poesía se hace a su vez inteligencia. Enéada sexta. VI, 2) a ser percibida, sentida, intuida; a ser placer, conocimiento, misterio y sobrecogimiento.” (Lubio Cardozo).http://www.wikilearning.com/monografia/para_que_la_poesia-para_salir_a_la_percepcion_de_la_mirada/17908-29

Del poeta Lubio Cardozo ha escrito el historiador y poeta Rafael Rattia: "El poeta Lubio Cardozo está destinado, por una especie de fatum benéfico inscrito en el devenir de las letras hispanoamericanas del siglo XX, a formar parte de los escritores antiguos de habla hispana. Es Cardozo, ciertamente, un extraño caso de la literatura venezolana en particular y de las letras latinoamericanas en general. Nadie discute la excelsa formación clasicista que distingue a este excelente poeta que ya ha alcanzado un cimero lugar entre los mejores estros que conforman la atalaya literaria de nuestro continente hispanohablante. Casi una veintena de poemarios pueden atestiguar mi aserto (...)"http://www.letralia.com/88/ar02-088.htm

Asimismo el tachirense Pablo Mora asevera que "(...) Lubio Cardozo en permanente pasión por la palabra, frente a la vida, frente a la luz, la sombra o la ternura, reteje, (re)ordena, deslinda, resucita la palabra, la sigue y la persigue minuciosamente en sus valles, aposentos, intersticios, vericuetos, calzadas, alcores, aleros, umbrales y veredas. Conspiración de sueños. Lírica, fulgurante provocación frente al horizonte azul del vuelo, desde el senderuelo que lleva a la alquería, “sobre el azafranado espíritu de la errancia”. Errabundaje, trashumancia del hombre que mira hacia la estrella. Entonces, sabemos qué cosa sea la risa o la “holganza profunda”. Sabemos del don del azar, de la alegría; de ese otro nombre del tiempo: el olvido; nos convencemos de que la vida es el jardín del mundo: de que sólo la poesía corporiza el tiempo; que la llama pareciera el delirio de un gran pensamiento o el mundo ese delirio; que la poesía, “Mater Amabilis”, deífica presencia, casi todo lo define."http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/lubiocar.html

Entre su obra bibliográfica y de crírica literaria, destacan:
Desde la torre de Segismundo (2007) Formas estructurales del poema lírico (musicalidad, tropos, figuras) (2003) Paseo por el bosque de la palabra encantada (1997) Antología de la poesía venezolana escrita en la Guerra de Independencia (1994) La poesía lírica venezolana en el siglo XIX (1992) Debajo de un considerando me puse a considerar(1987) El sabor de la tierra (1987) Los repertorios bibliográficos venezolanos del siglo diecinueve (1982) Por la tendida loma (1979) Historia de los estudios bibliográficos humanísticos latinoamericanos (1978) Philobiblión (1976) Bibliografía de bibliografías sobre la literatura venezolana en las bibliotecas de Madrid, París y Londres (1975) La poesía en Mérida de Venezuela (1971) Antología de la poesía merideña (1969) Cuentos indígenas venezolanos (baniba-bare-piapoco-puinabe)(1968) Bibliografía de la literatura merideña (1968) Contribución a la bibliografía sobre la literatura indígena venezolana (1966) http://openlibrary.org/authors/OL85373A/Lubio_Cardozo

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