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martes, 12 de marzo de 2019

Somnium Orbis Terrarum (El sueño de la Tierra) por Lubio Cardozo


Cuando esta aventura de la vida concluya.
Cuando el planeta una roca pelota de ceniza 

                                  Sin azul

                                  Sin verdor

                                  Sea

Tal vez entonces en algun momento las piedras, las arenas preguntaran: 
                - Acaso soñamos?



     Lubio Cardozo, 
    poeta y ambientalista venezolano 

lunes, 4 de marzo de 2019

LOS ANIMALES SILVESTRES DE VENEZUELA EN UN LIBRO ADMIRABLE: LA FAUNA DESCRIPTIVA DE VENEZUELA (VERTEBRADOS), ESCRITO POR EDUARDO RÖHL

Image result for LOS ANIMALES SILVESTRES DE VENEZUELA  POR EDUARDO RÖHLConstituye el ser de los venezolanos su tierra, ese maravilloso espacio del Planeta extendido desde la Serranía de Perijá y Los Andes nativos hasta el Océano Atlántico, desde el Mar Caribe hasta la Amazonía pertinente, atravesado por la poderosa arteria equinoccial del Orinoco. Ha andado desde siempre sobre ese entrañable paisaje el venezolano, porta éste sobre su piel, en su alma-espíritu una historia construida con el valor, dramática, a veces trágica pero siempre fértil, trascendente, ennoblecida por su autenticidad.  En fin, los territorios por donde pasó Simón Bolívar con su sueño de una mejor existencia en libertad.  

Han acompañado al venezolano en su devenir por su entrañable geografía la exuberante vegetación, junto a ella la plural y óptima zoología habitante del orbe selvático, de los Llanos, de las montañas, de su mar, de sus ríos, de sus lagos y lagunas. Pues bien, la orografía, la vegetación, los animales silvestres le han impreso un sello singular al territorio de Venezuela.  De ello dan fehacientes testimonios sobre lo afirmado numerosos científicos foráneos y nativos investigadores de estos horizontes del saber en torno a nuestro espacio de región equinoccial, a la cual le dedicó Alejandro de Humboldt más del cincuenta por ciento de su monumental obra Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente.


Image result for LOS ANIMALES SILVESTRES DE VENEZUELA  POR EDUARDO RÖHLSe ocupará el presente escrito de una breve disertación sobre un libro (pensado con nobleza ecológica avant la lettre”) el cual revela de manera exhaustiva, fervorosa, la fauna de los vertebrados con natural al paisaje nativo: se trata pues de Fauna descriptiva de Venezuela del Dr. Eduardo Röhl.
Salió la primera versión de este texto en 1942, impreso en Caracas, por la Tipografía Americana. En la “Introducción” al volumen afirma categóricamente el autor, en el primer párrafo: “En la presente obra sobre los vertebrados de la fauna de Venezuela he procurado reunir una relación y descripción de las especiales vernáculas más notables del país, seguidas de sus nombres científicos según las más recientes clasificaciones. Ha sido mi intención preparar en este volumen un esbozo de nuestra fauna típica escrito en lenguaje fácil, acompañándolo con narraciones interesantes observadas por los grandes naturalistas que han escrito sobre la zoología venezolana”.
Se publica la segunda edición en 1949 en los mismos talleres de la Tipografía Americana. Merece destacarse en la nueva “Introducción” la vertical vocación ecologista del autor expresada de manera clara en el último párrafo: “Motivo de especial satisfacción para mí el haber logrado mis anhelos entre la juventud estudiosa, despertando en ella con la lectura de mi libro cariño y protección hacia nuestra fauna tan inútilmente destruida entre nosotros, especialmente las aves, joyas preciosas que Natura nos reporta al hombre”.  

Se da a la luz la tercera edición en 1956, en Madrid, en la imprenta Nuevas Gráficas de 516 páginas. La presente disertación se apoya en esta versión, por lo tanto, las citas, referencias remiten a este volumen de 1956.

La primera ventana del libro se abre con un excelente estudio y descripción de los pisos climáticos de Venezuela.  Nunca en el país, hasta el presente, se había expuesto de manera científica a la par de poética una lección tan brillante, en apenas veinte y dos páginas, sobre los diversos paisajes paradigmas de la geofitografía nacional: “Cuadros fisionómicos de los paisajes de las zonas altitudinales de Venezuela (pp. XV-XXXVI).  En su ascenso a partir del nivel del mar comprende los siguientes estratos:  La zona tropical cálida (de 0 a 800 metros), la zona subtropical o templada (800 a 2000 metros), la zona subalpina o fría (2000 a 3000 metros), la zona alpina o paramera (3000 a4700 metros en el límite de las nieves perpetuas). Refuerzan con sorprendente acierto las descripciones científicas nueve admirables dibujos realizados por los pintores y naturalistas de la época Anton Georing y Ferdinand Bellermann.

Después del preámbulo de los pisos climáticos con sus perfiles orográficos junto a sus respectivas vegetaciones, el autor entra de manera sistemática en la exposición de los animales vertebrados cuyos hábitats allí se hallan: la zoología propiamente. Abre el capítulo con una sintética definición teórica de los vertebrados, expone a continuación la clasificación natural de los mismos aceptada hasta el presente: comprende cinco clases, mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces. A su vez cada una de estas Clases se divide en Órdenes.

CLASE I. MAMÍFEROS: Dedica Röhl a la explicación de los mamíferos veinte y dos páginas. Su definición de los mismos la sintetiza así: “Los mamíferos constituyen el grupo de vertebrados más perfecto desde el punto de vista humano. Su reproducción es casi siempre vivípara, alimentando las hembras a sus hijos, en los primeros tiempos con leche de sus glándulas mamarias, de aquí el nombre de mamífero” (p. 6). Entra de inmediato el autor en el despliegue detallado, con la sistematicidad acostumbrada, de cada uno de los Órdenes de los mamíferos. El primero a estudiar lo constituye el Órden Marsupialis, representado en Venezuela por tres especies: el rabipelado, el perrito de agua y el ratón musaraña de Los Andes. Viene a continuación el Órden Primates (los monos). Encabeza este el araguato. Dice Röhl: Él araguato es el mono más esparcido en el territorio venezolano y se le distingue fácilmente por su vistoso pelaje rojoparduzco (p. 36). Se le encuentra tanto en las regiones bajas y cálidas como en las altas y frías, selvas vírgenes de la Cordillera de la Costa” (p. 37). Hoy por hoy el araguato ha desaparecido de los bosques nativos tanto por la cacería como por la destrucción de sus hábitats. Agrega Röhl un perfil muy peculiar del araguato: “Una de las características especiales de este mono son los fuertes y roncos aullidos que emite principalmente a la salida de la aurora y en la puesta del Sol, de allí el nombre de aullador como también se le conoce. En los días obscuros y precursores de las tempestades tropicales se le oye con más frecuencia. Estos coros lanzados por infinidad de animales se escuchan a grandes distancias” (p. 37). Asigna Röhl al araguato ocho páginas acompañadas de ilustraciones como inserta a manera de apoyo citas de Humboldt, Appun, Goering.  De inmediato pasa a describir Röhl a otros primates habitantes del territorio nacional: el mono chucuto, el capuchino del Orinoco, el caparro, la marimonda, el cosita, el cararrayada, el machango, el mono tití, la viudita.  

Pertenece el Orden subsiguiente a los Quirópteros o murciélagos. Únicos mamíferos voladores cuyo rasgo principal lo establece precisamente una larga membrana aliforme muy delgada extendida a lo largo del dorso hasta reunir las extremidades posteriores, acondicionada para el vuelo. Escribe Röhl: “Son vuelos nocturnos o crepusculares. De acuerdo a su régimen alimenticio los murciélagos se agrupan en dos secciones: los insectívoros y los frugívoros que se alimentan de frutos (…). Algunas pocas especies chupan la sangre de otros mamíferos (hematófagos)” (p. 69).  De inmediato nombra los murciélagos de mayor presencia en el País: el murciélago narigudo, el listado, el de alas blancas, el murciélago pescador, el vampiro grande mordedor, el vampiro rojizo, el espectro, el atrapa moscas, el vampiro de lanza, el oreja de ratón, el tricolor.

El Orden de los roedores comprende tal vez a los mamíferos más simpáticos de los espacios silvestres. Precisa Röhl su tipología así: “Animales pequeños fitófagos; de pelaje suave y piel elástica; con dos incisivos largos propios para roer, carecen de caninos; mandíbula inferior con movimientos laterales; roen con los incisivos, mastican con los molares” (p. 76). Sólo ocho especies señalan este Orden en la zoología vernácula: el conejo de monte, la ardilla o ardita común, el puerco espín, el puerco espín blanco, el chigüire, la lapa, el acure de monte, la casiguara. “El Chigüire es la especie mayor de todo el género de los roedores. Su largo medio es de un metro. Vive reunido en bandadas en los márgenes de los ríos, lagunas, pantanos de nuestros llanos en cuyas húmedas orillas cubiertas de altas hierbas y otras vegetaciones encuentran su alimentación” (pp. 80-81).
El Orden inmediato, los carnívoros, agrupa a los mamíferos mas respetables de las montañas, de las planicies arbóreas, por sus fuerzas físicas y su ferocidad. Alimentanse exclusivamente de carne de otros animales vivos. La mayoría es terrestre, otros arborícolas, algunas especies se les ubica como semiacuáticos. Su deambular lo realizan con preferencia durante la noche. El jaguar ocupa por su tamaño, su fuerza, su agilidad el lugar más importante entre los carnívoros de nuestro país. Tiene un largo medio de dos metros desde la nariz hasta la punta de la cola. Color rojizo amarillo obscuro con manchas circulares negras. Hoy en día va en camino de extinción. Otros felinos de hermosa prestancia los representan el puma, el cunaguaro, el manigordo, el gato montés. Dos especies conforman los cánidos silvestres nativos: el zorro común y el perro grullero. Otro sector lo integran la comadreja, el hurón, la nutria, el mapurite. Sobre éste refiere Röhl una afirmación de Adolfo Ernst: “Son animales de una forma y aspecto bonito, pero tienen un arma de defensa que es más poderosa que el cuerno del búfalo o la garra del jaguar: un líquido de olor sumamente desagradable que es segregado por dos glándulas anales muy desarrolladas” (p. 106). Este líquido lo dispara en forma de chisguete cuando se ve atacado por sus enemigos. Con sentido ecológico da Röhl esta importante noticia: “El mapurite es uno de los más activos destructores de serpientes (ofiófago) además de ser inmune a cualquiera de los venenos, por tóxicos que sean, de las culebras del país. En el Brasil, donde se ha estudiado esta particularidad, se tiene a ese animal entre las especies protegidas” (p. 107). Finalmente se ofrecen los nombres de otros carnívoros en relativo peligro de extinción: el cuchi cuchi, el zorro guache, el cangrejero, el oso frontino.
A continuidad, el Orden Edentados. Röhl los precisa cual “mamiferos que carecen de dientes o poseen solamente molares sin raíces ni esmalte; de piel cubierta de pelos ásperos, algunos otros de piel ósea relacionada con una epidermis córnea” (p. 121). Recoge al respecto las especies concurrentes en la zoología nativa: el oso hormiguero o palmero, el oso melero, la pereza, el cachicamo, el cachicamo gigante o cupa, este peculiar de las selvas de Guayana, mide medio metro incluida la corta cola.
El Orden Cetáceos, “mamíferos de gran tamaño, de vida acuática, con respiración pulmonar, carecen de extremidades abdominales; aberturas nasales en la parte superior de la cabeza, epidermis muy gruesa exenta de pelos” (pp. 130-131).  En las aguas del país este Orden lo encarnan sólo tres especies: la tonina del Orinoco, el delfín, el cachalote o ballenato.
Una sola especie representa en nuestro territorio el Orden de los Imparidigitados, “mamíferos ungulados, es decir con pezuñas que envuelven la extremidad de los dedos” (p. 134), la famosa danta o tapir.

El Orden Paradigitados pose en Venezuela pocas especies de las cuales se destacan la báquira o  báquiro, el venado matacán, el venado caramerudo.

Del último Orden de los mamíferos, los Sirénidos, escribe sobre el particular Röhl: “Pequeño grupo de mamíferos acuáticos (…), de cuerpo pisciforme, piel desnuda, con aletas anteriores, aletas caudales horizontales. Son herbívoros; viven en los grandes ríos” (p. 145). El manatí encarna la única especie de este Orden en Venezuela, singular animal silvestre en real peligro de extinción.


CLASE II. AVES:  Resumo la definición de Röhl de la siguiente manera: cuerpo cubierto de plumas: solo ellas tienen el don del canto: constitución física diseñada para el vuelo: esqueleto liviano, huesos llenos de aire (neumáticos); sacos de aire repartidos por el cuerpo (p. 149). Para su estudio Röhl continúa con la disposición por Ordenes: Orden Tinamiformes: Comprende a las llamadas gallináceas. Se hallan en Venezuela las especies conocidas como la gallina azul, la pocha, la soisola, la gallina de monte, la gallina cuero. 
Del Orden Colymbiformes: el patito zambullidor. 
Del Orden Pelicaniformes: el chicuaco, el pájaro vaco, la garza blanca, la garza morena, el pato cuchara, el gabán, el garzón soldado, el tautaco, el tarotaro, el corocoro, la garza paleta, el flamenco (en peligro de extinción). 
Del Orden Anseriformes: el pato real, el pato carretero, el pato güiriri, el aruco, el chicagüire. 
Del Orden Cathartiformes: el cóndor (casi extinguido en Venezuela), el rey zamuro, el zamuro, el oripopo. 
Del Orden Falconiformes: el caricare, el chupacacao, el gavilán habado, el gavilán macagua, el gavilán colorado, el gavilán tejé, el gavilán tijereta, el gavilán primito, el águila arpía, el águila negra, el gavilán azul, el gavilán palomero, el águila pescadora, el halcón primito. 
Del Orden Galliformes: el paují de copete, el paují copete de piedra, la camata, la guacharaca, la pava de monte. 
Del Orden Odontoforidas: la perdiz, la chechena.  Del Orden Gruiformes: el carrao, el gallito de monte, la cotara, la gallineta de agua, la tigana. Del Orden Charadriformes: el gallito de laguna, el alcaraván de corbata, la viuda, el guanaguanare, el pico de tijera. Del Orden Columbiformes: la paloma turca, la paloma de garantilla, el pichón de montaña, la guacoa, las tortolitas. Del Orden Psitciformes: las guacamayas, el loro de penacho, el guaro, el loro real, el calzoncito, el perico cara sucia, el perico amarillo. 
Del Orden Cuculiformes: el garrapatero, el saucé, la piscua. Del Orden Strigiformes: la lechuza blanca, el titirijí, la lechuza orejuda, el mochuelo, el currucucú, la pavita. Del Orden Caprimulgiformes: el guácharo, el nictibio, el aguaitacaminos, la golondrina montañera, el colibrí cola blanca, el colibrí de hoja, el chivito de los páramos. Del Orden Trogoniformes:  el airón, hermoso pájaro habitante de las selvas umbrías de la Sierra Nevada de Mérida, muy parecido al quetzal.


CLASE III. REPTILES: Conceptualízalo Röhl así: Vertebrados de sangre fría (…)  Cuerpos cubiertos de escamas o escudos, tienen cuatro patas cortas o se arrastran por el suelo, de ahí el nombre de reptiles (del latín rapere)” (p. 365). Del Orden Crocodilinos singularizan tres especies: el caimán del Orinoco, el caimán americano, la baba. Del Orden Lagartos (Saurios): el camaleón criollo, la iguana, el mato de agua, el mato real, el cotejo, la lagartija, el limpiacasa, el tuqueque enano, la culebra de dos cabezas. Del Orden Ofidios o serpientes: la culebra de agua o anaconda: “Su enorme tamaño de más de ocho metros de largo la coloca entre las serpientes más grandes del mundo (pp. 384-386), la tragavenados o macaurel, la cazadora o tigre, la verdegallo o lora, la sapa, la ratonera, la bejuca, la coral venenosa, la coral no venenosa, la cascabel: “Esta terrible serpiente es de las más abundantes en nuestro país, propia de las regiones cálidas, posee un apéndice córneo llamado cascabel situado en el extremo de la cola el cual agita incesantemente cuando va a acometer su presa. Gracias a ese singular ruido que alerta al hombre de la proximidad de tan temida culebra los accidentes no son tan frecuentes” (pp. 397-398); la macagua o guayacán, la mapanare o cuaima concha de piña. Del Orden Quelonios o Tortugas: Patentes en Venezuela las inmediatas especies: el morrocoy, la jicotea, la tortuga de carey (a riesgo límite de extinción), la tortuga verde, la caguana, la arrau o tortuga del Orinoco, el galápago.

CLASE IV. ANFIBIOSO BATRACIOS: Aclara Röhl con sencillez la especificidad de estos animales: Grupo de vertebrados conocidos vulgarmente por ranas, sapos, salamandras. Su particularidad más importante: viven la primera etapa de subida en el agua como los peces respirando por branquias, después de una metamorfosis pasan a la edad adulta, respiran por pulmones, adquieren patas, pasan a la vida terrestre. Al Orden de los Anuros pertenecen las inmediatas especies nativas: el sapo común, el sapo de celdas, el sapo rayado, la rana cantora, la rana lechera, la rana marsupial, la rana platanera, la rana cornuda, la rana verde acuática. Del Orden Urodelos sólo se conoce una especie en Venezuela, la salamandra. Del Orden Apodos: la mal llamada culebra de dos cabezas (diferente a la mencionada en párrafos anteriores).


CLASE V. PECES: Explica Röhl: “Los peces son vertebrados que viven exclusivamente en el agua, tanto dulces como saladas. Cuerpo cubierto de escamas dérmicas o escudos óseos. Respiran por branquias. Sus extremidades, se encuentran convertidas en aletas o remeras. Su sangre es roja pero fría”(…) (p. 434). En el orden Ciclostomos sólo se ubican las lampreas. Al Orden Salacios pertenecen el tiburón azul, el cazón, la tintorera, la gata, el tiburón carite, el pez martillo, el pez sierra, la raya, el chucho, la manta, el temblador de agua salada. Del Orden Teleósteos: el sábalo, el macabí, la aguja, el bagre rayado, la morena, el caribe, el temblador, la guabina, el corroncho, la palometa, el pavón, el laulau, el morocoto, la sapuara, el caballito de mar, el lebranche, la picuda, la lisa, el atún, el bonito, el carite, el volador, el pez espada, el jurel, la anchoa, el mero, el róbalo, el pargo real entre muchos otros.
Finalmente:  Este libro de Eduardo Röhl constituye sin lugar a dudas un esfuerzo titánico, un registro exhaustivo de la fauna vertebrada de Venezuela, descrita con respeto científico, con vocación ecologista. Un libro escrito con sentido patriótico. Obra valerosa en la defensa de los espacios naturales de la flora, de la fauna terrícola, fluvial, marina, aérea de esta región equinoccial llamada Venezuela.
Nombres de científicos quienes con sus estudios respaldan esta obra del Dr. Röhl:  Alejandro de Humboldt, Aimé Bonpland, E. Miller, Adolfo Ernst, James M. Spense, Eugene L. Simón, Hermann Karesten, Carl Sachs, F. Appun, J.J. Linden, Alfredo Jahn, K. Moritz, Augen André, A. Fendler, W.H. Phelps, Marco Aurelio Rojas, N.J. Joaquín.




Lubio Cardozo / Lenin Cardozo



Eduardo Amadeo Röhl Arriens

El 23 de diciembre de 1956 Eduardo Röhl le envió una carta de agradecimiento a William Phelps padre, por el “X-mas gift” que recibiera de su parte para esa Navidad. Se trataba del libro sobre la avifauna de las Indias Occidentales Holandesas escrito por el Dr. K. H. Voous De Vogels van de Neederlandse Antillen de cuya revisión derivó la pregunta en perfecto inglés:“¿Por qué no fueron incluidos el Coragyps atratus foetens y el Cathartes aura en esa publicación?”, interrogante originada por su interés y predilección por este tipo de aves. El remitente prosigue: “… es el ave conocida en español con el nombre El Zamuro que come bailando, expresión muy vernácula del llano venezolano. A lo que su estimado Bill le contestó: “Not on islands” ("No en las islas").

Estos singulares descubrimientos en la correspondencia archivada por Phelps padre, nos recrean la profunda amistad entre dos hombres de ciencia, que no solo estaban unidos por la búsqueda del conocimiento sino también por la camaradería, el buen humor y su afición por las mascotas. Ejemplo de ello, lo constatamos en otra misiva, donde Röhl desde Alemania comparte con Phelps la congoja por la perdida de su perrita, hasta el punto de sospechar que su quebranto físico es a causa de ese desconsuelo[3].
Eduardo Röhl nació en Caracas el 15 de mayo de 1891, era descendiente directo por línea materna del General Rafael Urdaneta y del General Francisco Avendaño por parte de padre, ambos bisabuelos gestores independentistas de nuestro país[4].

En la Universidad Central de Venezuela revalida el título de Topógrafo en 1934 [1], que obtuviera en la Escuela Técnica de Hannover en 1914, luego viaja a Alemania para obtener su grado doctoral. Previamente, había intentado estudiar en el país germano pero la Primera Guerra Mundial lo impidió[8], obligándolo a regresar a Venezuela para convertirse en uno de los científicos venezolanos más polifacéticos que haya vivido en el siglo XX. No solo se destacó como físico, astrónomo, meteorólogo, climatólogo y cartógrafo sino que también incursionó en el ámbito geográfico, histórico y ornitológico. Röhl investiga y explica las maravillas que la Naturaleza nos ofrenda en una tesonera y fructífera labor científica.
Redactó la primera revisión bibliográfica ornitológica de Venezuela[11] dando pie a que Phelps padre prosiguiera con la investigación acuciosa de la historia de los primeros colectores de aves en el país hasta 1944 [9].
En 1934 fue Sub-Director del Observatorio Nacional de Caracas[5]. Otro logro que se le atribuye es la organización y catalogación de los museos nacionales[1] y precursor de la sistematización de los registros climatológicos del país[7] .





Asumió la Dirección del Observatorio Cajigal en 1941 después del periodo de Francisco J. Duarte, donde su gestión alcanzó el mayor reconocimiento por enrumbar este recinto hacia su progreso y modernización hasta lograr posicionarlo como la referencia astronómica venezolana por excelencia. Además, solicitó en Alemania los equipos para iniciar un observatorio astronómico completo en Mérida conocido actualmente como Centro de Astronomía “Francico J. Duarte”, donde se realizan importantes aportes en investigación y docencia [1,13]. Con el fallecimiento de Röhl en Hamburgo en 1959 y la situación política originada por el derrocamiento de la dictadura pérezjimenista, se detuvieron momentáneamente los avances de la construcción de las cúpulas y edificios del Observatorio[7] hasta que se redefinió la operatividad, equipamiento y personal del instituto en las décadas del 60 y 70 acorde con la línea de investigación de las Universidades en este campo y la supervisión de la Armada venezolana sobre quien recayó la responsabilidad de los destinos del Observatorio.
El Sillón XX le es asignado como Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales en 1933 y este mismo año es Fundador y Presidente de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales [1].
Cuando William H. Phelps fue incorporado como Individuo de Número de la Academia, le correspondió a Röhl darle la bienvenida en el acto solemne, en cuyo discurso expuso la curiosa coincidencia sobre los inicios de los estudios ornitológicos venezolanos del Barón Jacquin y Phelps al seleccionar ambos como sitio geográfico para la colección de aves [10] a Cumaná, la primogénita del continente.
Röhl es el autor de dos importantes obras para la ciencia en Venezuela, como son: Fauna descriptiva de Venezuela y la Historia de las Ciencias Geográficas de Venezuela. Recibió numerosas condecoraciones, entre ellas: el Doctorado Honoris Causa de las Universidades de Puerto Rico, Central de Venezuela y Hamburgo, y la Orden del Libertador en el grado de Comendador. Fue miembro de diversas asociaciones científicas nacionales e internacionales ejerciendo funciones directivas o como miembro honorario [1].
Las colecciones de aves del cerro El Ávila fueron georeferenciadas gracias al mapa de “Caracas y sus alrededores” elaborado por Röhl. Alberto Fernández integrante de la Colección Ornitológica Phelps, relata en el cuaderno de campo de la expedición a El Ávila del año 1939 que el Campamento del Dr. Röhl era frecuentado para pernoctar y seguir el camino hacia sitios ubicados en diferentes cotas de altura [6]. En muchas oportunidades fue el emisario de Phelps ante las autoridades del American Museum Natural History, el British Museum, Smithsonian Institute y Museo de Historia Natural de Hamburgo. En reconocimiento a los méritos científicos del Dr. Röhl, Zimmer y Phelps padre describen una subespecie de Carpintero con su nombre: Picumnus squamulatus rohli [12].





Escrito por:

EL ESTUDIO ECOLOGICO MAS COMPLETO DE LA FITOGEOGRAFIA VENEZOLANA: EL MANUAL DE LAS PLANTAS USUALES DE VENEZUELA ( YSU SUPLEMENTO) DE HENRI PITTIER.

Resultado de imagen para Manual de plantas usuales de Venezuela     Alcanza la Flora vernácula de Venezuela, a esta fecha del 2018 más de treinta mil especies entre árboles, arbustos, hierbas, helechos. Cuando Henri Pittier público su obra Manual de plantas usuales de Venezuela en 1.962 (Caracas, litografía del comercio con cuarenta y dos ilustraciones de paisajes específicos junto con fotografías de botánicos vinculados  al país) el registraba en ese momento, resultado de sus investigaciones, seis mil ochocientas especies. Develaba para el conocimiento  de la nación este primer informe sobre la rica flora nativa cuya detallada descripción, planta por planta, ocupa en buena medida el corpus central del libro. Significaba esta parte del volumen el apoyo de la compleja tesis desarrollada a lo largo del texto: su laborioso estudio sincrónico del estado de la fitogeografia del país en su estrecha relación con la gente habitante de esos paisajes, con la economía, con la agricultura, la medicina, la industria maderera, con la salud de la tierra en su dinámica con la vegetación, la vital situación de los grandes espacios naturales desde la perspectiva de la defensa conservacionista de los mismos. 

Para el presente escrito se trabajó con la segunda impresión de esta titánica obra de Henri Pittier: Manual de Plantas usuales de Venezuela y su suplemento (Caracas, Fundación Eugenio Mendoza, 1.970 (p. 620). Incluye la brillante presentación del  Dr. Eduardo Mendoza,  el prólogo  del profesor Francisco Tamay, el prefacio del autor. Por ello todas las citas, referidas en las presentes páginas remiten a esta edición de 1.970).

Abre esta exigente obra de Pittier con una exhaustiva INTRODUCCION dividida en tres partes: I.- La pormenorizada historia de las investigaciones botánicas en el territorio nacional. A continuación menciona los aportes de los botánicos visitantes desde el periodo colonial, Humbolt, Bonpland, Loefling, Mortz, Wagener, Appun, Jose Maria Vargas, Karsten, Fender, Spruce, A. Ernest, Alfredo Jahn, junto a otros. II.- Un esbozo de la distribución de las plantas en Venezuela de acuerdo al clima, la topografía, los diversos tipos de selvas (xerofilas, veraneras, pluviales), las sabanas y los páramos, las formaciones especificas (manglares, médanos), las fajas altitudinales (caliente, templada, fría). III.- Explica aquí el sentido de las frase “plantas usuales”: las útiles a la sociedad, agrupadas en económicas (alimenticias, forrajeras, medicinales, fibrosas, oleaginosas, resiniferas, ornamentales, madereras), las plantas daninas (venenosas, malas hierbas. 

Resultado de imagen para Manual de plantas usuales de VenezuelaEdita en 1.939 Henri Pittier el Suplemento a las plantas usuales en Venezuela  (Caracas, Elite). Aclara en el primer párrafo la intención de este nuevo texto botánico ecológico. “Desde entonces – se refiere a su primera obra de 1.962 – se han hecho enormes progresos en cuanto a la investigación de la flora de Venezuela, y prueba de ello es la copiosa lista de nuevos nombres vernaculares que damos a continuación” (p. 483). Este Suplemento  se insertó después al final de esta edición n la cual apoyamos este escrito. Consta dicho opúsculo de: I) “Introducción”; II) “Acerca de la distribución de las plantas en Venezuela”; III) “Factores que influyen en la distribución de nuestras plantas”; IV) “Origen y evolución de la Flora”; V) “Pisos bióticos y pisos climáticos”; VI) “Las formaciones vegetales (xerofilas, biográficas, hidrófilas, halófilas)”. Prosigue más adelante con las “Adiciones  a los nombres vernaculares” con lo cual acrecienta Pittier su estudio de las plantas con más de quinientas nuevas especies. Cierran este suplemento el “Indice de los nombres científicos y sus equivalentes vernáculos” junto con “Publicaciones recientes relacionadas con la Flora venezolana”.


     Agrego a esta breve disertación las siguientes frases de Henri Pittier para ratificar el sentido pertinente de su estudio, tomadas del Suplemento: (…) “no hemos pretendido al escribir las Plantas Usuales dar una flora de Venezuela, sino simplemente enumerar por sus nombres vernaculoslas plantas que desempeñan algún papel en la economía del pueblo venezolano, indicando al mismo tiempo sus usos o sus propiedades  reales o imaginarias” (p.512). Concluyo con estas hermosas líneas del científico sobre el reino vegetal nativo: “Volúmenes serían necesarios para hacer una descripción completa de las bellezas y singularidades de la admirable naturaleza vegetal de este país” (p.511).
     En 2001 Lubio Cardozo, mi padre edita un pequeño poemario en su memoria de Henri Pittier rotulado Arboreos (Mérida, Erato); se copia de ese cuaderno el poema dedicado al Árbol guarupa (Jacaranda  obtusifolia).
GUARUPA
Cuando la magnífica fiereza del hermano sol llega
La guarupa enuncia su ser y su destino.
Allá donde la canicula arranca la inocutable voz del amor
y los ríos encubren en el mutismo de sus aguas.
Encarna la guarupa la impudicia de la luz de mayo,
sus flores parecieran revelar la incertidumbre,
miden en cada florescencia los dones de la gracia,
dan respuesta al pálpito
cuando alabada por el coro del silencio
enciende su holgorio solferinirio
cirio morado contra el extendido gualda triste
en esa mensura al paso del tiempo.
===0===

Henri Pittier 

Image result for botanico henri pittierIngeniero, naturalista y botánico.  Realizó sus estudios en la Universidad de Jena (Alemania), donde se graduó de ingeniero civil en 1885. Ejerció su carrera como profesor de ciencias naturales en el colegio de Château d'Oex y luego en el departamento de Geografía de la Universidad de Lausanne. Después de viajar por el Mediterráneo  y el Cercano Oriente, en 1887 se estableció en Costa Rica donde dirigió el Instituto Físico-Geográfico,  que incluía una estación meteorológica, un servicio de geografía y un museo de ciencias naturales; también publicó el Boletín de ese establecimiento científico.
Image result for botanico henri pittierAdemás  de estudiar la flora y la fauna de ese país, intervino en los levantamientos cartográficos  y en la delineación de carreteras y vías férreas. En 1901, llamado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, realizó trabajos de campo sobre botánica  tropical en México, Guatemala, Panamá,  Colombia y Ecuador.  En 1913 realizó su primera visita a Venezuela como asesor para la instalación de una escuela de agricultura; en vista de que sus observaciones no fueron aceptadas, resolvió regresar a Washington. Posteriormente volvió a Venezuela en 1917 y a partir de 1919, se instala definitivamente en el país. Entonces a la edad de 62 años comenzó de nuevo su labor como botánico,  conservacionista, fitogeógrafo y educador. Entre sus discípulos se destacan Tobías Lasser y Francisco Tamayo. Elevó de 2.000 a 12.000 las fichas catalogadas en el Herbario Nacional, hoy Instituto Botánico.  Suyo es el mérito de haber logrado la creación del Parque Nacional, al norte de Maracay y que hoy lleva su nombre. Fue fundador de las revistas Museo Comercial y del Boletín Comercial e Industrial.  En octubre de 1931 ocupó la dirección del Observatorio Cajigal hasta 1933. En ese breve tiempo, con el apoyo de Alfredo Jahn, quien lo había recomendado, logró de parte del Gobierno Nacional la adquisición de nuevos instrumentos. Sin embargo, sus trabajos se especializaron en observaciones meteorológicas.  Su crítica al estado en que encontró esa institución le hizo entrar en conflicto con el Colegio de Ingenieros del que fue miembro honorario. A partir de 1936, fue jefe del Servicio Botánico  del Ministerio de Agricultura y Cría, cargo que ocupó hasta sus últimos días. Autor de cerca de 290 trabajos publicados en revistas de diversa índole, su principal obra, Manual de las plantas usuales de Venezuela (1926) ha sido reimpresa 3 veces. También dedicó su atención a estudios etnográficos  y lingüísticos de los indígenas de Centroamérica y Colombia.     






EFICACIA REALISTA DE LA ORNAMENTALIDAD: LA SALVADORA TEORIA BOTANICO-ECOLOGISTA DE JESUS HOYO


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Revela la diversidad de impresos contentivos de estudios sobre las plantas del trópico escritas por Jesús Hoyos el esfuerzo titánico de un gran científico de la botánica quien dedicó su vida profesional  a la investigación de: los vegetales superiores  (faneromas, espermatofitas, angioespermas, gimnopermas) del Nuevo Mundo, mas también a su divulgación extensiva hacia el lector culto interesado en esa temática o sencillamente amoroso de los árboles, de las hierbas, del vital verdor de la naturaleza. Aunque Jesús Hoyos  nunca taxativamente lo dice, sin embargo de su abundante bibliografía sobre el particular se puede deducir una teoría de perfil ecologista cuyo concepto nuclear podría resumirse así: lo ornamental es un argumento salvante de las plantas; divulgar copiosamente la ornamentalidad de los árboles, de las hierbas cual un valor estético de enorme importancia para los espacios interiores (domésticos), espacios exteriores (públicos) partitivos de belleza, de relax, de esparcimiento , diversión, entretenimiento, alegría, recreo; ello contribuiría a la propagación, a la reproducción, masiva de muchísimas hoy en peligro de extinción ( entre los arboles la caoba, el araguaney, el cedro, el apamate , el cereipo, el bucare, el urape, el saquisaqui, el caro, el samán, entre tantísimos mas ).

Constituye pues la ornamentalidad un valor estético de subsistencia de los vegetales radicalmente enfretando al comercio de la madera, de los aserraderos, lo cual equivale a su destrucción terminal sin sustitución de ningún equivalente. La ornamentalidad de las plantas las salva, el mercado e la madera las aniquila. Frente el deshacer de los bosques  hacer bosques. La salvación del árbol puede ser su belleza, el valor monetario de la madera significa su muerte. Ornamentalidad : estética y poder para actuar.  Dedico Jesús Hoyos a la botánica – la “ scientia amabilis” – más de doce impresos de respetable volumen cada uno, en todos resalta su vocación por la arboricultura a la par de destacar la sanidad espiritual de la hermosura de la frondosidad. Registro, al alcance de mi información, estos títulos: Arboles cultivados en Venezuela (1.974), Los Arboles de Caracas (1.976) , Las heliconias o riqui-riqui  venezolanas (1.975), Flora Tropical Ornamental (1.978), Palmas Tropicales cultivadas en Venezuela (1.985), Frutales en Venezuela (1.994) , Arborización de centros urbanos, Arboles Tropicales ornamentales, Guía de Arboles de Venezuela, Plantas ornamentales de Venezuela.

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Estudiará este escrito, entre los libros ya mencionados, solo uno por ser obra  paradigmática en la sistematización del contenido a la par de la exhaustiva riqueza  informativa : Flora Tropical Ornamental (Caracas, Sociedad  de Ciencias Naturales La Salle, 1.978. 430 p. Profusamente apoyada con las fotografías pertinentes  de las formas, de los colores, del vegetal). Aportan las tres palabras del nombre  del libro  las claras premisas de  “ Flora tropical” ubica su corpus botánico (conjunto de plantas  de un país o región ) en la enorme faja latitudinal del Planeta  comprendida entre los dos círculos  terrestres paralelos a la línea ecuatorial  circuyendo  el globo terráqueo: el trópico de Capricornio del hemisferio austral ( al sur del Ecuador) . Flanqueados  por los océanos Atlántico, Pacifico. Nomino Alejandro de  Humboldt ese  extenso  territorio  “ Las regiones equinocciales del Nuevo Continente” por el  importante indicativo de la igualdad en su duración  de los días y las noches. Uso Andrés  bello para  ese espacio latitudinal  el apelativo  de su poema LA AGRICULTURA DE LA ZONA TORRIDA  publicado en 1.826 en la. Revista Londinense Repertorio Americano; saluda  esa divina extensión en  sus cinco celebres  primeros versos,

Que al sol enamorado circunscribes
el vago curso, y cuanto ser se anima
En cada vario clima,
Acariciada de su luz, concibes ¡”
(…)
Ocupan las Florestas de Venezuela, Colombia,  Brasil, favorablemente, el vasto perímetro nuclear del trópico novomundano. Finaliza el rotulo del libro de Jesús Hoyo con el vocablo “ornamental”, el cual, como ya se expresó utsupra, ratifica su teoría  ecologista de salvar las plantas al exaltar el valor de su belleza, ofrecer  la estética de los árboles para enriquecer la salud espiritual contra la fealdad del ecocidio  de los arboricidas. Sustenta su teoría de lo ornamental el respaldo de magnificas ilustraciones  fotográficas  realizadas con admirable  virtuosismo artístico.

Estructura Jesús Hoyos este libro de cinco macro capítulos
  a)  Flores (hierbas  floriculas);  b) arbustos; c) trepadoras; d) palmas; e)  arboles. Subdivide luego estas 5 secciones en sesenta y ocho familias  botánicas para colocar  científicamente las  trescientas  sesenta y cinco especies descritas. Explica Hoyos en su exposición así: “ En  cada descripción se señala la familia botánica  nombre vulgar más usual, nombre científico, origen de la planta, distribución, hábitat, valor de horticultura, forma de propagación,, requerimientos o exigencias de la planta, etc., y terminamos  indicando los usos más apropiados desde el punto de vista ornamental” (p. 17). Refuerzan el“Salve, fecunda  zona,  
ordenamiento informativo tres importantes índices;  I.- Orden  alfabético de  familias; II.- Orden alfabético de nombres comunes III.-Orden alfabético de nombres científicos. Concluye  el volumen con el “Glosario de algunos términos  botánicos; La Bibliografía”.

Se ha hecho una apretada selección de las planta registradas por Jesús Hoyos en los  cinco macro capítulos, de acuerdo a tres criterios: su autoctonía (nativas)  junto con la probada fecundidad (de fácil reproducción)  y la durabilidad  (larga vida). FLORES (hierbas floriculas): siempreviva, eucare,  los veridos lirios, buenastardes, las diversas calas, caladio, las multiples dieffenbachias, una de danta, junquillo, dama de noche, capacho,  suelda con suelda, vedelia, salvia, las  varias heliconias (riquiriqui), nenufar, bora, petunia, cariaquito, guanasna, TREPADORAS:  los numerosos jazmines, las malangas, tango o zarcillo, palo negro, jalisco, trinitarias, bellisima, copa de oro, ARBUSTOS: cayena, camarón, los variados crotos, pavón, san juan, tuna, amapola, retama, fresnillo, bleo, guamacho, clavellina, melero, lechero, semeruco, granado (el criollo), ixora, viudita, los múltiples  chaparros,  garbancillo. PALMAS: chaguaramos,  corozo, macaguita, pacaya, palma  de abanico, carata, coroba, coquito. ARBOLES:  los varios bucares, naranjillo, merey, totumo, abey,, guarupa, araguaney, y similares, apamate, acapro, los muchos castaños, ceiba, sibucara, guatacaro, pardillo, caujaro, urape, dividivi, los diversos  canafistolos, yao, copaiba, algarrobo, paniagua, toco, bototo, copey, cedro, caobo, tiamo, los diversos cujies, los guamos, carbonero, cuchiban, masaguaro, orore, la rica variedad de higuerones, (o matapalos, cauchos), guayabo, trinitaria arborea, anima, roble, drago, uvero de playa , palo maria, ponsigue, merecure, mamon, parapara, cotoperis, guasimo, camoruci, vera, guayacan.

Ofrecese, finalmente, al lector amoroso de la ecología botánica, un  ejemplo de la manera de explicar de Jesús Hoyos la especie vegetal siguiendo las pautas expositivas de su predecesor Henri Pittier, así: Nombre vernáculo – Nombre Científico, Familia Botánica, Descripción, Uso. Se escogió para el caso un árbol, el urape blanco  (p. 325).

Resultado de imagen para URAPE BLANCO           “URAPE BLANCO. Bauhinia megalandra. Griceb. CAESALPINACEA (LEGUMINOSAE) (…) Arbol    autoctono, mide de 5 hasta 12 m. de alto; tronco corto, copa frondosa y extendida. Hojas divididas en su ápice hasta más o menos un tercio de su longitud. Flores Blanca, en racimos terminales o solitarias, con el cáliz ligeramente curveado; sépalos dispuestos en forma de espata; suelen estar presente entre los meses de Octubre a Febrero. Frutos en legumbres comprimidas, de hasta 25 cm. De largo por unos 3 cm e ancho. Se produce por semilla; presenta crecimiento bastante rápido;  su sistema radical es profundo y es árbol de vida bastante larga. USOS: como  ornamental es apropiado para jardines, parques y calles de las ciudades.”


Cierro esta breve disertación sobre el libro de Jesús Hoyos y su tesis ecologista de la ornamentalidad con una composición lirica de mi padre, el poeta Lubio Cardozo, sobre el respetable señor del reino vegetal de los Andes de Mérida de Venezuela, el “bucare”.

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BUCARE
Cuando el Verano despliega todas sus fuerza recónditas
Sales de tu silencio con la voz grana


Te levantas entonces cual cirio
Entre viejos cafetales y oxidados cerros.
Por sobre los días secos y guardas del cálido mutismo
Tu grito de carmín es la palabra de la vida
Misteriosa respuesta cuando todo parecería yacer en el estío.
(Erythrina velutina. Papilionatae)

Lubio Cardozo



Entiéndase este escrito como un breve homenaje a un inmenso hombre, el Dr. Jesús Hoyos.  Dedico el su vida a la botánica, a investigar, a proteger las plantas, lo cual se traduce en definitiva en una defensa del planeta Tierra, o en otras palabras: a salvar mediante el estudio lo mas evolucionado del universo, después de dios, la humanidad.