viernes, 15 de abril de 2011
How to be an environmentalist and not die trying to be
jueves, 14 de abril de 2011
Latin American environmentalist beyond ideologies
miércoles, 6 de abril de 2011
Latinoamérica ambientalista, más allá de las ideologías
sábado, 2 de abril de 2011
Día internacional del hambre
jueves, 31 de marzo de 2011
Latin America: Energy of life vs. death energy
Latin America, has a relatively recent history in the use of this technology. Commercially, only 6 nuclear reactors are operating for this purpose: two in Argentina (Buenos Aires Atucha I and Embalse in Córdoba), two in Brazil (Angra dos Reis) and two in Mexico (Laguna Verde I and II in Veracruz), being Argentina, the Latin American country who has the oldest reactors in the region. Atucha I began producing electricity in 1974 and Reservoir in 1983, which contributes in the generation of 6% of the country's electricity. Still, since 2006, Argentina is running a nuclear expansion with a budget of $ 3.5bn, which includes building a second reactor in Atucha called Atucha II. Their expectation is to achieve the increase of its capacity by 150%.
miércoles, 30 de marzo de 2011
Latinoamérica: Energías de la vida vs energía de la muerte
sábado, 26 de marzo de 2011
Los argumentos del Club de los contaminadores
El Club de los países contaminadores, se defiende tenazmente ante la cada día más creciente posición de los ambientalistas. Los definen como los apocalípticos del nuevo siglo. Para sus políticos, intelectuales, científicos y periodistas, los ambientalistas han estado sistemáticamente equivocados y llevan infructuosamente décadas prediciendo que el mundo se va a quedar sin alimentos, sin tierras cultivables, sin bosques, sin agua potable, etc. Y según ellos (los del Club). Por el contrario, se ha aumentado la oferta de todo eso que los ambientalistas temen que se va a agotar.
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Walter Williams de la Universidad George Mason, uno de sus más visibles y reconocido defensor de la “inocencia” de estos países, utiliza como argumentos comparativos, por ejemplo, que en los años 70, Lester Brown de Worldwatch Institute comenzó a predecir que el crecimiento de la población excedería la producción de alimentos. Y en 1968, en su exitoso libro "La bomba de la población", Paul Erlich predijo que el hambre reduciría la población de Estados Unidos a 22 millones para 1999. Sin embargo, según Williams, desde 1961 se ha doblado la población del mundo, pero la producción de alimentos se ha incrementado en mayor proporción, inclusive en muchos países pobres. La Organización Alimentos y Agricultura informa que el consumo de calorías por persona en el Tercer Mundo se ha incrementado 27% desde 1961.
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Sobre el tema de qué la lluvia ácida destruye los bosques, Williams argumenta tener pruebas de un supuesto estudio del gobierno de los Estados Unidos efectuado a un costo de 700 millones de dólares, donde concluyeron que "no hay evidencia de una reducción general o anormal en sus bosques en Estados Unidos y en los de Canadá debido a la lluvia ácida".
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Igualmente expresa, que a cada momento surgen nuevas predicciones alarmantes de los ambientalistas, tales como que la expansión de las ciudades o la producción de biocombustibles están reduciendo las áreas de cultivo. La cual titula de absoluta exageración, ya que la realidad es que las tierras agrícolas que no están siendo actualmente utilizadas en sólo Estados Unidos y en Argentina podrían alimentar a 1.400 millones de personas.
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El profesor Williams también, se ríe de los argumentos de los ambientalistas cuando predicen que la erosión convertirá grandes áreas en desiertos, pero según él, sus técnicos e investigaciones propias demuestran otra realidad: la pérdida de áreas cultivables por erosión se ha reducido en dos tercios desde 1950.
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Finalmente agrega que ahora, pretenden los ambientalistas asustarnos con que la utilización de la energía nuclear es peligrosa. La realidad es que generar toda la electricidad que consumimos con plantas nucleares tiene un riesgo casi inexistente, está más en la imaginación de ellos (los ambientalistas) que en otra parte.
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Saque usted amigo lector, sus propias conclusiones.
miércoles, 23 de marzo de 2011
El uso de la energía nuclear y el terremoto de Japón
La catástrofe producida por la naturaleza, a la cual hoy es víctima Japón, ha puesto en evidencia el inconmensurable problema de las centrales nucleares, que mas allá del beneficio de producir electricidad, se han estado sembrando soterradamente bombas de tiempo, que tarde o temprano la misma naturaleza se encargara de explotar. Se ha desvanecido así, el mito, de que la Energía Nuclear, es una alternativa energética, confiable y segura.
Según datos de la Agencia Internacional de Energía Atómica, en el mundo existen 442 reactores nucleares y 65 en plena construcción. Concentrándose la mayoría entre los Estados Unidos, Francia, Japón, Rusia y 25 países más. Inventario que se queda corto, porque no contemplan los que se han construido en secreto (Como las llamadas bombas nucleares, que se estiman en más de 23 mil, dispersas en el mundo). Lo cierto, es que una reacción en cadena de una parte de estos reactores o armas, son suficientes para acabar con la vida del planeta.
Para algunos científicos, abrir un debate sobre del futuro de la energía nuclear en el mundo no debe desarrollarse al calor del accidente de Fukushima porque se estaría condicionando la discusión sobre la base de la emotividad ante los hechos del Japón. Donde supuestamente, el actual el diseño de las centrales modernas nucleares, hace que aun en situaciones críticas, si es que sucede un accidente, éste no pasaría de ser un problema local sin alcanzar dimensiones mundiales. E igual argumentan, que dichas plantas cada vez se justifican más, ante la carencia de otras fuentes de energía, como el petróleo, carbón o el gas.
Sin embargo, la discusión debe ir más allá, de cuestionar o no el uso de la energía nuclear para fines pacíficos. Para muchos científicos y ambientalistas, la contingencia nuclear del Japón, confirma la tesis que la intervención humana, su irracional visión de dominarnos unos a los otros, está acelerando la destrucción de la vida en el planeta. A tal punto, que hemos sido capaces de intervenir las condiciones climáticas, producir desequilibrios, y generar catástrofes en menor o mayor grado, que se ocultan, y se disfrazan también de fenómenos “naturales”.
Por supuesto, los científicos antiplaneta, que están en la nomina del Club de los países contaminadores, enfrentan este enfoque. Para ellos, lo que está ocurriendo, es porque ha de ocurrir. Se esta viviendo el sexto ciclo y el cambio climático es parte de un proceso natural previo al enfriamiento global de la Tierra. La acción humana está exenta de estos cambios.
Es el momento que cada quien tome su bandera de lucha. Por mi parte, hasta el último día de mi existencia, seré uno más de la causa ambientalista.
domingo, 13 de marzo de 2011
La Tierra le reclama a Japón
Esta orientación del gobierno Nipón, se sustenta en la versión casi oficial de su comunidad científica vinculada a las elites gubernamentales, quienes manejan la tesis que rechaza que el cambio climático se deba a la acción de los humanos; y argumentan para ello, que los datos de medidas de temperatura que se usan para apoyar el planteamiento del calentamiento global son llamativamente escasos y apunta, además, que la tendencia de la Tierra a calentarse registrada en la segunda mitad del S XX ya ha terminado. Así mismo, ridiculizan el “show” de los ambientalistas que señalan a los gases de efecto invernadero originado por la acción humana como culpables de las modificaciones en el clima.
Para el gobierno japonés, simplemente el calentamiento global es "una hipótesis improbable". Califican de extremadamente inmaduros los modelos climáticos que se utilizan en las catastrofísticas predicciones que auguran notables aumentos de la temperatura global o el deshielo de Groenlandia o la Antártida. Y no dudan, en comparar a la ciencia climática con la "astrología antigua" o también la llaman “la neo astrología”.
En esa misma óptica, “de su muy conveniente plus ciencia”, el gobierno japonés defiende la indiscriminada caza de ballenas, bajo el argumento que esto se hace para estudios “científicos”. Un estudio científico (que nunca termina) y que soporta la matanza de cientos de estos indefensos animales anualmente, con sus barcos balleneros.
Hoy Japón, vive, las consecuencias del quinto sismo más intenso que ha ocurrido hasta ahora en el mundo. Y más de 150 sismos menores y simultáneos, de réplica. Una devastación, que pasaran años para calcular bien sus consecuencias.
Quizás ya es el tiempo, de que el gobierno nipón, sus científicos y diplomáticos, comiencen a mirar hacia, lo que ellos han llamado la “astrología antigua”. Y que trabajen con el resto de los países y comunidades que desean, frenar los desmanes del Club de los países contaminantes.
Con la lana que uses, serás medido
Las ovejas criadas en Australia, Nueva Zelandia y Reino Unido son principalmente merinos, una variedad especial por su piel rugosa y la gran cantidad de lana que estos animales generan. En menor escala, otros países también sacan la lana de borrego, de cabra, de conejo o de antílope tibetano, que se llama lana pashmina o casimir o angora. Y el procedimiento es tan igual o más terrible, que el usado con las ovejas.
Los grandes criadores, entienden que las ovejas son “cosas o artefactos” que producen lana y por ello, las trasquilan, como algo de rutina, sin ningún cuidado, rebanando en muchos de los casos pedazos de su carne. Se les olvido, hace décadas, que son seres vivos, que sienten dolor, miedo y soledad. La prioridad, es lograr producción, la cual se mide por rendimiento del corte de la lana. Y esos cortes se hacen, mientras más apurados mejor, donde poco importa si los equipos de rasurar tienen el debido filo o son los más apropiados. Testigos reportan: “Los sitios de trasquile son de los más crueles para los animales… si los animales se inquietan, por el dolor que sienten, ante los cortes que traspasan a la piel, los empleados las golpean a puñetazos o con palos, indiscriminadamente para que se “tranquilicen”.
Australia, Nueva Zelandia y Reino Unido, son los grandes productores de lana en el mundo. Ellos juntos producen más del 40% de la lana usada, explotando a más de 150 millones de ovejas. Esta particular industria, hoy está bajo la mira de los conservacionistas y ambientalistas, quienes la señalan de ser una de los más sanguinarios negocios. Y han puesto al descubierto el “sistema”, de producción de la lana a partir de trasquilar a las ovejas. A continuación se describe sin juicio de valores “esta actividad” para que el lector saque sus propias conclusiones.
Las ovejas criadas en Australia, Nueva Zelandia y Reino Unido son principalmente merinos, una variedad especial por su piel rugosa y la gran cantidad de lana que estos animales generan. En menor escala, otros países también sacan la lana de borrego, de cabra, de conejo o de antílope tibetano, que se llama lana pashmina o casimir o angora. Y el procedimiento es tan igual o más terrible, que el usado con las ovejas.
Los grandes criadores, entienden que las ovejas son “cosas o artefactos” que producen lana y por ello, las trasquilan, como algo de rutina, sin ningún cuidado, rebanando en muchos de los casos pedazos de su carne. Se les olvido, hace décadas, que son seres vivos, que sienten dolor, miedo y soledad. La prioridad, es lograr producción, la cual se mide por rendimiento del corte de la lana. Y esos cortes se hacen, mientras más apurados mejor, donde poco importa si los equipos de rasurar tienen el debido filo o son los más apropiados. Testigos reportan: “Los sitios de trasquile son de los más crueles para los animales… si los animales se inquietan, por el dolor que sienten, ante los cortes que traspasan a la piel, los empleados las golpean a puñetazos o con palos, indiscriminadamente para que se “tranquilicen”.
El viacrucis de estos indefensos animales comienzan semanas después de haber nacido, donde a las ovejas se les perforan las orejas, se les corta la cola y a los machos se les castra sin anestesia, haciendo una incisión y extrayendo los testículos, o le colocan una liga en los testículos que les corta la circulación hasta que se les atrofien, produciéndoles en el ínterin, un excesivo dolor. Cada año, cientos de ovejas mueren de hambre antes de las 8 semanas, y miles de ovejas adultas mueren por enfermedades, falta de cobijo o negligencia.
Así mismo, como entre los pliegues de la lanuda piel se depositan parásitos e insectos que ponen huevecillos, que luego son capaces de devorar viva a la oveja. Los criadores o granjeros australianos y de Nueva Zelandia para prevenir este ataque de pulgas e insectos, practican una cruel operación llamada “mulesing” que consiste en colocar a las ovejas boca arriba y atar sus patas entre barras de metal para (sin anestesia ni analgésicos) cortar trozos de carne del tamaño de un plato, alrededor de su cola. De esta manera las pulgas no se alojarán en la oveja, pues no les gusta la carne viva. Pero igual, esas heridas se infectan y las pulgas atacan de cualquier manera.
Cuando declina la producción de lana y las ovejas no son útiles para la industria, son vendidas al matadero. Esto conlleva al transporte de 8 millones de ovejas cada año, desde Reino Unido, Australia y Nueva Zelandia hasta Medio Oriente y Norte de África. Padeciendo semanas o meses de travesía en barcos donde van hacinadas, tienen poca agua y comida y soportan climas extremos.Muchas ovejas enferman, otras quedan sumidas entre los excrementos y no pueden moverse y otras son aplastadas por ovejas que tratan de alcanzar la poca agua que se les da. La mortalidad a bordo supera al 10 por ciento. Las ovejas enfermas o malheridas son procesadas vivas o lanzadas por la borda para que se las coman los tiburones. En el 2008, 20.500 ovejas murieron de calor en el camino hacia Medio Oriente. Sus cadáveres fueron lanzados por la borda.Entre agosto y octubre del 2009 más de 50.000 ovejas permanecieron semanas a bordo del barco Cormo Express, cuando el gobierno de Arabia Saudí rechazó aceptarlas porque muchas de ellas estaban enfermas. Después de dos meses a bordo del barco, con poca comida y agua, con temperaturas superiores a los 37 grados, la nación africana de Eritrea las aceptó para sacrificarlas. Cuando las sobrevivientes llegaron a su destino, fueron arrastradas a camiones y posteriormente, degolladas estando plenamente conscientes. En los países musulmanes del Norte de África y de Medio Oriente, el ritual tradicional está exento de regulaciones humanitarias. Algunas ovejas son matadas masivamente, mientras que otras son vendidas y matadas por compradores particulares.
En el presente ser un usuario del comercio de la lana es apoyar el negocio que involucra sufrimiento de miles de animales. Existe ropa alternativa a la lana, hechas de materiales duraderos, abrigadores y modernos. Los invito a que nos unamos a la moda compasiva: no compremos nada que involucre el uso de la lana y piel en general. El viacrucis de estos indefensos animales comienzan semanas después de haber nacido, donde a las ovejas se les perforan las orejas, se les corta la cola y a los machos se les castra sin anestesia, haciendo una incisión y extrayendo los testículos, o le colocan una liga en los testículos que les corta la circulación hasta que se les atrofien, produciéndoles en el ínterin, un excesivo dolor. Cada año, cientos de ovejas mueren de hambre antes de las 8 semanas, y miles de ovejas adultas mueren por enfermedades, falta de cobijo o negligencia.
Así mismo, como entre los pliegues de la lanuda piel se depositan parásitos e insectos que ponen huevecillos, que luego son capaces de devorar viva a la oveja. Los criadores o granjeros australianos y de Nueva Zelandia para prevenir este ataque de pulgas e insectos, practican una cruel operación llamada “mulesing” que consiste en colocar a las ovejas boca arriba y atar sus patas entre barras de metal para (sin anestesia ni analgésicos) cortar trozos de carne del tamaño de un plato, alrededor de su cola. De esta manera las pulgas no se alojarán en la oveja, pues no les gusta la carne viva. Pero igual, esas heridas se infectan y las pulgas atacan de cualquier manera.
Cuando declina la producción de lana y las ovejas no son útiles para la industria, son vendidas al matadero. Esto conlleva al transporte de 8 millones de ovejas cada año, desde Reino Unido, Australia y Nueva Zelandia hasta Medio Oriente y Norte de África. Padeciendo semanas o meses de travesía en barcos donde van hacinadas, tienen poca agua y comida y soportan climas extremos.Muchas ovejas enferman, otras quedan sumidas entre los excrementos y no pueden moverse y otras son aplastadas por ovejas que tratan de alcanzar la poca agua que se les da. La mortalidad a bordo supera al 10 por ciento. Las ovejas enfermas o malheridas son procesadas vivas o lanzadas por la borda para que se las coman los tiburones. En el 2008, 20.500 ovejas murieron de calor en el camino hacia Medio Oriente. Sus cadáveres fueron lanzados por la borda.
En el presente ser un usuario del comercio de la lana es apoyar el negocio que involucra sufrimiento de miles de animales. Existe ropa alternativa a la lana, hechas de materiales duraderos, abrigadores y modernos. Los invito a que nos unamos a la moda compasiva: no compremos nada que involucre el uso de la lana y piel en general.