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lunes, 11 de abril de 2016

Un libro per capire il mondo boreale: Le foreste boreali la corona verde del Pianeta Terra

BOSQUES BOREALES1
Questo libro si propone di stimolare il lettore ispanico di conoscere il mondo meravigliaso boreale,  sia le loro foreste, il clima, come la sua fauna e la gente. Naturalmente il tema delle aurore non poteva mancare.

Poco si sa su questo importante tema, perché le foreste tropicali sicuramente per anni hanno messo in ombra l’attenzione mondiale, però, stiamo parlando che circa il 30% delle foreste del mondo si trovano nella zona boreale.

Le foreste Boreale sono il più settentrionale del pianeta (la maggior parte si estende tra i 50 gradi e 60 gradi di latitudine nord). Questo bioma appare solo nell’emisfero settentrionale, perché nell’emisfero del sud in queste latitudini non ci masse continentali. Sono l’ultimo polmone verde del pianeta e si estende lungo nord del Canada, l’Alaska, Russia e Scandinavia, sono vicino a diventare il prossimo Amazzonia. Dal momento che è sempre più sotto minaccia a causa del cambiamento climatico e la presenza umana predatrice.

Attualmente, gli scienziati e gli ambientalisti chiedono misure urgenti per preservare le foreste boreali boreali e garantire la loro biodiversità, inoltre prevenire la perdita di uno dei più grandi pozzi di assorbimento di CO2 del pianeta. Essi comprendono un terzo della superficie forestale del mondo e un terzo del carbonio immagazzinato.

Queste foreste non sfuggono al complesso problema del cambiamento climatico e più gli scienziati investigano trovano altre variabili sono da studiare. Il clima del pianeta è un sistema globale che è completamente interconnesso, in modo da una disfunzione locale può influenzare il tutto. Prova di questo, è che negli ultimi anni hanno dimostrato che l’aumento della temperatura stanno uccidendo le conifere settentrionale del Canada.  Rappresentando una nuova variabile, finora non studiata a fondo, nella lotta contro il riscaldamento globale.

Il titolo di questo libro è Le Foresta boreali la corona verde del Pianeta Terra ed è diviso in tre parti: Le foreste boreali, I popoli boreali popoli e l’aurora boreale.

La prima parte presenta e analizza i seguenti 11 temi: 1.- Los bosques boreales o Taiga; 2.- Clima de los bosques boreales; 3.- Flora y fauna del bosque boreal; 4.- Tundra y bosques boreales, la última frontera; 5.- CO2 bosques boreales; 6.- Alces, Renos y Ciervos, los grandes herbívoros mamíferos de los bosques boreales del Canadá; 7.- Deforestación en los bosques boreales; 8.- Efectos de la minería sobre los bosques boreales canadienses; 9.- El calentamiento global y la degradación del bosque boreal canadiense; 10.- Bosques boreales avanzan hacia el norte para protegerse del cambio climático; y, 11.- El futuro de los bosques boreales.

La seconda parte propone un approccio approssimativo sulla habitat, la cultura e costumi dei popoli aborigeni del estremo Nord. Negati ad esserer estinti e con la maggiore tenacia per sopravvivere, abitano nelle regioni boreali o taiga e tundra, uno delle più antiche colonie dell’umanità.
La vasta gamma di popoli nativi che vivono in quei gelidi e ghiacciati territori del pianeta, ci  confermano la loro grande capacità di adattamento a questi biomi. Abbiamo trovato così ai: 1.- Los pueblos aborígenes del extremo norte; 2.- Los Aleutianos; 3.- Los Inuit o Esquimales; 4.- Los Dolganos; 5.- Los Nenets; 6.- Los Nganasans; 7.- Los Koryaks; y, 8.- Los Chukchis.

Infine, la terza parte si propone di riflettere su questo meraviglioso fenomeno naturale che sono l’aurora boreale o luci del nord. Aurora boreale si tratta di un termine composto che ha la sua origine in primo luogo, della Dea romana dell’alba, Aurora (Eos per i greci); e poi la parola di origine greca, Boreas, dio del gelido vento nordico.

Galileo Galilei ha coniato il termine aurora in un saggio pubblicato assieme ad un suo studente, Guiducci, nel 1616. Nel saggio, dopo aver descritto l’illuminazione incredibile del cielo settentrionale, conclude: “formando così per noi questa aurora boreale”. Tre anni più tardi darebbe una spiegazione, sbagliata, della loro natura. Per Galileo le brillanti luci erano il risultato del riscaldamento dell’aria attorno alla Terra e dal riflesso della luce solare sull’atmosfera.

Gli articoli di questo libro sono stati pubblicati nel corso degli ultimi 5 anni e sono stati visti da più di 2 milioni di utenti Internet, secondo Google.

Orgogliosamente pubblichiamo digitalmente, siamo sicuri che farà parte dei libri del futuro, non più alberi sacrificati per fare pasta per carta, non più derivati contaminanti per fare gli inchiostri che si usano per scrivere o stampano  i libri.

Gli Autori.

martes, 5 de abril de 2016

CHORONÍ: un libro para leer la poesía ambientalista de Lubio Cardozo


La poesía salva


Espigó Lubio Cardozo entre sus poemarios aquellas composiciones líricas donde canta la memoria de los sueños de su infancia en Choroní. Eligió solamente entre sus libros de versos las odas donde cree identificar el ser de ese “valle de grandes mijaos” junto  al viejo pueblo de pocas calles pero de hermosas casas. Nació el poeta en Caracas por vicisitudes familiares, más siempre percibió el arraigamiento de su larga ascendencia en el tiempo,  de su raigal linaje en esa verde comarca. Van en esas trovas presencias humanas dignamente recordadas: su madre, doña Crucita Soto, la notable cantante de fulías por las aldeas aledañas a la Villa, Jeremías Pedraz; de una de las fundadoras del caserío  Uraca, señora María García; las lavanderas de ropa a las orillas del río; de igual modo, su padre quien se llamó Alejandro. Acompañan gratas descripciones de entrañables espacios del pequeño territorio, las playas cargadas de largo historial, los menudos puertos olvidados, el cementerio donde la fea muerte descansa al pie de unas lindas laderas tupidas de xerófitas bañadas por el oro solar, arrulladas por el lejano rumor marino; acompañan el recorrido lírico la lluvia, algunos árboles emblemáticos, el verano, la gran falena azul propia de los días estivales, en fin.

Situado en el centro norte del estado Aragua, a dos kilómetros del Mar Caribe venezolano, el gentil pueblo  de Choroní se inserta claramente en el transcurrir de la historia nacional desde sus orígenes registrables. Entre la costa, pues, y las montañas de la Cordillera, en el sector del Parque Nacional Henri Pittier, se aposenta el poblado sobre una lonja de tierra de algo menos de un kilómetro cuadrado, flanqueado  -si miramos hacia el norte- a la izquierda por la quebrada Santa Clara, a la derecha por el río Choroní. Paralelas a estas corrientes de agua se extienden dos planicies, hasta hace poco muy boscosas, frenadas por el litoral. Las cubrían haciendas de cacao y  otros sembradíos menores en simbiosis con una nutrida floresta apropiada a esos cultivos. Lamentablemente ese nicho ecológico de Choroní se desmorona con insólita rapidez, por una semioculta antropodepredación.

Choroní nunca fue una encrucijada de caminos, un pueblo de paso, sino por el contrario una estable villa de largo arraigo en la historia venezolana que se desarrolló en el centro del País. Allí, por ejemplo, se residenció en la plenitud de su existencia, con casa en el poblado y hacienda en los aledaños, el poeta José Antonio Maitín (Puerto Cabello, 1804 – Choroní, 1874), fundador del romanticismo en la poesía lírica venezolana.

Después de muchas andanzas y desventuras José Antonio Maitín al fin encontró en ese valle regado por el río Choroní la necesaria paz para poder escribir sus versos, percibió de igual modo la espontánea poesía singular, intrínseca a ese ambiente, esparcida entre la fronda, en la atmósfera, en la luminosidad celeste, en las bermejas rocas de sus litorales, en las fragantes hierbas a las orillas de la quebrada, en las flavas arenas de Playa Grande. Leyó, pues, con su talento de escritor las serenas cantigas de esas verdes estancias. Presente ello en lo mejor de sus odas. Allí también, en este “valle de grandes mijaos”, en esta alquería rodeada de selvas, nació, transcurrió la infancia y primera juventud de Laura Alvarado Cardozo, hoy Beata María de San José.

Finalmente, busca esta breve presentación, además de acompañar el poemario de Lubio Cardozo, refrescar la mirada y la memoria de los lectores entorno al tesoro histórico, artístico, ecológico, botánico, ecológico, hídrico, humano, en riesgo de una paulatina desaparición la fronda del valle de Choroní, la belleza arquitectónica del casco antiguo de la villa, de la iglesia, de la residencia cural, de sus casas, de su plaza, de su cementerio, de sus archivos locales (jefatura e iglesia); detener en lo posible la contaminación de su río, de su quebrada, y algo insoslayable: proteger la sanidad moral de sus pobladores.

Tal vez lo poemas de Lubio Cardozo, veladamente, apuntan  a ese anhelo. Porque lo afirma categóricamente el rótulo de este escrito, LA POESIA SALVA…



Lenín Cardozo Parra

lunes, 28 de marzo de 2016

Las estrellas del mar, que se queden en el mar

Ante una denuncia de la organización Animanaturalis y algunos medios de comunicación social, ante un aviso publicitario del Ministerio de Turismo en Venezuela que promueve “sacar” estrellas de mar del agua, desarrollamos una campaña de Educación Ambiental para concientizar y adiestrar en a los turistas en el manejo y conservación de  la especie Asteroidea o estrellas de mar.

Así lo refiere Gustavo Carrasquel, Director General de la Fundación Azul Ambientalistas quien manifiesta que “esta campaña se fundamenta en la denuncia, ecología, conservación y manejo de las estrellas de mar, que forman uno de los grupos de animales marinos más conocidos del fondo marino.”

El nombre «estrella de mar» se refiere esencialmente a los miembros de la clase Asteroidea de la familia equinodermos. La clase Asteroidea se compone de cerca de 1.800 especies existentes que se distribuyen en todos los océanos del mundo.


Las Estrellas de mar y otros equinodermos bombean agua directamente en sus cuerpos a través del sistema vascular acuífero. Esto les hace vulnerables a todas las formas de contaminación del agua, ya que tienen poca capacidad para filtrar las toxinas y los contaminantes que contiene. Derrames de petróleo y eventos similares suelen afectar las poblaciones y tienen consecuencias de largo alcance para los ecosistemas.


Otra amenaza que sufren frecuentemente las estrellas de mar es cuando se acercan mucho a la costa, los turistas cometen el error de sacarlas del agua para contemplarlas y tomarles fotos, sin saber que al hacerlo no pueden estas realizar su intercambio de gases para la respiración y en poco tiempo morirán debido a una intoxicación, en otras palabras, se ahogan. Tanto las estrellas de mar como las demás especies de equinodermos es mejor no sacarlas de su hábitat acuático.

Según comenta en su cuenta Twitter, el biologo y profesor de la Universidad del Zulia Miguel Pietrangeli, “Las estrellas de mar al ser tocadas sufren un horrible estrés que muchas veces impide el retorno a su hábitat”

La Médico Veterinaria Libicni Rivero Ortiz desde sus redes sociales activamente ha venido haciendo un llamado a MINTUR, “las estrellas de mar NO se pueden sacar del agua rectifiquen su campaña publicitaria por favor su publicidad lo promueve”.

La esperanza de vida de estrellas de mar varía considerablemente entre las especies, y es por lo general más largo en las especies mayores. Por ejemplo, Leptasterias hexactis, cuyo peso como adulto es 20 g, alcanza la madurez sexual en dos años y tiene una esperanza de vida de unos 10 años, mientras que Pisaster ochraceus, cuyo peso adulto es 80 g, alcanza la madurez en cinco años y puede vivir hasta 34 años.


Viviana Camacho – Prensa Azul Ambientalistas

lunes, 21 de marzo de 2016

Libro: Los Pueblos Boreales


Este libro pretende estimular al lector hispano a conocer el maravilloso mundo de los primogénitos aborígenes de los pueblos boreales.

Poco sabemos sobre los que han habitado desde siglo el extremo norte del planeta: los pueblos autóctonos del Ártico.

Encontramos así, en el Círculo Polar Ártico del lado de América, los pueblos Inuit o Esquimales, los Aleutianos, y lops. Al otro lado del Estrecho de Bering, habitan las regiones de la taiga y de la tundra; así en Eurasia: los yakutos (cuenca del río Lena), los tungus (ubicados al este del río Yeniséi), los chukchi (habitantes del extremo nordeste de Siberia), los Sami o Saami, entre otros.

Los pueblos aborígenes de la tundra se establecieron en los límites septentrionales de las tierras habitables, a pesar de que hoy en día estos límites han sido superados por los exploradores árticos, los navegantes que frecuentan las gélidas aguas próximas a la banquisa polar y el personal de estaciones científicas de las islas árticas. Actualmente, casi todos los pueblos autóctonos de esta zona constituyen una minoría en sus territorios originarios y no superan el 5% del total de la población, que es de origen diverso: canadienses y norteamericanos, en América del Norte, escandinavos en Groenlandia, Islandia y el norte de la península escandinava; eslavos, tártaros y otras nacionalidades de la Federación Rusa, en toda Eurasia.

Las poblaciones consideradas autóctonas de la tundra, presentan una serie de rasgos comunes tanto las de la tundra euroasiática, como las de la groenlandesa o la americana. En este medio, donde los humanos han de vivir en unas condiciones que requieren la adaptación al entorno más allá del límite biológico, la adaptación cultural es la que ha hecho posible la supervivencia. Estas poblaciones aborígenes de las regiones más septentrionales del planeta, parecen tener un origen común, tal y como indican recientes estudios de genética.

Los rasgos morfológicos mongoloides que comparten los diferentes pueblos de la tundra sugieren un origen asiático. En el caso de los pueblos uralianos, a medida que nos desplazamos hacia el oeste las características mongoloides se van atenuando, de manera que los pueblos más orientales (nganasans, samoyedos, ensi) son claramente asiáticos, mientras que los más occidentales (Saami, komis) se asemejan más a los europeos. De todo esto, deriva la gran diversidad actual de los pueblos de la tundra su euroasiática.

Por otra parte, en el extremo septentrional del continente americano distinguimos tres pueblos: los inuits (que ocupan también las costes occidentales de Groenlandia y la península de los chukchis), los aleutianos (en Alaska, las Islas Aleutianas y Komandorski), y las tribus indias norteamericanas. Estos pueblos aborígenes de la tundra tienen como principal actividad la caza de caribú, la ganadería de reno y la pesca, llevando algunos una vida seminómada.

Este libro se propone un acercamiento aproximativo sobre el hábitat, la cultura y costumbres de los pueblos aborígenes del extremo norte. Negados a extinguirse y con la mayor tenacidad por la supervivencia, habitan en las regiones boreales o taiga y de la tundra, uno de los poblamientos más antiguos de la humanidad. El amplio abanico de pueblos nativos que residen en esos gélidos territorios del planeta, nos confirman su gran capacidad de adaptación a estos biomas. Encontramos así: 1.- Los pueblos aborígenes del extremo norte; 2.- Los Aleutianos; 3.- Los Inuit o Esquimales; 4.- Los Dolganos; 5.- Los Nenets; 6.- Los Nganasans; 7.- Los Koryaks; y, 8.- Los Chukchis.

Con mucho orgullo publicamos digitalmente, seguro estamos que seremos parte de los libros del futuro, no más árboles sacrificados para hacer la pulpa para el papel, no más derivados contaminantes para hacer las tintas con que se escriben los libros.
Los Autores.