Ventana hacia el jardín
Significan las hierbas una objetiva vanguardia ecológica de
orbe botánico. Los árboles por su excelsitud para el bosque en si representa
-metafóricamente- sus héroes, sus príncipes y sus majestuosos Reyes Cuáles los
samanes, los higuerones, los chaguaramos, entre muchos otros. Sin embargo
fueron los árboles los últimos en arribar a ese espacio de verdor. Acondicionaron
antes, durante milenios de posibilidad de existencia de estos erguidos
vegetales en este planeta azul sus pequeños antepasados: las algas, los hongos,
los líquenes, las buyofhytas, las posteriodophytas (los helechos) hasta sus
inmediatos ascendientes en el tiempo: las hierbas o como también las denominan
logos labriegos con simpática eufonía: las yerbas. Estas plantas -manto
preservador de la floresta- Menores en tamaño En comparación con Los Altos
príncipes de la selva, Aunque de delicada corporeidad, De fina presencia, de
aparente endebles nunca debe confundirse su categoría formal con la valoración
de su ser. Han demostrado las hierbas de manera extensible en la realidad de
los territorios Silvestre una asombrosa energía Orgánica de resistencia contra
los predadores del boscaje o de las llanuras, poseen una secreta fortaleza
corporal traducida en vocación de perennidad salvadora en su relación directa
con la tierra cuál su amoroso primer abrigo protector. Ellos bien lo saben sus
enemigos más encarnizados, los fabricantes de y herbicidas, Ni aún con estos
mortíferos tóxicos han podido erradicarlas; efectos del verano tarde o temprano
las hierbas retornan ( o retoñan) enarbolando con sus tiernos vástagos los
verdes estandarte de la victoria de la vida.
Los árboles, las hierbas, el verdor destinalmente derrotaran
la criminal destrucción de las selvas, esa arborizada estupidez inhumana,
simple cuestión de paciente pensar en miles de años. Pero sí, afirman Algunos
filósofos, el tiempo no existe, ello definitivamente apunta hacia el triunfo de
las plantas, de la vegetación, de
los montes.
Me cedió Lubio Cardozo su poemario Herbáceas (Odas
verdes) para su difusión por este medio si yo lo consideraba oportuno.
Rindiendo, pues, un homenaje a estas Gratas damas del mundo nemoroso, las
hierbas, me permito divulgar estás odas celebratorias de vivencias y belleza
nacidas en el silencioso diálogo ecológico entre la poesía y La Floresta.
Lenin Cardozo Parra.. Ambientalista.
Editor.
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Lubio Cardozo
H E R B Á C E A S
(Odas verdes)
En el Eterno presente, a
Carlos Carlos de Linneo
(1707-1778).
Mérida, Venezuela.
2017
Ediciones ERASTO.
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CAPACHO
Paz verdemarina
la ternura de tu presencia.
Abre
la policromía de tus pétalos
cuál mano amiga
tendida
a la morada del viento
o labiosbesos
de Hamadríades tus golosas flores
ornamental
los sentires al través de la mirada.
Juglaresca
hierba novomundana
la verdante
poesía prestas.
(Cannabis
generalista). CANNACEAE.
HElICONIA
Eriges
sobre obscuros suelos espirales a Helios.
Los
sombreados espacios del clima
Cromática escala de frescor aspira.
Carmesíes
tributos en ascendentes cadencia
Espléndida al sol muestras.
Nacida
acorde a la fertilidad del humus
Por la única realidad posible
La presencia.
(Heliconia bihai L.). MUSACEAE.
PETUNIA
Hierba
terrera de doce plenilunios.
De inclinadas
planicies nativa
Al pie de los Llanos.
Aromática
policromía, fiesta de tus mariposas corolas
-blancas,
violetas, ocres, rosadas, púrpuras,
Azules, rojas-
Da
cara al obrizo solar de los días.
Amorosa
del transparente tiempo viento
Lúdica sopladora de bombos
De cirros
Tus calices trompetas ondulados.
Juglaresca,
las sábanas con Terreros tallos
Florecidos mimas
Mientras
la indescifrable caravana del acaecer
Arrastra
El Silencioso gozo de la transcurrencia.
(Petunia hybrida). SOLANACEAE.
“Non canimus surdis, respondent omnia silvae.”
Vergilius Ecloga X. (+)
DAMADENOCHE
Cuál
Endymión de los jardines
Embelesada
el pasó de los plenilunios acompaña.
Eleva
vehemente en el corazón del año
-al inicio del
ocaso de los días-
Sus
largos, radiantes, grandes ojos blancos
Al nocturno seguimiento.
Acurrucada
en obscuros rincones duermes
Cuándo Helios resplandece.
Al
final de los atardeceres su festejo anuncia
la Dama de la Noche
Espera
con su intensa Fragancia acariciar
El sacro disco plateado
La escurridiza Selene.
Epiphyllum
oxypetalum. Cactaceae.
(+)
“No serán sordos nuestros cantos, todas las selvas lo repetirán.”
Al botánico y
filósofo griego Teofrasto de Érese (372-287 antes de J.C.).
THUNBERGIA ALATA
“Ojos de Susana” unos te nombran
Otros “Ojos de pájaro”.
Morado
obscuro tus retinas tubulares
Acampanadas flores
De fluvos o cándidos pétalos.
Rastrera
por los setos tus ojos sorprende
Al abstraído viandante.
Sobre
secos espinares trepadora
Asustan
las estrellas tus diminutos astros
Con su emboscada belleza.
Los
rastrojeros cerrados,
La
adormecida tarde de las veredas,
El
encendido flavo de tus corolas
Vivifica.
Constituye
tu ser ese breve mostrarte
Áurea alegría.
_______
Thunbergia
alata. Acanthaceas.
SALVIA
Las
auras al bel -rizarte
onda de rojedumbre.
Hurtado
escarlata a los labios de Venus.
Trajina
el viento el embeleso
Soplos de tus inflorescencias.
No
más de un año vives
Hierbas extasiada de sí misma.
Al
borde de veredas, empalizadas, muros
En
tu legítimo esplendor cautiva.
(Salvia splendens). LABITEAE.
CALATEA
Verdegal
de los montes
Hacedor del sosiego.
Obsequia
armónicamente sus grandes
la calatea
Cuál
una oferente lo perenne del estar saluda.
Celebra
con optimismo su heredad.
Cofradía de las hierbas
En la estancia de La Floresta.
El
toldo del sombreado matiz ameniza
El morado rojizo de sus enveses.
(Calathea ornata). MARANTACEAE.
“Hedera Helix sub Sole occasus”…
H I E D R A
Afable
éxtasis tu presencia velar
en las afueras del Anhelo.
Vertical
adherencia solitarias paredes cumbres.
Devela
esa faz la fulva transparencia
del Sol vespertino.
Leve
sobrecogimiento Inevitable
La azafránada verdura de tus hélices
Ahuyentan los espectros del olvido.
Trepan
silenciosas tapias
Hilvana
dos de alucinantes voces espirale
Tormentoso follaje.
En
sequedales días el purísimo azul te reta.
Dota
afán -¿ o sentido?- a tu hado.
Turbadoras, angustiosas espiras
Afable Éxtasis
…”sub Sole occasus.”
(Hedera
helix L. Araliaceas).
MALANGA
Cuál
la fortuna umbrosa selvacidad
Soberana coronas.
Emperatriz
del Bosque en tu pabellón
De sombras.
Humedad
tibiedad de nativa tus rizomas
bajo
el Nicho en roseta de lanzas
retantes
foliaceas del esplendoroso entorno.
(Caladium
bicolor). ARACEAE.
AECHMEA
El
púrpura de tus brácteas la queja silencia
de los
sequedales.
Aguijones
de armadas hojas tu sed señalan.
Paciente
fervorosa de la yermitud.
Montas
sobre la árida travesía de los desfiladeros
el perenne juglaresco de los colores.
A la
estampida soledad del transparente fuego
brindas el
prodigio.
Arropan
flavas inflorescencias dormidos
cangilones.
(Aechmea aquilega).
BROMELIACEAE.
CALADIO
Legítima
heredera de los brillos
resplandor de gema
traído de la hermana selva.
Tus rubíes, esmeraldas, turquesas, ópalos,
Azabaches tonos
Policroma filia
mitigan
la pobreza al pie de los villorrios
aldeas, caseríos
en
los dilatados parajes estivales.
(Caladium bicolor).
ARACEAE.
MAGÜEY
Torres
de las planicies xerofitas sedienta.
Limpian
el azul veranero por el viento asistidos
Bravío
espejo en rojas horas de la canícula.
Altiva
rustiquez al astro Sirio
En Salva tus afiladas astas le elevas
-la flava estrella hoy olvidada-
Radiante
dueña de los tórridos días.
(Yucca aloifolia L.). AGAVACEAE.
ANTURIO
De
las regiones equinocciales del Nuevo Mundo
nativa.
Verdeas
con la pasión de tus hojas
Pequeños
paisajes domésticos
patios,
corredores.
De
la paz solar estampa.
Devuelves
en afectuoso asombro
Por
el agua de manos cariñosas
Tus
corazones escarlaras.
(Anthurium andreanum).
ARACEAE.
DIEFFENBACHIA
Majestad
de oblongas hojas manifiestas
Sin
duda.
Levantada
herbácea, ímpetu de arboridad.
Reverdece
la vida sobre el morbo fenecer.
Frescor
de tu ostensible verdura celebras
Dieffenbachia
lozania de estar.
(Dieffenbachia picta).
ARACEAE
SANSEVIERA
Serpenteas
hacia el Sol apenas la luz cazas.
A la
gracia del parterre tu sino apunta.
Contornea
de paz tu vistoso follaje erguido
El
rosedal
Ondulante
verdeamarilla empalizada.
Aspid
de fragantes flores glaucas.
(Sanseviera trifasciata). AGAVACEAE
CUCARACHITA
Riegas
tus nervadas monedas bajo la fronda
del
jardín.
Por
los rincones de la parda tierra rastreas
Escudo del estío.
Lentas
asimismo las veloces gotas del invierno.
La
concordia del pequeño espacio arborecido
con
tu danzar de manos de la brisa
del alborozo del
agua
celebras.
Herbácea
de aovadas ofrendas
Sobre la húmeda
sombra.
(Fittonia
verschaffeltii). ACANTHACEAE,
AMARYLLIS
Astutas
imitadoras
calcan
las hierbas en sus corolas
Los celestes matices.
Atrapa
el lirio sanjuanero con sus umbelas
Las nubes fugitivas del estío.
Sus
amarillentas anteras de los estambres holgorio
De diminutos alados.
Cuando
el temprano atardecer arriba
Copian las delgadas hojas
La
verdeante ebriedad de las estancias.
(Hymenocallis caribeña
L.) AMARYLLIS ESE.
ESTROBILANTE
¿Cuál
color al misterio asignarias?
En
el vacío de La sonrisa lo obvio caerá.
Pueden
aprehenderlos las hojas de los estrobilantes
En su arremolinada fuga
-huyente
verdor plateado al azul carmesí-.
Luminosidad
versus umbría al Iris juegan.
(Strobilanthe
dyerianus). ACANTHACEAE
BELLÍSIMA
Tierna
dama entre matorraleros muros sedentes.
Sobre
secos abrojales, cardones muertos
Troncos de vetustos árboles
Presentan
la lozanía en la alternancia del azar
Los
adherentes zarcillos trepadores
De acorazonadas hojas.
Racimo
axilares de tus melíferas inflorescencias
-bermejas, cándidas, rojas-
A la
bendición del azul llover responden.
Escaladora
hierba resplandeciente
en Los rurales entornos.
(Antigonum
leptopus). OLBAURAE.
COROMANDEL
Desbordarse
desde las rocas la coromandel
Festival celebradora del Sol.
Arrojas
a los ojos tristes tu fulgor
de amarillos, blancos, púrpuras.
Correas
entre la desapercibida juventud
El
lanceolado verdor de tu follaje.
Profusa,
Escandalosa, cromática lujuria.
(Asystasia gangetica
L.). ACANTHACEAE.
A Lenin Cardozo
BUENASTARDES
Fresca mañana rósea del estío
la hierba buenastardes pudiera así llamarse.
Blancas, violas, rojas estrellas desprendidas
del azar del mundo.
Cruzastes los mares al impulso
de la vistosidad.
Cálidos climas de brillantes pueblas
marinera de lejanía.
Patios, redomas, terrazas, tiestos, taludes
por la viveza de tus gamas salpicados.
Desde Madagascar distante
alegría en los
parterres.
(Catharanthus roseus L.) APOCYNACEAE.
AGLAONEMA
Sorprenden tus matizadas hojas duendes
de lo tupido.
Las celadas del vergel obscuras abrillantas
plateada alegría
en ambiguo verde.
Grácil herbácea de los recovecos cortijeros
tus foscos ángulos
roja descendencia
velan.
(Anglaonema
sp.) ARACEAE.
AGAVE
Bordeante
camino del Barranco aquél.
Coronando
las horas sorprendías
admirable agave noble.
Cercano,
casa no mía, dónde habitaba
grata a la par hórrida
desde la aurora hasta el ocaso
desde las estrellas hasta el alba.
Majestuoso
en la filosa transparencia de la sequía
El sabor del fracaso apaciguaba.
(Agave americana L.).
AGAVACEAE.
EUCARIS
De
la luna hija.
Aromancia
de Venus
engendrada en Los Andes.
La
inmovilidad del resplandor alcanzas.
Obsequias
al sombreado entorno esa luz detenida
En tu cándida Fragancia.
Metaforiza
esplendidez la paradoja
De la sutil aporía del devenir.
(Eucharis grandi flora).
AMARYLLIDACEAE.
En recuerdo a la señora
María García, de Uraca. Choroní.
LAS MALVAS
Hay
dos hierbas así llamadas.
Proviene
una de Europa
Delgados tallos asperos
Hojas reniformes
Corolas violáceas.
Faz
algo sombría.
Tiñó
injustamente el adjetivo.
Hállase
la malva nativa
Junto a destruídos muros
Al frescor de la brisa
En veranosos valles y piedemontes.
Pequeña
planta de orbiculares hojas.
Pareciera
el dulce amarillo de sus flores
La corporeidad del lujo
De lo sorprendente.
Mitigante
dádiva.
Festejo entre el herbaje.
________
Malva
sylvestris L. Malváceas (europea).
Malachra
alceifolia. Malváceas (nativa).
LA SIEMPREVIVA
Muchas
flores ese nombre ostentan.
Su críptico
color la Esperanza penumbra.
Ofrecen
algunas sus cándidas coronas a la mirada.
Las brácteas
purpúreas de otra el aire escandalizan.
Obrizas
del guamacho o diminutos suspiros
Entre las hierbas esa vos reclaman.
Tampoco la violeta medio oculta
Ni la triunfalista del ganado.
Pero
¿cuál es en verdad la siempreviva?
Tal
vez todas.
Posee
necesariamente set de presencia.
Diosa
Maia, advocación de la Madre Gea
Con
encantados días luminosos celebra
La
pujanza del monte en su rostro florido.
Evocación
de la vida, de la alegría, de lo hermoso.
Revela
la siempreviva la flor.
_____
Gomphrena globosa L.
Amaranthaceae.
Durante
los velorios de la Cruz de Mayo por las
alquerías
de los campos de Choroní. Su mejor
fulía
llevaba el nombre de esa flor, lúcida
metáfora
de la Cruz. Ella, Jeremías, vivió para
el
loco amor, las parrandas, el aguardiente,
su
música, la poesía agreste. Flori t: En el
entorno
de aldeas, cerros de aquel Choroní,
1950-1980.
“¡Qué
alegría, qué alegría
al pie
de la Cruz de Mayo floreció la siempreviva!
Así
comenzó mi canto
con versos
de la fulía
por
Jesús sacramentado”…
Jeremías Pedraz.
Al botánico Dr. Volkmar
Vareschi.
FRAILEJÓN
Cuando
a finales de octubre el día se despeja
Desentierra
el páramo su límpido oro
Oferente
a la diafanidad de la azul lápida
Del absoluto.
Elevan
sobre los finos tallos sus flavescentes corimbos
Los frailejones.
Festejan
la breve estación de la canícula
Iluminada fugitiva
De
la larga gélida penumbrosa circunferencia
Del hado.
Resuella
silencioso El pulmón de la roca.
Los
secos días convívales de verdor resplandece.
Sorprendido
el existir cual un sueño
De las altísimas laderas.
Despertar
semejará un sucumbir.
El
ser del páramo el mismo lo contorna.
___
(Frailejon
amarillo: Espeletia schulzii. Familia Compositor).
ÍNDICE DE LAS HIERVAS AQUÍ CELEBRADAS:
Capacho . . . .
Heliconia . . . .
Petunia . . . .
Damadenoche
. . . . .
Thunbergia
alata . . . .
Salvia
. . . .
Calatea
. . . .
Hiedra
. . . .
Malanga
. . . .
Aechmea
. . . .
Caladio
. . . .
Magüey
. . . .
Anturio
. . . .
Dieffenbachia
. . . .
Sanseviera
. . . .
Cucarachita
. . . . . .
Amaryllis
. . . .
Estrobilante
. . . . .
Bellísima
. . . .
Coromandel
. . . .
Buenastardes . . .
Aglaonema...
Agave
. . . .
Eucaris
. . . .
Las malvas
. . . .
La
siempreviva . . . . .
Frailejón
. . . . . . .
Lubio Cardozo
Lubio Cardozo, Caracas, 1938. Poeta, ensayista, investigador y crítico literario venezolano. Licenciado en Letras en la Universidad Central de Venezuela (curso 1960-1964). Postgrado en Investigación Documental en la Escuela de Documentalistas de Madrid (curso 1972-1974). Profesor Titular Jubilado de la Universidad de Los Andes. Director de la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades de la ULA (1975-1976). Director Fundador del Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres de la misma Universidad (1977-1979). Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Los Andes (1979- 1981). Miembro de la Academia de Mérida y Bibliotecario de su Directiva (1993). Lubio Cardozo comienza su vida literaria, como poeta, en la revista En Haa junto con José Balza, Jorge Nunes, Carlos Noguera, Argenis Daza Guevara, Armando Navarro, Teodoro Pérez Peralta. En Haa significaba una tercera posición estética, creativa, en la Caracas del primer lustro de los años sesenta, en cuya escena jugaban un papel de primer orden Tabla Redonda y Sardio. Pasada la difícil década del sesenta, las búsquedas literarias de En Haa se continuarán con el mismo grupo de intelectuales en las publicaciones Jakemate (Caracas, 1972) y Falso Cuaderno (Caracas, 1976). Ha obtenido los siguientes premios literarios: de ensayo, en el VIII Concurso Literario de la Universidad del Zulia(Maracaibo, 1970); de investigación, en el "Carlos E. Muñoz Oraa" de la ULA (Mérida, 1976); de poesía, Mención en el VI Concurso Anual de Poesía de la Universidad del Zulia(Maracaibo, 1967), Municipal de Literatura (Mérida, 1982); Premio de Poesía APULA (1984). Ha sido colaborador de diversas revistas literarias nacionales y extranjeras, entre estas últimas: Xilote (México), Igitur (Córdoba, Argentina), Ideas, Artes y Letras (Lima), Espiral (Bogotá), Esparavel (Cali, Colombia); y entre las nacionales: Suplemento Cultural de Últimas Noticias (Caracas), Revista Nacional de Cultura (Caracas) Revista de la Universidad del Zulia (Maracaibo), etc. Redactor de la Revista Caribana (1982 - 1984), En Haa(1963 - 1971), Jakemate (1972) y Falso Cuaderno (1976 - 1981). Coordinador de la revista ACTUAL de la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes, Mérida, Estado Mérida. Cardozo ha publicado más de treinta (30) títulos de estudios literarios sobre Historia, Teoría y Crítica. Fue promotor, coordinador, editor y co-autor del Diccionario general de la literatura venezolana (2 vol. 1974). Como el mismo autor sostiene en su libro de crítica litararia Paseo por el bosque de la palabra encantada, su obra bibliográfica y, ciertamente, historiográfica es "fruto de muchas lecturas, apuntan más bien hacia un intento de nombrar para la historia ciertos momentos del desenvolvimiento de la creación poética venezolana, cuando y donde han levantado los bardos un significado hacer de un trascendente valor artístico innegable, a partir de 1940". Se diría que se trata de un como levantamiento, un tanto heteredoxo aunque fundamental, del mapa poético venezolano contemporáneo. Su obra poética comprende los siguientes títulos: Extensión Habitual (1966), Apocatástasis (1968), Contra el campo del rey (1968), Salto sobre el área no hollada ( 1971), Fabla ( 1974), Paisajes (1975), Poemas de caballería ( 1983), Solecismos (1986), Poemas (1992), Lugar de la Palabra (1993), El país de las nubes (1995) Un verso cada día (1995). Arbóreos (1997), Ver (1999). Toda su poesía ha sido reunida en el volumen La cuarta escogencia (Ediciones Mucuglifo, 2006). En 2011 ha salido su último poemario Alrededor así como el libro sobre poetas merideños Mérida una ciudad hecha de poesía (La Espada Rota).
Brindis (Ver, 1999)
Brindemos por el día
en medio del bullicio de la oportunidad de errar.
Vale nuestra euforia una crátera colmada de sílex.
Sustituye toda la jactancia irracional del orbe la pal
abra silencio,
el brebaje secreto del reposo.
¡Brindemos por el escándalo!
Es la oniria la fiesta de las tinieblas,
ojo lunar de la conciencia,
por ella la hierática quietud atisbamos.
Pero sobre la hierba todavía
los frutos maduros reposan
fragantes,
podemos aún prodigiosamente equivocarnos.
Aunque estés triste brindemos por el día.
“La poesía en el poema, lo poético, nutre todas las estructuras de la composición, el léxico, los tropos, las figuras, el verso y la estrofa (si los hay), la musicalidad. La poesía comprende la belleza, la engloba, pero va más allá de ella. Incorpora el pensar, ideas, visiones, a su entidad; no obstante a todos ellos los subyuga para salir a la percepción de la mirada y del oído, a accionar la inteligencia (interpretando una frase de Plotino se podría decir en este caso, la inteligencia se hace entonces ser de la poesía y el ser de la poesía se hace a su vez inteligencia. Enéada sexta. VI, 2) a ser percibida, sentida, intuida; a ser placer, conocimiento, misterio y sobrecogimiento.” (Lubio Cardozo)
Del poeta Lubio Cardozo ha escrito el historiador y poeta Rafael : "El poeta Lubio Cardozo está destinado, por una especie de fatum benéfico inscrito en el devenir de las letras hispanoamericanas del siglo XX, a formar parte de los escritores antiguos de habla hispana. Es Cardozo, ciertamente, un extraño caso de la literatura venezolana en particular y de las letras latinoamericanas en general. Nadie discute la excelsa formación clasicista que distingue a este excelente poeta que ya ha alcanzado un cimero lugar entre los mejores estros que conforman la atalaya literaria de nuestro continente hispanohablante. Casi una veintena de poemarios pueden atestiguar mi aserto (...)
Asimismo el tachirense Pablo Mora asevera que "(...) Lubio Cardozo en permanente pasión por la palabra, frente a la vida, frente a la luz, la sombra o la ternura, reteje, (re)ordena, deslinda, resucita la palabra, la sigue y la persigue minuciosamente en sus valles, aposentos, intersticios, vericuetos, calzadas, alcores, aleros, umbrales y veredas. Conspiración de sueños. Lírica, fulgurante provocación frente al horizonte azul del vuelo, desde el senderuelo que lleva a la alquería, “sobre el azafranado espíritu de la errancia”. Errabundaje, trashumancia del hombre que mira hacia la estrella. Entonces, sabemos qué cosa sea la risa o la “holganza profunda”. Sabemos del don del azar, de la alegría; de ese otro nombre del tiempo: el olvido; nos convencemos de que la vida es el jardín del mundo: de que sólo la poesía corporiza el tiempo; que la llama pareciera el delirio de un gran pensamiento o el mundo ese delirio; que la poesía, “Mater Amabilis”, deífica presencia, casi todo lo define."
Entre su obra bibliográfica y de crírica literaria, destacan:
Desde la torre de Segismundo (2007) Formas estructurales del poema lírico (musicalidad, tropos, figuras) (2003) Paseo por el bosque de la palabra encantada (1997) Antología de la poesía venezolana escrita en la Guerra de Independencia (1994) La poesía lírica venezolana en el siglo XIX (1992) Debajo de un considerando me puse a considerar (1987) El sabor de la tierra (1987) Los repertorios bibliográficos venezolanos del siglo diecinueve (1982) Por la tendida loma (1979) Historia de los estudios bibliográficos humanísticos latinoamericanos (1978) Philobiblión (1976) Bibliografía de bibliografías sobre la literatura venezolana en las bibliotecas de Madrid, París y Londres (1975) La poesía en Mérida de Venezuela (1971) Antología de la poesía merideña (1969) Cuentos indígenas venezolanos (baniba-bare-piapoco-puinabe)(1968) Bibliografía de la literatura merideña (1968) Contribución a la bibliografía sobre la literatura indígena venezolana (1966).
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