He recibido del poeta Lubio Cardozo un escrito en el cual expone la afirmación de otorgarle a
los poetas de los Andes Venezolanos el status
de los únicos quienes han podido
resolver el misterioso encanto de las altas montañas andinas, a la par
de revelarlo con hondura y exigencia artística en sus composiciones liricas a los lectores situados en cualquier espacio de los disimiles tiempos. Para Lubio
Cardozo –aseverado en el ensayo adjunto- sólo la poesía revela el ser de la
cosa, de lo objetual, de la realidad, y no hay otra escritura sino la poética
para enunciar el ser develado de la cosa, de la realidad objetiva e imperfecta.
Mas este nuevo perfil significa el
aguzar un viejo planteamiento al respecto. El recurso expresivo del
poema para explicar el ser adviene históricamente uncido con el pensamiento
filosófico occidental, desde los electas del siglo VI a.c. Recogió Parménides
(nace en 540 a.c.) sus reflexiones ontológicas bajo el nombre el poema del
ser. Un siglo después, para Platón (428-347 a.C.) su magnífica revelación
de la Idea cual ser de la realidad, paradigma espiritual absoluto de los
fenómenos materiales va expresada en un discurso poético, metafórico, tejido
con planos evocados imaginativo, insertos en el recurso del mito.
Los estudiosos
de la orografía de los Andes nativos, de su vegetación, de los ríos, del clima,
de sus pobladores, así como los pintores paisajistas, los fotógrafos, sorprendidos
por la magna presencia de estas alturas, de las rocosas moles, de los
acantilados, cuando ellos muestran los resultados de su admiración o de sus
estudios se quedan en lo descriptivo, en la mostración formal de la complejidad
de esa imponente hermosura pero nunca se han planteado explicar el ser de ese
encanto sostenedor de tanta majestuosidad. Insuficiente entonces el hallazgo de
sus pesquisas en ese sentido, cumple con pormenorizar sólo la presencia por su
fácil exterioridad: la postal, lo turístico, lo bonito, lo divertido, lo
simpático. Jamás estos pasantes se detienen a reflexionar el sentido del
sobrecogimiento estremecedor de sus propias entrañas cuando deambulan por las
soledades de las altas faltas de las Cordillera, cuando sienten la mordedura de
la ventisca de los páramos u oyen el chirrido de las águilas al cruzar saetas
del frio por esos conmovedores silencios. Es ese sobrecogimiento el mismo
encanto. Significa ese encanto el ser de los Andes Venezolanos. Las lentes de
la ciencias resultan incapaces de alcanzar su naturaleza, sólo los exigentes
bardos de aquellas comarcas con la fortitud de su poesía pudieron abrir la
cripta del misterio de tal encantamiento. Nadie más. Revelaron los vates por su
condición de videntes la dulce melaza de la entidad conformadora de la
corporeidad y espiritualidad de la áurea emoción. Quedó pactado el testimonio
en sus poemas. Quienes los lean con identidad, valga decir con los ojos del
alma sentirán abrirse las intimas ventanas de sus cuerpos para percibir la
racha de los ventisqueros envolviendo en sus neblinas la estremecedora caricia
del misterio del encanto. groso modo los verdaderos Andes Venezolanos abarcan
los territorios altos de los estados Mérida y Táchira, el país de las nubes.
Las nieves perpetuas de la Sierra de Mérida rubrican sin lugar a dudas esta
afirmación sobre la auténtica propiedad espacial. Son sus reyes indestronables
los cinco picos, las cinco cúspides en su nevado lecho –las cinco águilas
blancas emblematizadas por el eximio escritor merideño Tulio Febres Cordero, el pico Bolívar, el Humboldt, el Bompland, la Concha, el Toro. Únicamente el
sol supera sus cimas. A lo largo de estas altísimas cumbres en su pedestal se
despliegan los numerosos páramos –cuya botánica la estudió gloriosamente el
científico Volkmar Vareschi, Flora de los páramos de Venezuela (1970) –
páramos con nombres de fidelidad toponímica: páramo La Culata, páramo Los
Conejos, el Collado del Cóndor, Agua Blanca, Los Leones, El Salado, Mariño, La
montaña, Santo Cristo, el Trigo, entre muchos otros.
A la vera de los
páramos ceñidos por torrentosos ríos, en alongados valle flanqueados por los
ramales de la Cordillera, en su seno se abrían ciudades, aldeas, villas,
caseríos, alquerías, villorrios, unidos por sus tradiciones y el laboreo común
de una agricultura de esmerado cuidado. Sobresale del conjunto de capitales de
los Andes nativos la urbe de Mérida: Ciudad universitaria por excelencia, de
sólida historia religiosa, de robusta arquitectura en los disimiles
requerimientos de la ciudad: la iglesia catolica con más de treinta templos, la
Universidad de los Andes, el gobierno, el comercio, las quintas y edificios, en
fin. La actividad intelectual define el perfil fundamental entre otras labores:
ciudad de poetas, músicos, escultores (se recordará siempre en el particular a
Manuel de la Fuente), de pintores (idem, Guillermo Besembel), de tapiceras
(Agatina Rivas), de narradores (Gonzalo Picón Febres, Gonzalo Fragui), de
historeadores (Caracciolo Parra Pérez, Carlos Chalbaud Zerpa, Jesús Rondón
Nucete), de ensayistas (Mariano Picón Salas), de tradicionalistas (Tulio Febres
Cordero). Mérida, la urbe venezolana de las mil maravillas en todos los estratos
de la existencia. ¡Salve¡
En el escrito de Lubio Cardozo,
adjunto a continuación, se expone de manera teórica la entidad del encanto en
el poema lírico, singularmente estudiado en la obra de poetas de los Andes
Venezolanos, quiere a su criterio, sólo ellos descifraron con la luminosa
fuerza de su poesía el ser de estas altas serranías.
“ El Pensar todavía me da alegría, hay que envejecer
Para ver algunas cosas en este campo.
Y la perspectiva y la mirada retrospectiva sobre
El camino recorrido permiten reconocer que
El andar por el campo de caminos ha sido conducido
Por una mano invisible y que la contribución
De uno mismo es escasa” M.H
Hannah Arendt-Martin Heidegger,
Correspondencia 1925-1975 Barcelona, Herder,2000.p.227
Lubio Cardozo
SENTIDO DE ENCANTO EN EL POEMA LIRICO
Al Dr. Adán Febres Cordero.
LUBIO CARDOZO
¿Que es el encanto en la Poesía? Mas allá de las defiel niciones de los diccionarios de la lengua significa el encanto el críptico sol de las cosas cuando van insertas en los versos con singular fuerza portadora de la verdad belleza revelando a la intuición su provedencia de lo eterno del Empíreo de las Ideas. Por extraño mandato del destino los eidos al caer en la existencia ocultan en su intimidad constitutiva su trascendente verdad belleza en el núcleo de la configuración de su nueva apariencia en el territorio de las realidades imperfectas, las llamadas cosas.
Aunque Kant uso para estas un vocablo más noble, los fenómenos, así como para su indescifrable ente en la inmediatez de la presencia el termino noúmeno de procedencia helénica. El férreo racionalismo de Kant le impidió dar el salto hacia la absoluta transparencia de la abisal noche eidética, depositaria de las deificas certezas dibujadas en la carta de la rosa náutica de las reminiscencias, de la anamnesis, regida por la perfección infinita de los incorpóreos eternos. Olvidó Kant : la percepción de los videntes , los vates de los poetas quienes si pueden abrir la cripta de la cosa, horadar su ínsita muralla del secreto espacio donde el encanto se encubre.
Centro el propósito de este breve escrito en la revelación del encanto de los andes Venezolanos , a ese fenómeno , utilizo el vocablo Kantiano ex profeso, nominado la Cordillera de los Andes nativos quienes si en verdadbelleza explicaron su ser, desentrañar pudieron la clave de sus moles montañosas, de su orografía , fueron los poetas; mas allá del paisajismo , de las estampas de majestuosas cumbres, de la imponencia de su hechura física, revelaron los poetas –vates, videntes al fin- asimilado primero a la psiquis por su bíos theorétikos en su actitud contemplativa a través de la mirada del almaespiritu frase de platón articulada con el verbo blepoo – mirar desde el alma- - develaron el encanto de los andes Venezolanos, dejaron de lado las cientificistas conceptualizaciones para esgrimir solo sus voces , los afinados versos las castas odas de sus poemarios. Llegan a la memoria los nombres de tal vez los más exigentes de esos creadores: Manuel Felipe Rugelos, San Cristóbal 1903 caracas, 1959, con Aldea en la niebla 1944, Ernesto Jerez Valero, las Piedras 1923 Mérida 2006. Con dos opúsculos: Diario de un Parameño 1954 Silva al páramo 1997. Juan Beroes , San Cristóbal ,1914- Caracas 1975. Con Los deshabitados paraísos 1967..
Resultaría un esfuerzo agotador a mi edad estudiar los cuatro poemarios persiguiendo la señal en dirección al “encanto-ser” . Escojo entonces deleitarme de nuevo con la expositiva lectura de Los deshabitados paraísos. Obsequio a los leyentes de estas paginas dos odas reflejan tes de la tesis , una de3 Manuel Felipe Rugelos, la otra de Ernesto Jerez Valero,con ellas cierro este escrito.
¿A cual epacio nombra Juan Beroes con la frase “deshabilitados paraísos”?. Se habita una comarca nunca por el mero transitar sobre ella sino cuando se contraen existenciales nupcias entre el íncola con la región donde mora por el esencial rito de consubstanciarse con lo fundamental para la vida desde el alimento físico hasta la armonía psíquica con esa geografía, valga decir los nutrientes espirituales de la paz, asunción del esplendor entorno expresado mediante el jubilo del estar allí, el jocundo amor , el sembrar árboles en ceremonial avenencia con la tierruca solariega en el orbe del monte de las altas comarcas, el equilibrado accionar de las emociones , pasiones, filias: constituirá lo expresado solo un primer estrato, el piso del existir sobre el cual deberá nacer la complejidad del horizonte definitorio: el recóndito coloquio entre el hablante y la empinada geografía para la identificación trascendental , místico ámbito en donde el morir nunca representara el portal del medo sino la serenidad del retorno el eternal origen, la expedita via hacia el anhelo sin nombre.
Los Andes Venezolanos quizás por su embosquecida conformación de montañas, paramos, neblina, el eviterno fluir de la energía de su fertilidad, el certero frio, el toque melancólico de su mesurada luminosidad, han determinado dos distanciamientos geoespaciales: uno obvio de cara hacia fuera de su pertenencia, la radical diferencia fisiográfica con el resto del País. Usa enormes cargas de contrastes y consecuencias; el otro hacia adentro: Para arraigar y pervivir en lo Andes Venezolanos resultan insuficientes deambular por sus carreteras y caminos o levantar una casa para abrigar la prole o laborar por el ineludible sustento además del añadido de los disfrutes somáticos. Constituiría ello meramente un pasar sobre el estamento de la temporalidad, el indefinido presente físico huidizo proveedor de las múltiples memorias y su vez sostenido por el cordón umbilical del eidos tiempo hecho de eternidad.
Requiérese para existir en esta Cordillera de los Andes nativos de un pensar en ellos con hondura y amor. Indagar su ser, tocar con la meditación el sentido de la formidable roca fantástica.
A la par de conocer con responsabilidad su historia, de la esfera de sus quehaceres intelectuales, de su cristianismo, su botánica, su zoología, sus intuiciones, de su poesía. Permanecerá deshabitado el indudable paraíso de los Andes Venezolanos si se desconoce su ser, su inherente existencialidad.
Requiérese para existir en esta Cordillera de los Andes nativos de un pensar en ellos con hondura y amor. Indagar su ser, tocar con la meditación el sentido de la formidable roca fantástica.
A la par de conocer con responsabilidad su historia, de la esfera de sus quehaceres intelectuales, de su cristianismo, su botánica, su zoología, sus intuiciones, de su poesía. Permanecerá deshabitado el indudable paraíso de los Andes Venezolanos si se desconoce su ser, su inherente existencialidad.
Compuso con autentica angustia de vaticinador, de vidente desde lo alto de su gran poesía lirica Juan Beroes el poemario mencionado supra para develar el mundo de la esencia, del porque de “los deshabitados paraísos” de sus Andes nativo:
"Bajo unas alas con ventisqueros del bañado oeste
De Silva al parámo de Ernesto Jerez Valero (Merida, 1997. pp. 31-32).
Lubio Cardozo, Caracas, 1938. Poeta, ensayista, investigador y crítico literario venezolano. Licenciado en Letras en la Universidad Central de Venezuela (curso 1960-1964). Postgrado en Investigación Documental en la Escuela de Documentalistas de Madrid (curso 1972-1974). Profesor Titular Jubilado de la Universidad de Los Andes. Director de la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades de la ULA (1975-1976). Director Fundador del Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres de la misma Universidad (1977-1979). Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Los Andes (1979- 1981). Miembro de la Academia de Mérida y Bibliotecario de su Directiva (1993). Lubio Cardozo comienza su vida literaria, como poeta, en la revista En Haa junto con José Balza, Jorge Nunes, Carlos Noguera, Argenis Daza Guevara, Armando Navarro, Teodoro Pérez Peralta. En Haa significaba una tercera posición estética, creativa, en la Caracas del primer lustro de los años sesenta, en cuya escena jugaban un papel de primer orden Tabla Redonda y Sardio.
Brindis (Ver, 1999)
Enlaces externos
"Bajo unas alas con ventisqueros del bañado oeste
el ande nos descubría su piedra memorable nacidos de la gran madre extendida a nuestras plantas
y que hasta nosotros bajaron como tempestad de sangre
nos hablaban todos de su condición hermosa.
(...).
i Ya no me amáis, oh Musas del extremado olvido
porque conozco vuestra amarga sentencia sobre cuanto he hecho con barro de palabras y porque sé que vuestras aves anunciadoras, oh Musas,
sólo dejarán en la purificada contemplación de mis manos
cadáveres de formas y de sueños!"
(...).
(Juan Beroes Los deshabitados paraísos. Canto IX, libro I pp. 27-28 Caracas 967)
Explicitar el sentido de encanto en el poema lirico nunca se expondrá con fáciles conceptos por cuanto exige imaginación en el lance del in tenso diálogo escritor apud lector. Abrir la claraboya para contemplar el encanto-ser de los Andes venezolanos requirió el talento de reveladores poetas vertido en voces de dilatada cobertura semántica uncidas a una siempre sorprendente musicalidad en acendradas odas escritas de la mano de la verdadbelleza.
De Aldea en la niebla de Manuel Felipe Rugeles (Obra poética. San Cristóbal, Biblioteca de Autores y Temas Táchira ves, 2009.pp.102-103):
LA ALDEA ME DIO SU ALMA
La aldea dio su alma.
Yo di mi alma a la aldea.
Las diez casas de la aldea
se ven pintadas de cal
y muestran rojas macetas
de claveles y jardines
sin barandales ni puertas
mirando siempre al camino
que marca rumbo a otra tierra.
Se alza la pequeña torre
de la iglesia
con su pequeña campana.
Su repique se oye apenas
por mayo cuando la Virgen
de Toituna está de fiesta.
Silencioso, inalterable
por un canal de violetas
corre el arroyo con Sol
de Ia montaña a la aldea.
Aquí nunca pasa nada?
Nada ocurre sobre esta
superficie en que olor
de los naranjos se acerca
al corazón de los niños
qué van a la vieja escuela.
Aquí nunca pasa nada.
Sólo por mayo la iglesia
Cobra un extraño perfume
Y en su altar arde la cera.
prendida en los calendabros
junto a la Virgen que sueña
para cada campesino
un verde nuevo en su huerta.
Y así fue como en la tarde
azul, toda primavera
la aldea me dio su alma
y di mi alma a la aldea.
* * *
De Silva al parámo de Ernesto Jerez Valero (Merida, 1997. pp. 31-32).
VI
Tanto gris en Los Andes
tanto azul en la pátina del cielo
tanto frío en el deshielo
tanta luz en la sed de los glaciares.
Verticales, enhiestas torrenteras
-perenne medioluto-
que ocultan las amarras del bejuco
con tanta bruma a cuestas.
El páramo a lo lejos encanece
en su asombrosa paz
mi corazón absorto ve que crece
su mies de Eternidad.
Entre arbustos raídos
las colinas tiritan de intemperie,
las ovejas en serie
van blanqueando la tarde de balidos.
El Sol esta mas cerca,
es ardiente y quemante como brasa
aunque todo lo tuesta.
no ahuyenta el frío ni aleja las nevadas.
El dictamo es alfombra
en el riñón del páramo en penumbra.
pero si el Sol alumbra
se esfuma de repente con la sombra.
La tarde cuando nieva
escuadrones de viento envalentona,
el Sol se desmorona
* * *
De Los deshabilitados paraísos. (Canto VI, libro II, pag 54. Caracas 1967).
Las redondas lluvias
nos acogían en sus desmoronados palacios
y nos dejan suspirar velámenes
frente a los navegantes cristales
olorosos aun a cielos traspasados.
La flora de las tormentas
enredaba raíces en las tierras del aire
mientras novillos líquidos levantaban su piel
y mugían largos sueños
en el rincón de los verdes aposentos.
¿Quién podía mirar los ejércitos
con que la propagadora descarga
ahuyentaba de nuestro patio
las mojadas pezuñas del malo?
Se vencía la tormenta, toda espejo caliente
y pájaros encendidos expulsados del trueno
perseguían nuestra sombra
como pedazos de antiguo relámpago.
* * *
Juan Antonio Gonzalo Patrize. (Merida, 1911- Caracas, 1950)
PÁRAMO
Los brazos neblinosos
De tus cuatro horizontes
Se acodan en las cumbres
Bostezando estrecheces.
Sinfonía de abismos
en la música aleda de tus cóndores.
Monotonía de tus desfiladeros
que silban fría desnudez de vida.
Mi potro y yo somos un punto
mareado de laderas
¡mecido en desamparos!
¡Páramo triste!
Nunca se mezclará con tus ventiscas
la canción rubia
de las espigaderas.
Ni sentirán tus campos escarchados
la emoción mañanera
de oír la copia de las molineras
pintar colores a las madrugadas.
¡Paramo! Tu silencio
me filtra en gotas ebrias de locura
la espuma de un deseo
¡ser otro son dejar de ser yo mismo!
¡Soledad retorcida entre las brumas!
Tus paisajes sin nervios y sin savia
tienen un alma
inexpresivamente blanca y muda
como alma de cartujos
¡y no hay mayor tormenta
que el de la albura inútil en las almas!
¡Paramo rudo
De los amaneceres embosados!
Mi potro y yo somos un punto
que se hace mudo de distancias
¡en la espiral de tus quebradas!
(Del poemario Bisoos Merida, Academia de Merida, 2003. pp.30-31).
* * *
Antonio Spinetti Dini . San Piero in Campo, Isla de Elba, Italia 1900-Merida 1941.
BUCÓLICA
Desde la ciudad que duerme
miro, bañado en luna, la montaña.
Oh, saeta bucólica de Virgilio y Fray Luis
vieja saeta olvidada
cómo te siento ahora en m
hondamente clavada.
Lejos de todo ruido ciudadano
hundirme en la maraña
de tus selvas en donde
la vida es todavía tan humana.
Dormir bajo los árboles gigantes
sobre la tierra húmeda bajo la luna clara.
Envuelto en un aroma de removida tierra.
Con un vaho de verdura en la garganta.
Cómo se hiciera entonces de fecunda
esta alma mía, árida…
(Del poemario La palabra al viento. 1934.)
LUBIO CARDOZO, poeta y ambientalista venezolano
Lubio Cardozo, Caracas, 1938. Poeta, ensayista, investigador y crítico literario venezolano. Licenciado en Letras en la Universidad Central de Venezuela (curso 1960-1964). Postgrado en Investigación Documental en la Escuela de Documentalistas de Madrid (curso 1972-1974). Profesor Titular Jubilado de la Universidad de Los Andes. Director de la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades de la ULA (1975-1976). Director Fundador del Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres de la misma Universidad (1977-1979). Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Los Andes (1979- 1981). Miembro de la Academia de Mérida y Bibliotecario de su Directiva (1993). Lubio Cardozo comienza su vida literaria, como poeta, en la revista En Haa junto con José Balza, Jorge Nunes, Carlos Noguera, Argenis Daza Guevara, Armando Navarro, Teodoro Pérez Peralta. En Haa significaba una tercera posición estética, creativa, en la Caracas del primer lustro de los años sesenta, en cuya escena jugaban un papel de primer orden Tabla Redonda y Sardio.
Pasada la difícil década del sesenta, las búsquedas literarias de En Haa se continuarán con el mismo grupo de intelectuales en las publicaciones Jakemate (Caracas, 1972) y Falso Cuaderno (Caracas, 1976). Ha obtenido los siguientes premios literarios: de ensayo, en el VIII Concurso Literario de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1970); de investigación, en el "Carlos E. Muñoz Oraa" de la ULA (Mérida, 1976); de poesía, Mención en el VI Concurso Anual de Poesía de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1967), Municipal de Literatura (Mérida, 1982); Premio de Poesía APULA (1984). Ha sido colaborador de diversas revistas literarias nacionales y extranjeras, entre estas últimas: Xilote (México), Igitur (Córdoba, Argentina), Ideas, Artes y Letras (Lima), Espiral (Bogotá), Esparavel (Cali, Colombia); y entre las nacionales: Suplemento Cultural de Últimas Noticias (Caracas), Revista Nacional de Cultura (Caracas) Revista de la Universidad del Zulia (Maracaibo), etc. Redactor de la Revista Caribana (1982 - 1984), En Haa (1963 - 1971), Jakemate (1972) y Falso Cuaderno (1976 - 1981). Coordinador de la revista ACTUAL de la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes, Mérida, Estado Mérida.
Cardozo ha publicado más de treinta (30) títulos de estudios literarios sobre Historia, Teoría y Crítica. Fue promotor, coordinador, editor y co-autor del Diccionario general de la literatura venezolana (2 vol. 1974). Como el mismo autor sostiene en su libro de crítica litararia Paseo por el bosque de la palabra encantada, su obra bibliográfica y, ciertamente, historiográfica es "fruto de muchas lecturas, apuntan más bien hacia un intento de nombrar para la historia ciertos momentos del desenvolvimiento de la creación poética venezolana, cuando y donde han levantado los bardos un significado hacer de un trascendente valor artístico innegable, a partir de 1940". Se diría que se trata de un como levantamiento, un tanto heteredoxo aunque fundamental, del mapa poético venezolano contemporáneo. Su obra poética comprende los siguientes títulos: Extensión Habitual (1966), Apocatástasis (1968), Contra el campo del rey (1968), Salto sobre el área no hollada ( 1971), Fabla ( 1974), Paisajes (1975), Poemas de caballería ( 1983), Solecismos (1986), Poemas (1992), Lugar de la Palabra (1993), El país de las nubes (1995) Un verso cada día (1995). Arbóreos (1997), Ver (1999). Toda su poesía ha sido reunida en el volumen La cuarta escogencia (Ediciones Mucuglifo, 2006). En 2011 ha salido su último poemario Alrededor así como el libro sobre poetas merideños Mérida una ciudad hecha de poesía (La Espada Rota). http://www.poemaspoetas.com/lubio-cardozo yhttp://www.letralia.com/firmas/cardozolubio.htm
Brindis (Ver, 1999)
Brindemos por el día
en medio del bullicio de la oportunidad de errar.
Vale nuestra euforia una crátera colmada de sílex.
Sustituye toda la jactancia irracional del orbe la pal
abra silencio,
el brebaje secreto del reposo.
¡Brindemos por el escándalo!
Es la oniria la fiesta de las tinieblas,
ojo lunar de la conciencia,
por ella la hierática quietud atisbamos.
Pero sobre la hierba todavía
los frutos maduros reposan
fragantes,
podemos aún prodigiosamente equivocarnos.
Aunque estés triste brindemos por el día.
“La poesía en el poema, lo poético, nutre todas las estructuras de la composición, el léxico, los tropos, las figuras, el verso y la estrofa (si los hay), la musicalidad. La poesía comprende la belleza, la engloba, pero va más allá de ella. Incorpora el pensar, ideas, visiones, a su entidad; no obstante a todos ellos los subyuga para salir a la percepción de la mirada y del oído, a accionar la inteligencia (interpretando una frase de Plotino se podría decir en este caso, la inteligencia se hace entonces ser de la poesía y el ser de la poesía se hace a su vez inteligencia. Enéada sexta. VI, 2) a ser percibida, sentida, intuida; a ser placer, conocimiento, misterio y sobrecogimiento.” (Lubio Cardozo).http://www.wikilearning.com/monografia/para_que_la_poesia-para_salir_a_la_percepcion_de_la_mirada/17908-29
Del poeta Lubio Cardozo ha escrito el historiador y poeta Rafael Rattia: "El poeta Lubio Cardozo está destinado, por una especie de fatum benéfico inscrito en el devenir de las letras hispanoamericanas del siglo XX, a formar parte de los escritores antiguos de habla hispana. Es Cardozo, ciertamente, un extraño caso de la literatura venezolana en particular y de las letras latinoamericanas en general. Nadie discute la excelsa formación clasicista que distingue a este excelente poeta que ya ha alcanzado un cimero lugar entre los mejores estros que conforman la atalaya literaria de nuestro continente hispanohablante. Casi una veintena de poemarios pueden atestiguar mi aserto (...)"http://www.letralia.com/88/ar02-088.htm
Asimismo el tachirense Pablo Mora asevera que "(...) Lubio Cardozo en permanente pasión por la palabra, frente a la vida, frente a la luz, la sombra o la ternura, reteje, (re)ordena, deslinda, resucita la palabra, la sigue y la persigue minuciosamente en sus valles, aposentos, intersticios, vericuetos, calzadas, alcores, aleros, umbrales y veredas. Conspiración de sueños. Lírica, fulgurante provocación frente al horizonte azul del vuelo, desde el senderuelo que lleva a la alquería, “sobre el azafranado espíritu de la errancia”. Errabundaje, trashumancia del hombre que mira hacia la estrella. Entonces, sabemos qué cosa sea la risa o la “holganza profunda”. Sabemos del don del azar, de la alegría; de ese otro nombre del tiempo: el olvido; nos convencemos de que la vida es el jardín del mundo: de que sólo la poesía corporiza el tiempo; que la llama pareciera el delirio de un gran pensamiento o el mundo ese delirio; que la poesía, “Mater Amabilis”, deífica presencia, casi todo lo define."http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/lubiocar.html
Entre su obra bibliográfica y de crírica literaria, destacan:
Desde la torre de Segismundo (2007) Formas estructurales del poema lírico (musicalidad, tropos, figuras) (2003) Paseo por el bosque de la palabra encantada (1997) Antología de la poesía venezolana escrita en la Guerra de Independencia (1994) La poesía lírica venezolana en el siglo XIX (1992) Debajo de un considerando me puse a considerar(1987) El sabor de la tierra (1987) Los repertorios bibliográficos venezolanos del siglo diecinueve (1982) Por la tendida loma (1979) Historia de los estudios bibliográficos humanísticos latinoamericanos (1978) Philobiblión (1976) Bibliografía de bibliografías sobre la literatura venezolana en las bibliotecas de Madrid, París y Londres (1975) La poesía en Mérida de Venezuela (1971) Antología de la poesía merideña (1969) Cuentos indígenas venezolanos (baniba-bare-piapoco-puinabe)(1968) Bibliografía de la literatura merideña (1968) Contribución a la bibliografía sobre la literatura indígena venezolana (1966) http://openlibrary.org/authors/OL85373A/Lubio_Cardozo
CD's
Trovas, Odas, Cánticos
Libros digitales
Enlaces externos
· http://ecotropicos.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/investigacion/inum14/articulo6.pdf
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