Cuando se nos pregunta ¿Qué sabemos sobre los terremotos?, lo más seguro es que
respondamos “que la tierra tiembla y las casas y edificios se mueven”.
A manera de curiosidad, cuando se produce un temblor
algunos animales domésticos, como: los perros, aves (loros), caballos y
vacas se inquietan y desplazan como resguardándose y presagiando un terremoto
inminente en cuestión de segundos, debido a que son sensibles para sentir
pequeñas vibraciones en superficie e imperceptibles para los seres humanos.
En enero de 1982, de acuerdo a Rodríguez, V.
mencionada en Crónicas de Astronomía, en el observatorio Astrofísico de
Abastumani (antigua URSS), se detectó que “la actividad sísmica del subsuelo de
nuestro planeta también se refleja en las variaciones de la radiación nocturna
de las capas superiores de la atmosfera”.
Podemos señalar que el temblor sentido es producto
de un fenómeno natural: El terremoto; vocablo para designar un
evento en el que el suelo tiembla y vibra durante la brusca liberación del
esfuerzo acumulado, también conocido como fenómeno telúrico.
Vestigio del terremoto de Cariaco de 1997
¿Qué son? Consideramos sismos a los
temblores o terremotos que se presentan con movimientos vibratorios, rápidos y
violentos de la superficie terrestre, provocados por perturbaciones en el
interior de la Tierra (choque de placas tectónicas). La diferencia entre
temblores y terremotos está dada por la intensidad del movimiento sísmico,
siendo el más peligroso este último pues su efecto destructivo puede ser fatal.
¿Por qué se producen y
qué daños provocan los sismos? Los sismos son uno de los fenómenos naturales que no
están relacionados con las condiciones climáticas; su magnitud destructora
puede ser capaz de provocar un gran daño en un breve lapso.
La mayoría de los sismos se explican por la
ocurrencia de ondas sísmicas u ondas de choque, generadas por disturbios en la
corteza terrestre. En el caso de sismos muy severos, la mayoría de las víctimas
mueren o quedan heridas por la caída de escombros, mientras que otras perecen
por incendios o inundaciones que a menudo acompañan los terremotos.
Atendiendo al contexto histórico sobre este
fenómeno fascínate y a la vez aterrador, se han planteado las siguientes
interrogantes: ¿Puede ocurrir en Venezuela otro terremoto tan grande como el de
1812, o el de 1967, o quizás el de 1997? ¿Cuál ha sido el terremoto más
devastador de la historia? ¿Los sismos pueden provocar erupciones volcánicas o
modificar la duración de los días? ¿El alineamiento de los planetas puede
provocar sismos? ¿Qué debemos hacer para que no nos pase nada? ¿Cómo estudian
los sismólogos el movimiento de la Tierra? ¿Qué son los tsunamis? ¿Por qué
tiembla? Es por estas razones que los científicos y geólogos, tratan de
responder a éstas y muchas otras preguntas sobre este importante tema, y se da
conocer información esencial sobre sus orígenes, la ciencia que los estudia, el
peligro, la vulnerabilidad y el riesgo que implican así como las medidas que
pueden tomarse ante ellos del fenómeno sísmico.
El conocimiento sobre el
tema es imprescindible para entenderlo y construir una cultura cívica de
prevención de desastres. Los sismos son una amenaza cotidiana: la mejor manera
de enfrentarlos es conociéndolos para actuar oportunamente.
Para comprender las causas de los temblores
debemos conocer la génesis de los terremotos y el tiempo
geológico. Sabemos que la litosfera del planeta (capa
externa de roca con un espesor promedio de 100 km), no es una corteza continúa,
sino que, por el contrario, es como un rompecabezas que se mueve, con
verdaderos trozos de litosfera llamadas placas sobre la astenosfera.
Las placas se mueven solamente, poco más o menos en centímetros, pero en todo
caso se requiere una enorme energía para mover tan inmensa masa de roca.
Zona de subducción: margen continental, corteza
continental y marina sobre la astenosfera.
Los grandes esfuerzos en los límites de placas
producen numerosas fracturas a lo largo de las cuales se producen movimientos
repetidamente. Tales fracturas se llaman fallas, y las fallas a
lo largo de las cuales se ha percibido movimientos en tiempos históricos se
llaman fallas activas.
En el tiempo geológico el movimiento no es
uniforme y constante. Por el contrario, el movimiento es espasmódico, con las
placas chocando una contra otra durante algún tiempo, hasta que se acumula
suficiente energía como para vencer el rozamiento que las bloquea, y se produce
un movimiento repentino, que puede durar segundos o hasta minutos.
Podemos indicar que la energía bruscamente
liberada durante un gran terremoto produce una experiencia aterradora. Esta
energía se describe en términos de su intensidad y magnitud. La Escala de
Magnitud de Richter, expresa el cálculo de energía que libera un
terremoto y está basada en una escala logarítmica en la que cada grado entero
de la escala representa un incremento de diez veces en la amplitud de la traza
de la onda sísmica. Los terremotos que se registran por encima de 7 se considera
que son terremotos “mayores”; los que lo hacen por encima de 8 son llamados
“grandes” terremotos.
La otra escala, la Escala de Intensidad de
Mercalli, emplea observaciones de los efectos de los terremotos sobre
estructuras hechas por el hombre, y es una expresión de la intensidad más
fácilmente comprensible para los no científicos.
Casi todos los terremotos ocurren a partir de
procesos en los que los esfuerzos naturales son liberados a lo largo de grandes
fallas. Sin embargo, en casos muy raros, se han producido
pequeños terremotos como consecuencias de actividades humanas, tales como la
inyección de fluidos en el subsuelo o el llenado de grandes embalses. En estos
casos, el esfuerzo inducido por la actividad humana hace desplazarse a las
rocas a lo largo de diaclasas (fracturas naturales en las rocas
que no han experimentado anteriormente desplazamiento), generándose como
consecuencia terremotos.
Los terremotos son uno de los pocos riesgos
geológicos que raramente avisan con tiempo suficiente como para
permitir la evacuación o la reubicación de la población. Los mayores problemas
en relación con los terremotos residen en su prevención y predicción. Los
terremotos causan danos de cuatro maneras:
- Sacudida del suelo
- Rotura superficial
- Fallo del suelo
- Tsunamis
Los peligros de los terremotos:
Extrañamente la liberación de toda esta energía
bajo la superficie del planeta entraña poco peligro directo a las personas. Los
seres humanos no son “sacudidos hasta morir” por los terremotos, tal como se
muestran en las películas.
Los mayores peligros proceden de la interacción de las
vibraciones del terremoto y las propias estructuras hechas por el hombre. Son
muy reales los peligros de ser aplastados en edificios que caen, ser quemado en
incendios que estalla a partir de roturas de conducciones de gas o depósitos de
combustible, ser arrastrado o ahogado en una inundación por rotura de una
presa, o ser enterrado bajo un deslizamiento inducido por un terremoto.
El riesgo suscitado por
un terremoto particular dependerá en parte de su localización y de su
intensidad. Cuando la roca sometida a esfuerzo rompe, el violento reajuste
envía ondas de choque que irradian hacia afuera desde la zona alrededor del
punto de rotura o foco (usualmente a varios kilómetros de
profundidad). El epicentro es el punto en la superficie del
terreno situado directamente encima del punto de origen o foco. En general, las
vibraciones se sentirán menos fuertemente cuando más lejos este una persona del
epicentro.
Representación gráfica de un punto de ruptura o
foco de un sismo.
El dominio de la corteza terrestre de nuestro
planeta es activo, y el millón aproximado de terremotos que ocurren cada año
atestigua su naturaleza dinámica. Un 99% de este millón de terremotos no
presenta peligro, y son únicamente conocidos a través de la respuesta que
producen los sensibles instrumentos de los sismólogos. No
obstante, cada año ocurren cerca de 100 terremotos que son capaces de producir
graves daños.
Atendiendo a nuestro contexto histórico y el
registro de los focos o epicentros, podemos indicar que Venezuela es un país
sísmico. De acuerdo con FUNVISIS, en los últimos 500 años la tierra venezolana
fue sacudida por lo menos 50 terremotos y otros eventos destructivos, uno cada
10 años. La zona de mayor actividad sísmica corresponde a una franja de unos
100 km de ancho, definida a lo largo de los sistemas montañosos de Los Andes,
la Cordillera Central y la Cordillera Oriental. En estas zonas se ubican los
principales sistemas de fallas sismogénicas del país: Boconó, San Sebastián y
El Pilar.
Sin embargo, los focos de sismos que ocurren
circundantes a nuestro país, también pueden causar daños o alarmas en la
población por la propagación de las ondas, tal caso como, en El Caribe,
Colombia y Trinidad.
Ubicación de los sismos
más importantes en el país. Tomado de: Andrea Mondazzi (2014)
Así tenemos, que los
especialistas, califican de moderada la sismicidad en Venezuela, en comparación
con otros países de la región, particularmente los que tienen costas en el
océano Pacífico, que está rodeado, desde el sur del continente americano hasta
Asia, por el llamado Cinturón de Fuego, origen de la mayoría de los sismos. Sin embargo, en el litoral norte de Venezuela se
encuentran los bordes de las placas tectónicas del Caribe y sudamericana, lo
que da origen a procesos de subducción y colisión entre ambas. En las zonas de colisión de placas tectónicas, la
liberación súbita de las tensiones acumuladas da lugar a movimientos sísmicos
que en ocasiones pueden alcanzar gran magnitud e intensidad.
En la región zuliana, es posible observar la
sismicidad registrada en áreas cercanas a nuestra región, cerca de Maracaibo,
en el estado Zulia. El número de eventos que conforman el catálogo sismológico
perteneciente a la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas
(FUNVISIS) muestra los eventos, cuyo rango de magnitudes varían entre 1.6 y 4.6
(siendo este evento registrado en 1998). Los eventos son superficiales, siendo
la profundidad máxima igual a 45 Km.
En rango de magnitud de los mismos, se encuentran
dentro de los cánones normales de lo que ha sido la sismicidad registrada a
partir de la modernización de la Red Sismológica Nacional.
Los temblores o sismos que se han registrado en el
estado, los epicentros se han localizado en al noroeste de Machiques, Ciudad
Ojeda, Lagunillas, Lago de Maracaibo, Golfo de Venezuela e Isla de Los Monje,
Mene Mauroa, entre otras.
En nuestro caso, es
posible observar la sismicidad registrada en áreas cercanas a nuestra región,
cerca de Maracaibo, en el estado Zulia. El número de eventos que conforman el
catálogo sismológico perteneciente a la Fundación Venezolana de Investigaciones
Sismológicas (FUNVISIS) muestra los eventos, cuyo rango de magnitudes varían
entre 1.6 y 4.6 (siendo este evento registrado en 1998). Los eventos son
superficiales, siendo la profundidad máxima igual a 45 Km.
En rango de magnitud de los mismos, se encuentran
dentro de los cánones normales de lo que ha sido la sismicidad registrada a
partir de la modernización de la Red Sismológica Nacional.
De manera general, los temblores o sismos que se
han registrado recientemente en el estado, sus epicentros se han localizado al
noroeste de Machiques, Ciudad Ojeda, Lagunillas, Lago de Maracaibo, Golfo de
Venezuela e Isla de Los Monje, Mene Mauroa, entre otras zonas circundantes y
estados e incluso del país vecino Colombia.
Pedro
Emiro Machado
Lenin
Cardozo
CARACAS, BOLÍVAR Y EL SISMO DEL 26 DE MARZO DE 1812
Venezuela recordó aquél 26 de marzo de 1812 que el paraíso divino que representa también está expuesto a los fenómenos naturales, cuando un terremoto devastador sacudió las entrañas de la nación.
Tiempo después, hacia la década de 1940 y debido a los daños, se pudo determinar que aquél sacudón de la tierra había alcanzado la increíble cifra de 7,7 en la escala sismológica de Ritcher, o escala de Magnitud Local.
Era un jueves santo, las autoridades españolas estaban urgidas de mantener el control, sobretodo en las principales ciudades donde los criollos tenían presencia. Las festividades religiosas estaban sirviendo para mantener a la población subyugada bajo los principios de la Corona española.
De pronto se sintió el estruendo del suelo, y el terremoto de dos minutos de duración causó aproximadamente 10.0001 a 20.000 muertes en ciudades como Caracas, Barquisimeto, Mérida, El Tocuyo y San Felipe.
Lo increíble es que durante el suceso, los clérigos realistas y frailes predicadores hicieron creer al pueblo que se trataba de un castigo del Cielo (por ser jueves santo), “por la sublevación de los patriotas contra el legítimo soberano, el virtuoso Fernando VII”.
Aquello era inaudito, en vez de socorrer a los heridos y atender a los desamparados las fuerzas leales a España avivaban un mensaje contra los patriotas.
Fue esta situación la que llevó a Simón Bolívar a pronunciar unas palabras que pasan a la historia no sólo por su importancia, sino por ser una respuesta contundente al mensaje dado por los predicadores: “Si la naturaleza se nos opone, lucharemos contra ella, y haremos que nos obedezca”
Este pasaje histórico que narramos fue analizado por Rogelio Altez, antropólogo e historiador, durante una entrevista para la Agencia Venezolana de Noticias sobre su libro “Si la naturaleza se opone… terremotos, historia y sociedad en Venezuela”
Fueron dos los sismos de 1812
Los estudios realizados dan cuenta de dos movimientos telúricos ese 26 de marzo de 1812, con media hora de diferencia, el peor que haya soportado nuestro país, 8 en la escala de Richter, con epicentro en Caracas y zonas aledañas, abarcando un área de aproximadamente 600 km, y el otro una réplica del primero.
El reconocido antropólogo, graduado en la UCV y magíster summa cum laude en Historia de las Américas por la UCA Rogelio Altez, fue contratado en 1996 por la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas, Funvisis, para que hurgara en los terremotos del pasado desde las fuentes primarias, con el fin de evaluarlos y establecer algunas conclusiones al respecto.
El libro de Rogelio Altez se divide en cinco partes o capítulos; cada uno de ellos aborda los fenómenos telúricos en forma amena, interesante. En primera instancia, habla de terremotos, miedo y olvidos para saltar a la leyenda y la historia, donde, en un estilo que se podría calificar de científico-literario, el antropólogo e historiador echa mano de narraciones y testimonios. Nos topamos con dos aspectos interesantes que abordan el terremoto de 1812: “Lo que Bolívar nunca dijo” y “Dos por uno”, haciendo alusión a los dos movimientos telúricos de aquel día.
Apunta Altez que el 26 de marzo de 1812, cuando el devastador terremoto asolara Caracas, Simón Bolívar estaría allí, y la historia le consagraría con cualidades que el aquel momento le prefiguraban como el personaje que posteriormente iluminaría el destino de toda una nación. Como no podría ser de otra manera, el hombre descollante en aquel desastre habría sido él, independientemente de que por entonces apenas fuese un coronel sin mayores destellos”.
La destrucción causada por aquel sismo puso a la ciudad en el suelo. Los gritos, lamentos y gemidos se guardaron en ecos tétricos que deambularon entre las calles durante décadas. Un testigo directo narró el momento de la siguiente manera:
“…Todo fue obra de un instante. Allí vi como 40 personas, o hechas pedazos, o prontas a expirar por los escombros… jamás se me olvidará este momento”.
Se trataba del médico y periodista caraqueño José Domingo Díaz, realista convencido, y por ende, opuesto a la propuesta revolucionaria. Domínguez es quien describe la actitud asumida por el Libertador en esos momentos.
“En su semblante estaba pintado el terror o la desesperación. Me vio y me dirigió estas impías y extravagantes palabras: Si se opone la naturaleza, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.
La idea de Domínguez, según acota Altez, era poner al pueblo católico en contra del movimiento, porque Bolívar había arremetido contra la iglesia, rechazando que aquello fuese un castigo de Dios.
“Su esfuerzo como realista consumado se vio diluido en la maquinaria mítica de la génesis nacional, perdiéndose así el sentido general de su idea”. Para el sacerdote Nicolás Eugenio Navarro, esta fue una escena consagratoria, con significado genial y profético.
La voluntad del pueblo revolucionario no se doblegó pese a la estrategia de terror del imperio español, y elevó a Simón Bolívar al puesto histórico que le consagraría como uno de los estrategas y filósofos más importantes de la América Independiente.
gran articulo acerca de los sismos, para concienciar a la colectividad que no estamos exentos a que un hecho así ocurra en nuestro estado, ya que por nuestras características tenemos fallas propias como lo son la falla de oca de ancon,falla de jicotea,falla de santa marta,falla de valera, tenemos que crear u afianzar la cultura de prevención crear un plan de riesgo elaborar un antes durante y después para saber que hacer ante un hecho de tal magnitud para poder preservar la vida, tenemos un país sísmico y casi todos los tiembla según datos de funvisis . Por otro lado comento que la explicación lo cual llevo a nuestro libertador a pronunciar estas palabras celebres, es un hecho poco conocido gracias a este tipo de herramientas el colectivo puede informarse el por que de lo ocurrido en la historia, muy bueno de verdad.
ResponderBorrarEn Venezuela tiembla casi todos los días
ResponderBorrarFunvisis evalúa incremento de actividad sísmica en el occidente del país
2 febrero 2010 correo del orinico