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sábado, 25 de septiembre de 2010

350 ppm

350 es el número que sustentan los científicos como el límite máximo seguro de dióxido de carbono que debe de estar en nuestra atmósfera y se mide en partes por millón. Por encima de ese número ocurren cambios climáticos fuera de control.
En la actualidad estamos en 392 ppm, y si no somos capaces de volver rápidamente a menos de 350 ppm en este siglo, corremos el riesgo de llegar a los puntos de inflexión y los impactos serán irreversibles tales como el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia.

Entre esos cambios climáticos esta el calentamiento global, que ocurre más rápido de lo esperado, donde los seres humanos son los responsables. El calentamiento global es causado por la liberación de los llamados gases de efecto invernadero a la atmósfera. El gas de efecto invernadero más común es el dióxido de carbono. Muchas de las actividades que hacemos todos los días, como cocinar, la calefacción en los paises con 4 estaciones, el transito vehicular, se basan en la combustión de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, que emiten dióxido de carbono y otros gases que atrapan el calor cuando se quema. El calentamiento global desestabiliza el frágil equilibrio que hace que la vida en este planeta sea posible. Sólo unos pocos grados de la temperatura puede cambiar completamente el mundo como lo conocemos, y amenazan las vidas de millones de seres. El planeta se encuentra en zona de peligro, ya que hemos enviado demasiado dióxido de carbono a la atmósfera, y estamos empezando a ver signos de un problema real: se derriten los glaciales del Ártico, la rápida propagación de las sequías, entre otras.
En el Foro Mundial Humanitario realizado a principios del 2010, se informó que el cambio climático ya estaba reclamando 300.000 vidas al año. Así mismo, el informe de Oxfam explica que "el calentamiento de 2 grados ºC implica un futuro devastador para por lo menos 600 millones de personas".
De ahí que reducir el CO2 es el principal desafío en la lucha contra el calentamiento global, y será el elemento clave de cualquier tratado internacional sobre el clima. Los científicos, también, están cada vez más centrados en el papel de otros gases que actúan en el efecto invernadero a corto plazo, como el metano (que es 25 veces más potente que el CO2, aunque hay mucho menos en la atmósfera), la producción industrial de CFC y otros contaminantes químicos peligrosos. Muchas de estas fuentes de contaminación tienen profundos impactos sobre el resto de los seres vivos y el medio ambiente, además de ser contribuyentes al cambio climático.

Que hacer: Participar, como activista en la defensa del 350 en cada sitio, ciudad, donde nos encontremos. Generar espacios de reflexión para discutir, el tema del cambio climático v sus consecuencias, debatir y persuadir para la sustitución de nuestros patrones de consumo de energía, por ejemplo: construcción de paneles solares y parques eólicos para la producción de energía, plantar árboles para repoblar las selvas tropicales, crear miles de pulmones verdes en las ciudades, entre las cosas más inmediatas.
AZUL Ambientalistas en Venezuela se suma al compromiso mundial de luchar por el 350.

domingo, 12 de septiembre de 2010

NO AMANECIO MÁS

Hoy no amaneció el día, igual hace tiempo que no amanece para nadie. En el año 2010, las partes por millón del CO2, según los científicos. estaban en 395, es decir 45 más elevado del máximo aceptado para garantizar nuestra supervivencia como especie. Los científicos afirmaban que el límite seguro para la humanidad era 350 partes por millón de CO2 en la atmósfera. La ONU para ese mismo año trato de limitar el nivel de CO2 a 450 partes por millón (ppm), pero sus esfuerzos no fueron escuchados. Todo esto, como consecuencia de haber quemado tantos combustibles fósiles. Ya que el dióxido de carbono fue uno de los gases principales que produjo el efecto invernadero en la atmósfera, causando el calentamiento global del planeta, que acelero el deshielo de los glaciares, aumento en los continentes las sequías, el consumo de los bosques, extinguiendo especies y ecosistemas.
Para ese momento volver a 350 era transformar el mundo. Significaba construir placas solares en lugar de plantas de carbono, plantar árboles en lugar de talar bosques tropicales, incrementar la eficiencia y disminuir nuestro sobré consumo, reciclar en un 99%, entre muchas otras cosas. Por lo tanto, llegar al 350 de nuevo significaba desarrollar miles de soluciones diferentes. En esos tiempos falto valor colectivo, mas acciones ciudadanas y mas compromiso, para defender el ambiente.
Lo que si es cierto, que 50 años después, el CO2 nos quito los amaneceres, las 5000 partes por millón que ahora tenemos, nos dejo sin visibilidad, sin oxigeno. Ahora vivimos en ciudades subterráneas, con atmósferas artificiales controladas.
Lo que comenzó como ciudades Moll, como La Villa Subterránea de Montreal que se inicio con 32 kilómetros de túneles uniendo a 41 manzanas (cerca de 12 kilómetros cuadrados), PATH en Toronto, con 371600 metros cuadrados y 27 kilómetros de pasajes, Chikigais en Japón con 81.765 metros cuadrados, Forum des Halles en Paris con 300 kilómetros de pasajes y el Town Hall en Australia con 4 kilómetros cuadrados, se transformaron en los portales de las urgentes ciudades que tuvimos que construir para poder sobrevivir, a la ya insostenible atmósfera que cubría los continentes. Pero no todos tuvimos espacio en esas ciudades, mas de la mitad de la población humana desapareció, producto de la falta de oxigeno. Y los que aun nos mantenemos con vida, sufrimos las nuevas enfermedades producto de la falta de los rayos solares y de respirar un oxigeno reciclado. Nuestra expectativa de vida se redujo a 30 años o así se acordó para darle por lo menos la oportunidad de vivir 3 décadas a cada uno de los que habitamos en estas ciudades. Cada quien al cumplir sus 30 años debe escribir su epitafio o reflexión final. Este es el mío. Para mi no hubo amaneceres, no hubo color, viví en gris y así moriré. No tengo legado para las próximas generaciones. Esa fue mi herencia.