Los griegos antiguos les pusieron nombre a las ninfas de los árboles: Dríades y Hamadríades.
Las Dríades de los árboles. Servio, el comentarista latino de Virgilio afirma que las Dríades son Ninfas en medio de los arboles, mientras que las Hamadríades son las que nacen y mueren con ellos, aquellas cuya vida depende de la del árbol; sin embrago, no sabemos hasta que punto esta observación erudita de un autor tardío responde de hecho a la creencia mitológica. Por otro lado, las Dríades según indica su nombre son Ninfas de las encinas así como las Melíades son las Ninfas de los fresnos, también asociadas con los robles, pero lo cierto es que a todas se las relacionaba con los árboles en general.
Las Dríadas eran de apariencia humana que se reflejaban en su árbol de nacimiento. Los árboles altos eran las mujeres altas, un árbol más pequeño una niña. El follaje podía reflejar el cabello, hojas largas representaban lo largo de sus cabelleras, hojas pequeñas significaban el cabello corto de una niña. Los troncos gruesos representaban a una joven gorda y si la madera era oscura significa que su piel era de color negro. Las lágrimas eran el color de la clorofila.
El temperamento de las Dríades se basaba únicamente en el estado de su protegido (el árbol), que lloraban cuando llegaba el otoño y las hojas comenzaban a caer, o saltaban de alegría con la llegada de la primavera.
Las dríadas eran fuertes espíritus de la naturaleza, que podían comunicarse con los animales y con los seres de la naturaleza, hacer que sus raíces crezcan para impedir o dificultar las ramas y hojas implicar que estás sufriendo. Podían desaparecer en una nube de humo e ir a su árbol, y vivir el tiempo que viviría el árbol.
Las Dríades de los árboles. Servio, el comentarista latino de Virgilio afirma que las Dríades son Ninfas en medio de los arboles, mientras que las Hamadríades son las que nacen y mueren con ellos, aquellas cuya vida depende de la del árbol; sin embrago, no sabemos hasta que punto esta observación erudita de un autor tardío responde de hecho a la creencia mitológica. Por otro lado, las Dríades según indica su nombre son Ninfas de las encinas así como las Melíades son las Ninfas de los fresnos, también asociadas con los robles, pero lo cierto es que a todas se las relacionaba con los árboles en general.
El temperamento de las Dríades se basaba únicamente en el estado de su protegido (el árbol), que lloraban cuando llegaba el otoño y las hojas comenzaban a caer, o saltaban de alegría con la llegada de la primavera.
Las dríadas eran fuertes espíritus de la naturaleza, que podían comunicarse con los animales y con los seres de la naturaleza, hacer que sus raíces crezcan para impedir o dificultar las ramas y hojas implicar que estás sufriendo. Podían desaparecer en una nube de humo e ir a su árbol, y vivir el tiempo que viviría el árbol.
Las Ninfas Hamadríades son los espíritus
femeninos que representaban el poder divino de los arboles. Nacen y mueren a la
vez que los árboles compartiendo con ellos las dichas cuando crecen y están verdes,
floridos, y los infortunios cuando están secaos y pierden las hojas. Se les
consideraban espíritus bienhechores a quienes cuidaban y protegían los árboles
y ayudaban a los mismos con oportunos consejos y oían sus suplicas o intervenciones
de cualquier problema. Aparecen en leyendas como la de Reco. Cierto mito tardío nos relata el origen de las Hamadríades. Según él, una doncella llamada Hamadríade se casó con su propio hermano, Oxilo.
Lubio Cardozo
De esta unión nacieron las ninfas de los árboles: Caria, Bálano, Crania, Morea, Egiro, Ptélea, Ámpelo, Sice, estos nombres evocan a árboles como el nogal, la morera, la vid y la higuera.
Las Hespérides. En la mitología
griega las Hespérides (en griego, hijas del atardecer) eran las ninfas que
cuidaban un maravilloso jardín en un lejano rincón del occidente, situado según
diversas fuentes en las montañas de Arcadia en Grecia, cerca de la cordillera del Atlas en Marruecos, o en una distante
isla del borde del océano. Adicionalmente, Hespérides (o también Islas
Afortunadas) es un nombre dado por los antiguos a una serie de islas situadas
en el extremo oeste del mundo entonces conocido. Éstas podían haber incluido
Canarias, Madeira y Cabo Verde.
El Jardín de las Hespérides es el huerto de
Hera en el oeste, donde un único árbol o bien toda una arboleda daban manzanas
doradas que proporcionaban la inmortalidad.
Los manzanos fueron plantados de las ramas con
fruta que Gea había dado a Hera como regalo de su boda con Zeus. A las Hespérides
se les encomendó la tarea de cuidar de la arboleda, pero ocasionalmente
recolectaban la fruta para sí mismas. Como no confiaba en ellas, Hera también
dejó en el jardín un dragón de cien cabezas llamado Ladón que nunca dormía,
como custodio añadido. Posteriormente esas manzanas doradas fueron asimiladas a
los cítricos de allí a considerar a las Hespérides como los espiritús feericos
asociados a estos. Podríamos concluir
diciendo que a veces se las consideraba asociadas a un único árbol y mueren si
éste se corta. Por esta razón, las dríades y los dioses castigaban a los
mortales que dañaban a los árboles.
El misterio representa femineidad Enigmática, sensual, amorosa, apasionada, tierna, magnánima, incomparable; no alcanzarían los términos para las, presentes en la naturaleza en tierra fecunda proveedora toda ella, simbolizada como ninfas, venus, Eva, musa inspiradora de todo aquel que la conoce la posee la ama y se rinde ante ella dejando el alma al aire en un segundo. Bailar al ritmo de sus caderas vueltas desfiladeros de lujuria deseo , alocada pasión ……. en una palabra mujer
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ResponderBorrarFascinantes las Ninfas Hamadriades, que representando el poder divino de los árboles y que como espiritus femeninos al fin, nacen y mueren compartiendo su dicha cuando crecen y su infortunio cuando se secan y mueren. Asi es el verdadero amor, el incondicional, siempre cuidando y protegiendo.una apologia a la mujer. Hermoso! de el gran poeta Lubio Cardozo.
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