Alrededor de 1.000 millones de personas
dependen de los bosques para sobrevivir en el mundo. Cada año, se pierden 12
millones de hectáreas. Solo esta deforestación es culpable del 11% de las
emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según los cálculos de la ONU.
A diferencia de Kioto, en el acuerdo que se
prevé cerrar en París este sector estará presente. Alemania, Noruega y EE UU se
han comprometido a movilizar 5.000 millones de dólares en los próximos cinco
años si los países con más masa forestal aplican medidas de conservación
verificables y medibles. Este último matiz es importante. En Kioto también se
dejó de lado este sector porque existía "desconfianza" sobre el
impacto real de las medidas de reforestación, según explica una fuente con años
de experiencia en las negociaciones climáticas.
De ser un sector olvidado, ahora ha pasado a
convertirse en uno de los importantes. Cien de lo 180 países que han presentado
antes la cumbre planes de mitigación de emisiones incluyen medidas relacionadas
con los suelos, bosques y agricultura. Los grandes hábitats naturales del continente tienen mayores oportunidades para
medidas de mitigación en el sector forestal.
Representantes de poblaciones indígenas
participan en esta cumbre de la
ONU. Entre ellos la Coordinadora de
Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, que agrupa a 5.000
asociaciones de nueve países latinoamericanos. "Para lo pueblos indígenas,
los bosques son su vida", señalan. "Son nuestros centros comerciales,
nuestros hospitales, significan nuestro hogar". Pero esos bosques están
amenazados, lo que no solo repercute en sus formas de vida, sino que también
acelera el cambio climático, ya que las masas forestales contribuyen a capturar
y retener el CO2.
El País.
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