En todas las casas, apartamentos,
oficinas o espacios similares del mundo hay matas. Valga decir una pequeña o mediana planta
sembrada en un tiesto: este es una vasija de barro cocido con agujeros en la
inferior (también puede ser de cerámica, cemento, plástico) lleno de tierra
donde se asienta una hierba florida, un arbusto, un helecho de llamativo verdor o cualquier
otros simpáticos representantes del reino botánico. Posee varios nombres el recipiente, los mas
comunes: tiesto, vasija, matero, maceta, con menos frecuencia pote, porrón. Sus dueñas / dueños los colocan en lugares
por lo general discretos: un rincón, el descanso de una ventana, en el ángulo
de una escalera, sobre la tapa de la poceta (W.C) del baño, a orillas de las
paredes del patio, en mesitas apropiadas, e inclusive en el dormitorio. Testimonios fehacientes de su popularidad,
prolija diseminación de estos pequeños vegetales se hayan en el cine, basta
fijarse con detalle en cualquiera película en el Hemisferio Occidental para
toparlo en los ya mencionados espacios, igual en las revistas impresas de
entretenimiento de variedades, además de las especializadas en la jardinería
del hogar.
¿Pero que significa la continúa
presencia dentro de la casa de estas matas cuidadosamente asentadas en los
tiestos? En la memoria genética del humano las florestas, las sabanas, de donde
salio hace mas de 20 mil años ellas permanecen, laten junto al corazón; esa recóndita
nostalgia negada por la imposibilidad de abandonar las comodidades de la
civilización para retornar al bosque, el humano las compensas con sus juguetes ecológicos,
las mascotas, las plantas en sus materos dentro de la casa.
Muchas amas de casas, muchos
aficionados a las plantas de interior afirman de éstas un atributo primario
fundamental: Otorgan paz, tranquilidad al ánimo de las personas responsables de
ellas, junto a la hermosura de sus formas, de sus gratos colores sencillos,
naturales. Esto es innegable pero hay otra verdad mas profunda en el sentido
existencial: ellas sosiegan, calman la misteriosa inquietud (la diluida secreta
culpa) por el abandono de la “vieja casa”,
metáfora de aquellas selvas, de aquellas llanuras de donde salimos en
busca de una vida mas cómoda o sencillamente por una inherencia del humano, la
aventura.
¿Por que rotulamos EL BOSQUE
DOMESTICADO a este escrito? Si nos imaginamos, mediante un juego de la fantasía
reunidos uno al lado del otro en una superficie plana a todos los materos de
las ciudades y pueblos de la
Tierra - recipientes, envases, macetas, tiestos, porrones,
vasijas, potes - con sus respectivas plantas, hierbas floridas, helechos,
arbustos debidamente sembrados, juntos constituirían un inmenso bosque de
mediana altura pero de muchos kilómetros cuadrados de superficies. ¿Cuantos kilómetros le calcularía usted? Y si
sobre esas florestas nacidas del amor de los ciudadanos por los vegetales les
liberamos a las mascotas, no solo a los clásicos perros y gatos sino a también
a las tortugas, los pájaros, los loros, los lagartos, los roedores, las
iguanas, monos, para decir sólo las mascotas confesables. Es, en definitiva sin lugar a dudas, el otro
bosque, el secreto, imperceptible por su discreta distribución, el cultivado
por las solicitas manos de quienes habitan en las grandes urbes o en las
pequeñas aldeas.
DOMESTICO VERDOR
De la selvacasa vestigial sentimiento
el tiesto cual nicho de verdura
en cualquiera guarida del humano se halla
el domestico follaje.
Orna el espacio donde se habita
aunque nunca elucidara el mandato.
Tal quien recoge una brasa para salvar
la eternidad del fuego.
Críptico amor ese del humano
alumbrar con la vida lo inerte.
Quien sabe si del domesticado verdegal saldrá,
de los silenciosos tiestos,
el jubilo de la futura floresta.
Lubio Cardozo, poeta ambientalista venezolano
Matas dentro de la casa: El bosque domesticado, excelente definición y la poesia, exquisita como todo lo que sale de la excelsa pluma del maravilloso poeta Lubio Cardozo!
ResponderBorrarNo hay muchos poetas que exalten la belleza y maravillas de la naturaleza como Lubio Cardozo. Realmente un grande.
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