Al nombrarla como Tierra del Sol Amada, Rafael María
Baralt no pudo describirla de mejor manera. El astro rey es fiel a Maracaibo
regalándole su luz y calor de manera permanente. Temperaturas de 38 a 40 grados a la sombra no
son cosa rara para los marabinos, quienes se las ingenian para refrescarse
generando defensas frente al clima habitual de la ciudad y de buena parte de la
región.
Sin embargo, diciembre
llega cada año con una brisa fresca que se extiende hasta enero y febrero.
Estos meses representan un bálsamo, un regalo de la naturaleza para la tierra
marabina y su gente. “Llegaron los hielitos” dicen algunos, mientras otros
hablan de los “aires decembrinos” para caracterizar el descenso de la temperatura
principalmente durante las noches, y que permite a los marabinos disfrutar de
las bondades de la temporada.
Según el experto en geociencias Pedro Emiro Machado, la explicación de este
cambio en el clima está vinculada a
fenómenos atmosféricos y cambios de energía que son el resultado de dos
realidades fundamentales del sistema solar. “En primer lugar, la continúa
radiación de energía por parte del sol, y en segundo lugar, el movimiento de la
tierra alrededor de su eje (que origina el día y la noche) y alrededor del sol
(origen del año solar)”.
Tratando de simplificar la terminología científica, se
pudiera decir que el Sol es como un enorme horno que emite una intensa
radiación con potencia de 6,15 kw por cm2 de su superficie. “Debido
a la inclinación del eje de la
Tierra con respecto al plano de su orbita alrededor del
Sol, la cantidad de radiación recibida
depende de la latitud geográfica y, debido a que la órbita descrita por la Tierra alrededor del Sol es
elíptica, depende también de la estación del año. Como resultado, el conjunto
de todas esas cantidades de energía se trasforma en lo que llamamos tiempo
atmosférico y climas”, añade Machado.
El viento es un fenómeno atmosférico que, por definición,
es el aire en movimiento. En Venezuela y, por ende, en la región zuliana actúan
o predominan los vientos regulares y los vientos locales. Los vientos alisios
tropicales del norte y los del sur. Los alisios del NE soplan regularmente
durante todo el año, su influencia es de mayor o menor efecto sobre el clima
dependiendo de la época del año.
Así tenemos que los vientos locales son parecidos a las
variaciones estaciónales de temperatura y presión entre la tierra y el agua;
hay cambios diarios que ejercen efectos similares pero más localizados. En
verano sobre todo, la tierra está más caliente que el mar durante el día y más
fría durante la noche: esto induce un sistema de brisas dirigidas hacia tierra
de día y hacia el mar de noche.
En la región hay cambios diarios de temperatura similares
sobre terrenos irregulares que provocan brisas en las montañas y en los valles
o planicies. Otros vientos inducidos por fenómenos locales son los torbellinos
y los vientos asociados a las tormentas.En otras áreas donde los vientos son atrapados entre montañas se
producen fuertes precipitaciones, como ocurre en el sur del Lago de Maracaibo.
Por estos días, aunque el sol sigue tan
radiante como siempre resulta muy grato disfrutar de la brisa mañanera y
nocturna, que en algunas oportunidades acompaña toda la jornada en esta urbe
zuliana. Necesario paréntesis antes de iniciar los meses en los que el sol
abraza con toda efusión a su amada Maracaibo y las brisas
frías deciden retirarse hasta el año siguiente.
Fanny Reyes / Lenin Cardozo
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