A propósito de la intensa sequía que
nos azota al norte del estado, el hábitat natural se ve afectado;porque las
lluvias esperadas no se presentaron para los meses de mayo y junio, lo que ha
conllevado a que los niveles de los embalses más importantes: Manuelote, Tule y
Tres Ríos, sigan disminuyendo y no permitan su recuperación de acuerdo al ciclo
estacionario. Ante la actual crisis hídrica producto de la fuerte sequía que
lleva dos años en la región, afecta a casi tres millones de habitantes en los
municipios Maracaibo, San Francisco, Almirante Padilla, Jesús Enrique Lossada y
Miranda; así como, a la agricultura, el ganado y recursos forestales.
Los tres embalses que funcionan en la entidad hacia la costa occidental,
se encuentran en situación crítica debido a que sus principales afluentes (los
ríos Palmar, Socuy y Cachirí) no están aportando el agua necesaria, debido a
que en las cabeceras o parte alta no ha llovido lo suficiente para recuperar
los niveles óptimos. De
igual manera la sequía, afecta a los embalses de Manchando y Pueblo Viejo en la
Costa Oriental del Lago, así como al embalse de Maticora en el estado Falcón.
Pero esta realidad entra en
contraste con las intensas lluvias que han ocurrido en el estado Táchira y los
llanos venezolanos, causando estragos a la población, vías de comunicación y la
agricultura, por la cual el gobierno nacional ha decretado el estado de
emergencia. De una manera moderada, a llovida hacia la parte central y sur del
estado.
Es bien sabido que en el país y por su ubicación en el
trópico, en agosto se intensifica el ciclo de verano o sequía, hasta mediados
de septiembre, que en teoría comienza la época de lluvias, sino se atrasan por
los fenómenos del cambio climático. Lo cual es preocupante por la reserva de
aguas para la población concentradas en las ciudades urbanas y rurales, que se
verán ante una posible crisis de distribución y a expensas de que llueva.
No podemos
dejar de mencionar el hecho de que el aprovechamiento de los embalses
constituye un gran potencial para la producción de alimentos (pesquerías),
recreación y otros usos, en consecuencia por la sequía se verá muy afectada.
Desde octubre de 2013 hasta junio la poca o falta de lluvias ha
originado sequías de tipo moderado, severo y extremo en nuestro país. Al llegar
el período lluvioso (abril, mayo y junio) también se registraron déficits de
precipitaciones que han afectado el noroccidente de Falcón, los embalses, y la
zona noroeste de la planicie de la cuenca del Lago de Maracaibo.
Justamente, las últimas investigaciones realizadas
con el denominado Índice de Precipitación Estandarizada (SPI) señalan que la
sequía en el noroeste del estado Zulia ha tenido una duración casi continua en
dos años: se inició en abril de 2013 y alcanzó su mayor intensidad en marzo de
2014, acentuándose con altas temperatura registradas en el primer semestre del
año 2015.
De acuerdo a datos históricos, este es el séptimo
período más seco del país durante los últimos 60 años después de los vividos en
1958-1959, 2009-2010, 1963-1964, 1972-1973 y 1997-1998, ciclos de sequía a los
que ahora agregan los fenómenos producto del cambio climático, fenómenos
atmosféricos; y en especial el fenómeno del "El Niño", que algunos
investigadores lo han clasificado como de moderado al norte de Suramérica en el
año 2015.
El Niño, que en nuestra zona geográfica se produce a la inversa, causa
sequías y baja la disponibilidad de agua en los ríos. Esto causa un
racionamiento, no por ineficiencias de distribución, sino por falta de
disponibilidad.
Así
mismo, debemos mencionar que la tala indiscriminada en las cuencas
hidrográficas del Estado Zulia, sobre todo por cultivos ilegales de tubérculos,
han agravado la situación. La Costa Oriental del Lago de Maracaibo se ve más
afectado aun, ya que hay que agregar que los dueños de fincas que han criado
ganados y han realizado siembras que no corresponden a las zonas donde se
llevan a cabo.
La tala,
ganadería y siembra de cultivos ilegales rompen con el ciclo hidrológico que no
permite que los distintos afluentes tengan el caudal adecuado para surtir de
agua a los distintos embalses del Zulia.
Desde los años setenta la superficie de la
tierra afectada por las sequías se ha duplicado, afectando a millones de personas que dependen de las tierras y minando
los medios de subsistencia de la población, particularmente en
las zonas rurales.
Así lo han estiman las tres principales
entidades especializadas en esa problemática -la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Fondo de Naciones Unidas para la
Agricultura (FAO) y la Convención de Naciones Unidas contra la Desertización
(CLD)-, a través de sus expertos.
Algunas de sus proposiciones, consiste en incitar
a los gobiernos a adoptar políticas nacionales que incluyan medidas de
prevención capaces de reducir los riesgos de desastres, en
lugar de insistir en los enfoques tradicionales "reactivos", es decir
que sólo atienden a sus consecuencias.
"Aumentar la resistencia
frente a la sequía no es sólo una medida de mitigación, sino una inversión
inteligente cuya alta rentabilidad está garantizada. La prestación de socorro
posterior a los desastres es mucho más costosa que la preparación en caso de sequía
y la gestión de riesgos".
Los estudios publicados en
la edición "online" de "Nature Geoscience" y realizado por
científicos de Arizona, Massachusetts, Colorado, California y la Universidad de Columbia Británica (Canadá), señala que
durante el resto del siglo XXI serán normales este tipo de sequías.
"Las proyecciones indican que los eventos de sequía de esta duración y gravedad serán comunes
hasta el final del siglo XXI", dijeron los científicos en su
estudio. Y lo que es peor; es que las precipitaciones a finales del siglo XXI
se prevé serán incluso inferiores a las registradas durante la seguía de
2000-2004, según el estudio.
Ante este panorama,consideramos
que siendo el agua uno de nuestros principales recursos naturales, se requiere
la implementación de una política a nivel nacional cuyo énfasis debe ser
dirigido a la formación de recursos humanos. El manejo, aprovechamiento y
conservación de los ecosistemas demanda capacitación de personal que no se
obtendrá sin el apoyo gubernamental.
En
consecuencia, creemos importante resaltar la necesidad de que la realidad del
cambio climático y los riesgos de los fenómenos atmosféricos, afectan
drásticamente nuestra nuestro medio ambiente, los microclimas y modo de vida en
toda la cuenca del Lago de Maracaibo incluyendo sus serranías. Las medidas
gubernamentales deben ser un plan integral con la participación de toda la
ciudadanía. Por lo cual, nuestra mirada no es solo al cielo sino también al
suelo, las masas de agua para la conservación de las especies: flora y fauna
hacia el futuro de nuestra especie humana.
A manera
de comentario, anexamos algunas noticias de investigaciones reciente, que
refieren al tema y se titulan de la siguiente
ü
“Científicos prevén que la sequía
empeore durante el resto del siglo XXI”
ü
“California restringe el agua a
los agricultores”
ü
“Sequías son el desastre natural
más destructivo y costoso que existe”
ü
“Estudio afirma que los Mayas
desaparecieron debido a una prolongada sequía”
ü
“El planeta se enfrenta a una
"bancarrota de agua", según un informe de la ONU”
Lo cierto
es que esperamos que llueva muy pronto, se avizora cumbres borrascosas sobre el
cielo de Maracaibo y el norte del estado, lo que presagia prontas lluvias. Los
temporales vendrán pronto, lo que no sabemos es su frecuencia e intensidad,
pero debemos estar preparados para la prolongación de la sequía y posibles
lluvias con la temporada hacia septiembre y noviembre.
Pedro
Machado
Lenin
Cardozo.
UN ESTADO ATIPICO
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