Cuida siempre de mis nidos
y mis ramajes floridos.
En mi tronco y mis raíces
no quiero ver cicatrices.
Cuida de mi fruta verde,
pues madura no se pierden.
Si tu amigo quien me nombra
recuérdale que doy sombra.
Sálvame del que se empeña,
en hacer del árbol leña.
Y del hacha y del hachero
como del rayo traicionero.
Salva la flor de mis ramas
de la angustia de las llamas.
Vedme a regar con tu mano
los días de verano.
Y dile que aquel que me ignora
que tengo un alma sonora.
El que por mi lado pasa
siempre encuentra en mí su casa.
Mi casa madura en trino
que es la virtud del camino.
En mi follaje se encierra vida,
amor, canción y vuelo.
Tengo la raíz en tierra
y la copa abierta al cielo.
Manuel F. Rugeles (San Cristóbal 1903 - Caracas 1958)
Tomado del libro ¡Canta, Pirulero ! (Caracas,1950)
y mis ramajes floridos.
En mi tronco y mis raíces
no quiero ver cicatrices.
Cuida de mi fruta verde,
pues madura no se pierden.
Si tu amigo quien me nombra
recuérdale que doy sombra.
Sálvame del que se empeña,
en hacer del árbol leña.
Y del hacha y del hachero
como del rayo traicionero.
Salva la flor de mis ramas
de la angustia de las llamas.
Vedme a regar con tu mano
los días de verano.
Y dile que aquel que me ignora
que tengo un alma sonora.
El que por mi lado pasa
siempre encuentra en mí su casa.
Mi casa madura en trino
que es la virtud del camino.
En mi follaje se encierra vida,
amor, canción y vuelo.
Tengo la raíz en tierra
y la copa abierta al cielo.
Manuel F. Rugeles (San Cristóbal 1903 - Caracas 1958)
Tomado del libro ¡Canta, Pirulero ! (Caracas,1950)
Sencillamente hermoso! Gracias por compartirlo!
ResponderBorrarcelebramos toda prosa que enarbole la madre tierra
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