En el presente los sistemas eléctricos regionales o nacionales exigen una mayor flexibilidad para mantener el balance continuo entre la generación y la demanda. El uso de Sistemas de Almacenamiento de Energías, da la dualidad de actuar como almacenadores o como fuente de electricidad de manera alterna, para compensar las variaciones tanto de la generación como de la demanda.
Estos sistemas de almacenamiento en auxilio a las micro redes, representa una oportuna estrategia para el mejoramiento del acceso a la energía en zonas aisladas.
A través de dichos sistemas de almacenamiento en conjunto con las centrales solares en zonas remotas y en islas, se ha logrado eliminar o al menos disminuir la necesidad del uso de generadores diésel. Esto ha garantizado aumentar la eficiencia de los sistemas, reducir los costos de operación y la compleja logística del suministro de combustible.
Hace 5 años atrás, el costo y duración de las tecnologías de almacenamiento hacia inviable pensar en masificar soluciones híbridas (solar y baterías), tanto en el sector residencial como comercial e industrial y mucho menos pensar en diseñar sistemas para auxiliar a micro redes o a la red eléctrica general.
Sin embargo el avance de las innovaciones en los Sistemas de Almacenamiento de Energía han permitido el desarrollo de una variedad de tecnologías que las han posicionado con mucha fuerza en el mercado por sus precios y garantías. Siendo las baterías electroquímicas de ion litio, las de mayor crecimiento en su uso. Su versatilidad, tiempos de respuesta y madurez de la tecnología la hacen la solución más atractiva. Sus costos han bajado significativamente en la última década desde los US$1.000 en 2010 hasta US$100 en 2022, y se espera que sus precios continúen cayendo en los próximos años.
En el futuro inmediato las macrobaterías y paneles solares serán las imágenes recurrentes de nuestras comunidades, barrios o ciudades.
Lubio Lenin Cardozo, ingeniero instalador de sistemas fotovoltaicos
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