El dron en el presente, pasó a ser una herramienta útil y de apoyo para las actividades asociadas a las instalaciones fotovoltaicas.
Dentro de esas actividades se destacan vuelos para reconocer detalles claves para la fase del diseño de la instalación, levantamiento topográfico para nuevas instalaciones o ampliación de la existente, inspecciones, fotografías e imágenes térmicas de las estructuras y posibles obstáculos.
La toma de datos desde el aire contribuye a la detección de factores de riesgo de accidente, facilitando la toma de medidas correctoras en el plan de prevención de la obra.
El uso de escáneres digitales permite obtener modelos digitales del terreno detallados precisos y de mejor calidad que las técnicas fotográficas tradicionales. Los drones son capaces de llegar a lugares de difícil acceso de una forma segura para los técnicos que eluden los factores de accidente por caídas, choques, vuelcos, o torceduras, en los desplazamientos hacia entornos de difícil acceso.
En instalaciones domésticas el uso de drones permite recopilar imágenes térmicas o fotografías que nos aportan información detallada del estado del tejado o la estructura. Por ejemplo, se detecta la presencia de líneas de cableado, ramas de árboles, nidos de pájaros, óxido o grietas en las estructuras, deficiencias en las escalas de acceso…. esta detección permite proponer procedimientos adaptados al entorno y realizar el trabajo en condiciones seguras.
Sin embargo, cada vez la realidad supera la ficción, seguro que pronto usaremos drones especiales para carga pesada para transportar las cajas de paneles solares a regiones remotas o de caminos complicados.
Lubio Lenin Cardozo, instalador de sistemas fotovoltaicos
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