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domingo, 23 de junio de 2019

Energía Solar, la última apuesta limpia y renovable del Canadá

The 44-MW Nanticoke Solar Farm in Ontario.

El gobierno nacional del Canadá en cumplimiento de los acuerdos internacionales para la disminucion de la contaminacion atmosférica por el uso de los combustibles fosiles, en los últimos 4 años, ha profundizado en inversiones de energía renovable, siendo la Granja Solar de Natincoke el último megaproyecto de la actual administración.  En una extension de 105 hectáreas se instalaron 192,431 paneles solares en la orilla del lago Erie, al sur de la Provincia de Ontario.  El area ocupada para el desarrollo de este importante megaproyecto, fue donde antiguamente estaba construida la principal  planta de energia electrica de esa region a través del consumo de carbón (Construida en 1972, con una producción de 4000 MW).  Se paso entonces, de generar energia a partir de una de las tecnologías mas contaminantes del ambiente a el uso de las llamadas tecnologias limpias.  Tiempo de construcción del proyecto 12 meses -   Marzo del 2018 a Marzo del 2019- para una generacion independiente de 86 megavatios (MW,  un Mega Watt o Mega Voatios equivale a  1.000.000 watts o vatios,  energía promedio para alimentar 400 viviendas.  Lo que significa que 86 MW representa la energia que pudiesen consumir 34 mil viviendas).  

Related imageA través de la energía solar cada Megawatts o Megavatios instalado,  evita la emisión de 640 toneladas de CO2 a la atmósfera en un año, el equivalente a sembrar 106.136 arboles

Lugar de construccion de la Granja Solar, en las áreas adyacentes a la  comunidad de Nanticoke, en la Provincia,de Ontario.  Inversión de la obra 100 millones de dólares.

Como una nota curiosa, en este proyecto participaron convocados de todas las regiones del pais,  mas de 200 trabajadores canadienses y entre ellos yo tuve el privilegio de ser uno de ellos,  alcanzando la posición  de  supervisor de instalacion de estructuras fijas o andamiaje que son las que se colocan previo a la instalacion de los paneles solares.  De los 192 mil paneles solares que se usaron (con un aporte promedio de 345 vatios cada uno), estos
se soportaron sobre 7400 estructuras o mesas, que es como se les conoce en el lenguaje de los instaladores.

Cuando me incorporé al proyecto, ya tenía algunos meses de haber comenzado y se me asignó a la cuadrilla de ensambladores de estructuras (Los llamados Solar Racking and Mounting).  La primera semana estaba muy preocupado, porque mientras yo a duras penas podia ensamblar 4 o 5 estructuras diarias, los otros trabajadores de la cuadrilla, que casi todos eran aborígenes canadienses de unos 190 cm de alto y como de 120 kilos de peso, promedio, ellos podian armar hasta 10 estructuras diarias. Pensé que me iban a despedir por bajo rendimiento, luego empecé a notar que todos sin excepción que aún hacíendo un extraordinario trabajo de ensamblaje de 7 días a la semana, solo trabajaban 3 o 4 días.  Los otros días se quedaban en su comunidad bebiendo o como decimos nosotros "parrandeando".. Es decir, ellos magistralmente hacían 30 o 40 estructuras o mesas y yo a mi paso de morrocoy hacia un poco más de 40 también en ese mismo rango de 7 días por semana.  Luego fui mejorando, desarrolle más habilidades y ya hacia como unas 75 u 80 estructuras a la semana, contra las mismas 40 que hacían mis compañeros aborígenes. No porque yo fuera mejor o mas rapido, sino porque simplemente no faltaba al trabajo. 

Lo que me mantuvo hasta el final del proyecto fue mi actitud y aptitud y mi disciplina y vocacion al trabajo.

La parte final del proyecto fue la más difícil porque nos toco  trabajar en el invierno que comienza a mediados de Noviembre hasta Marzo.  Muchos dias, sufrimos los rigores de trabajar a menos 25 o a menos 30 grados centigrados.  El ausentismo laboral fue notorio, los trabajadores se enfermaban por docenas,  en mi caso sólo la voluntad férrea de querer llegar hasta el cierre de la obra me mantuvo en pie.  Por lo general, en las mañanas no sentiamos los dedos de las manos, aún cuando usábamos ropa, botas y guantes especiales para el frio.  Nada detenía el espantoso frío que penetraba nuestras protecciónes.  Siempre andaba con la preocupacion de una posible gangrena si los dedos de las manos o de los pies, se mantenian congelados por mucho tiempo. 

Trabajabamos 12 horas diarias de lunes a domingo.  Con intermedio de media hora para almorzar y 15 minutos a media mañana para desayunar.  En el invierno, en los días más recios, mantenían cerca de la cuadrilla un pequeño bus a diesel,  siempre prendido, con la calefacción full.  Por seguridad nosotros trabajamos 45 minutos y luego nos metíamos en el bus 15 minutos para descogelarnos.  Pero no siempre contábamos con el bus cerca y la agonía de no saber que hacer con el frio se prolongaba por más horas.  Al final de la obra de 200 fortachones trabajadores, el frio diezmó a casi todo ese ejercito de vikingos, y sólo quedamos no más de 20.