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sábado, 16 de junio de 2012

Tres Añu en adopción

Hace ya algunos meses, llegue a los 50 (“sin cuenta”), es decir, ya no hay mas cuenta, en lo que se refiere a años. Y como una gran conclusión de las cosas más importantes que he hecho en mi vida, hasta este momento, es ser parte de quienes hemos creado un parque. Un gran parque llamado “Tierra de Sueños”. Que en América, pasaría a ser el primer parque comunal, es decir, que una comunidad organizada lo designa parque. Ubicado en el sector de Capitán Chico, en el pueblo de pescadores de nombre Santa Rosa de Agua de Maracaibo, al Oeste de Venezuela. Enclave de la comunidad indígena Añu o Paraujana ( la segunda población indígena mas importante de la nación).--------------- Allí, dentro del parque, diseñamos un sendero de interpretación con sus respectivas paradas o estaciones para reconocer la flora y fauna del más espectacular bosque de manglar rojo que existe en el país. También construimos pequeños puentes con madera reciclada, para facilitar el acceso a los niños visitantes, y con el apoyo de jóvenes ingenieros hemos sido testigos de la construcción, sobre el gran humedal, del puente de madera mas largo de Venezuela. En fin, muchas emociones que brotan y retumban en nuestro ser, han salido de esas 130 hectáreas de manglar. -----------Pero el mayor tesoro de esta experiencia, es la oportunidad que la vida te da, al conocer gente esplendida, bondadosa, llenas de fe, que han hecho posible el avance de esta iniciativa. Descubrí, o como dice mi mama: me toco a mí, el “afecto Añu” de niños y adultos, que solo se logra si los respetas como persona, escuchas sinceramente sus opiniones, entiendes su sabiduría, los involucras en la visión de lo que se requiere y con el ejemplo y perseverancia, muestras que si es posible transformar un área baldía que se había convertido en un botadero de basura soterrada, en el majestuoso parque que es hoy.---------------- Desde las primeras reflexiones, tres familias se han involucrado en cuerpo y alma en esta obra: los Ortega, que son casi el 70% de todo el pueblo de Santa Rosa de Agua, los Andrade, quienes originariamente vienen de alguna parte del Caribe y los Almarza, que al igual que los Ortega, son descendientes directos de los Paraujanos o Añu. La familia Almarza es la más corta: el señor Dagly, que es a su vez mama y papa de sus dos pequeños hijos (Omar de 11 y Otilia de 10 años). Todos ellos tienen marcadamente el fenotipo Añu. Desde el inicio, el señor Dagly aceptó ser el Guardaparque de “Tierra de Sueños”, porque èl conocía muy bien esos humedales ya que vivió con su familia dentro de ese bosque por muchos años. Realmente es su bosque también. ----------------Tengo la presunción que el parque “Tierra de Sueños” me ha adoptado y yo en retribución a ese gesto, he decidido adoptar a parte de los hijos de ese bosque, a Omar y a Otilia Almarza y como su papa no puede vivir sin ellos, entonces adopto a los tres y problema resuelto. Ahora mi familia tiene 3 nuevos miembros.

lunes, 11 de junio de 2012

METAECOLOGÍA. Andrés Bello – Alejandro de Humboldt: los creadores del sentimiento ecológico en el nuevo mundo.

El primer poeta lírico nacido en Hispanoamérica quien celebra en sus versos, con orgulloso entusiasmo, el paisaje del Nuevo Mundo se llama Andrés Bello (Caracas, 1781- Santiago de Chile, 1865). Vivió Bello veintinueve años en Caracas, en sus aledaños, inclusive incursionó hasta los valles de Aragua. Amigo de la sabiduría, estudió en esos años gramática latina, castellano, literaturas clásicas; junto a estos conocimientos humanísticos indagó también en la botánica, en la geografía de su entorno. Amicus arborum, dejó vigorosos testimonios de amor por su ámbito vegetal: a un pequeño río situado al norte de la ciudad, fluyente entre haciendas y bosques, el Anauco – quedan hoy de él apenas el nombre de un puente, un hilo de aguas negras y el poema de Bello-, le hizo una hermosa composición imbricada de referencias helenísiticas, de la cual se copian para los lectores quince versos, (…) “Tú, verde y apacible ribera del Anauco, para mi más alegre que los bosques idalios y las vegas hermosas de la plácida Páfos, resonarás continuo en mis humildes cantos; y cuando ya mi sombra sobre el funesto barco visite del Erebo los valles solitarios, en tus umbrías selvas y retirerados antros erraré cual un día,” (…) (A. Bello, EL ANAUCO. En: Poesías. Caracas, 1981. pp. 5-6). Escribió asímismo en su etapa caraqueña su célebre soneto “MIS DESEOS” donde por primera vez en la lírica venezolana dos emblemáticos árboles, muy peculiares por sus tallos, el cocotero junto al sauce aparecen, de igual modo la región nominada por siempre Aragua. En Venezuela dos especies de la familia de las Salicaceae hay, el conocido en el sermo ruralis sauce llorón (Salix babylonica L.) traido al País durante el gobierno de Guzmán Blanco, y el nativo, el sauce común (Salix humboldtiana); el expresivo cocotero, de la familia Palmas Arecaceae, simpática bandera verdeamarilla de los trópicos enriquece la acuarela fijada en los versos de Bello, (…) “De Aragua a las orillas un distrito que me tribute fáciles manjares, do vecino a mis rústicos hogares entre peñascos corra un arroyito. Para acogerme en el calor estivo que tenga una arboleda también quiero, do crezca junto al sauce el coco altivo.” (A.Bello, “MIS DESEOS”. En: Poesías. Caracas, 1981. p. 7) Puede decirse lo mismo de su pequeña composición en romance octosilábico rotulada “A UN SAMÁN”. A este gigante de la flora del Continente verde, de “las regiones esquinocciales” humboldtianas, Bello lo inmortaliza al insertarlo por primera vez en el lenguaje de la ódica del Nuevo Mundo. Emblematiza este inmenso Pithecellobium samán (Leguiminosae Mimosaceae) con su colosal fronda las planicies cálidas del occidente del País, hoy árbol de las simbología institucional del estado Aragua. (…) “Extiende, samán tus ramas sin temor al hado fiero, y que tu sombra amigable al caminante proteja.” (A.Bello, “A UN SAMÁN”. En: Poesías. Caracas, 1981. p. 32). “Al salir del pueblo de Turmero, a una legua de distancia, se descubre un objeto que se presenta en el horizonte… No es una colina ni un grupo de árboles muy juntos, sino un solo árbol, el famoso Samán de Güeré, conocido en toda la provincia por la enorme extensión de sus ramas que forman una copa hemisférica de 576 pies de circunsferencia. El Samán una vistosa especie de Mimosa, cuyos brazos tortuosos se dividen por bifurcación. Su follaje tenue y delicado se destaca agradablemente sobre el azul del cielo. Largo tiempo nos detuvimos debajo de esa bóveda vegetal”… (Alejandro de Humboldt, Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. Caracas, Monte Ávila Editores, 1985. t. III, p. 87). Viajó Bello a Londres en 1810 en una misión diplomática, junto con Bolivar, relacionada con el proyecto independentista de los venezolanos. Nunca más a su País retornaria. ¿Se conocieron Bello y Humboldt en el breve ínterin de este último en Caracas? Sólo hay conjeturas al respecto sin apoyo historiográfico, más en la historia posible ello ha debido suceder. La expedición organizada por el naturalista, geólogo, botánico, astrónomo Alejandro de Humboldt (Berlín: 1769-1859) y el médico, botánico Aimé Bonpland (La Rochelle, Francia, 1773 – Uruguay, 1858) llegó al puerto de Cumaná en la desembocadura del río Manzanares el 16 de julio de 1799: Emprendian, pues, desde Venezuela estos dos grandes varones de la ciencia la primera gran exploración por el conocimiento riguroso de la naturaleza del Nuevo Mundo, con su posterior corolario de la honda repercusiónen la transformación de la mineralogía, geografía, geodesia, astronomía, zoología, botánica, cosmología, entre otras. Así describe Humboldt su profunda emoción al contemplar por primera vez el verdor del Nuevo Continente. “Habiamos llegado al fondeadero, frente a la embocadura del río Manzanares, el 16 de julio, al despuntar el día más no pudimos desembarcar sino muy tarde de la mañana, porque estábamos obligados a aguardar la visita de los oficiales del puerto. Se fijaban nuestras miradas en los grupos de cocoteros que ribeteaban la costa, cuyos troncos de más de sesenta pies de altura dominaban del paisaje. La planicie estaba cubierta de conjuntos de Casias, Cápparis y de esas mimosas arborescentes que, semejantes al pino de Italia, extienden sus brazos en forma de quitasol. Las hojas pinadas de la palmeras se destacaban sobre el azul del cielo cuya pureza ningún vestigio de vapores enturbiaba. Subía el Sol rápidamente hacia el zenit. Difundíase una luz deslumbradora por el aire, por colinas blanquecinas tapizadas de Nopales cilíndircos, y por un mar siempre sosegado, cuyas riberas están pobladas de alcatraces, de garzas, flamencos. Lo brillante del día, el vigor de los colores vegetales, la forma de las plantas, el variado plumaje de las aves, todo anunciaba el carácter prominente de la naturaleza en las regiones ecuatoriales.” (A. de Humboldt, op. cit, t. I. p. 377). El 21 de noviembre de ese año, “por la tarde”, arribarían a Caracas donde permanecerían escasos dos meses. “Dos meses pasé en Caracas. Habitábamos el Sr. Bonpland y yo en una casa grande casi aislada, en la parte más elevada de la ciudad. Desde lo alto de una galería podíamos divisar a un tiempo la cúspide de la Silla, la cresta dentada de Galipán y el risueño valle del Guaire, cuyo rico cultivo contrasta con al sombría cortina de las montañas en derrador. Era la estación de la sequía.” (A.De Humboldt, Op. Cit; t. II, p. 329). La ruta de Humboldt-Bonpland por el territorio de la Provincia de Venezuela fue la siguiente: De Caracas a los Valles del Tuy, Valles de Aragua: La Victoria, Turmero, Maracay, Valencia, Las Trincheras (aguas termales), Puerto Cabello; enrumban hacia los Llanos Centrales: Calabozo, Apure (San Fernando), conectan por el río al Orinoco (abril de 1800): San Carlos de Río Negro, Caño Casiquiare, Descendieron por el Orinoco hasta Angostura (hoy Ciudad Bolívar), tomaron luego el camino llanero para El Pao hasta Barcelona, de allí otra vez a Cumaná. Desde este puerto se embarcaron rumbo a la Habana. “Habíamos pasado 16 meses en estas costas y en el interior de Venezuela. (…) Nos separamos de nuestros amigos de Cumaná el 16 de noviembre (de 1800)… La noche era fresca y deliciosa. Y no fue sin emoción que vimos por última vez el disco de la Luna iluminar la copa de los cocoteros que rodean las riberas del Manzanares.” Dejó Humboldt en su largo recorrido de dieciseis meses (16-VII-1799 al 16-XI-1800) por el territorio venezolano fehacientes descripciones de la agricultura en ese momento de la historia, expuso con detalle los cultivos originarios: el maíz, la yuca, la papa, el cocotero, el cacao, la lechosa, las sapotáceas, las anonanéceas, la piña, la guayaba, junto a tantas otras. De las plantas exóticas, traídas por los europeos, destacó el cafeto, la caña de azúcar, algunos frutales (manzanas, duraznos, naranjas), en fin. Señales de estos plantas sativas reveladas por el cientifico alemán renacerían después en los versos de Andrés Bello. Revela Humboldt en su maravillosa aventura intelectual, científica, rotulada Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, por primera vez a los hispanoamericanos el esplendor, la realidad, la riqueza, la belleza, la temperie, del a tierra donde habían nacido, habitan, donde luego depositarán sus huesos: el Nuevo Continente. Por eso Bolívar en carta de 1820 define a Humboldt “el descubridor científico del Nuevo Mundo”. El Libro comenzó a editarse primero en francés a partir de 1814, ese mismo año se inicia la versión inglesa, impresa en Londres. Esta última fue la leída por Bello durante su larga permanencia en la capital de Inglaterra. Significó este acontecimiento el encuentro existencial definitiva entre el gran poeta y el gran naturalista. Desde la brumosa lejania de Inglaterra a Bello se le reveló con dicho hallazgo la majestad natural del Nuevo Mundo intelectualmente iluminado por la intligencia y la cientificidad de Humboldt. Sólo así pudo Bello componer sus dos formidables poemas novomundanos, “ALOCUCIÓN A LA POESÍA” (1823), “LA AGRICULTURA DE LA ZONA TÓRRIDA (1826). Dos largas silvas donde por primera vez se invita a amar, cuidar, entar el espacio natural – su flora, su fauna, sus ríos, su aire, su luz, su tierra, sus mares- de la llamada por Humboldt con sorprendente precisión geodésica “la zona tórrida”, la comprendida entre el Trópico de Cáncer del hemisferio boreal, el Trópico de Capricornio del hermisferio austral, dividida por el círculo máximo del Ecuador, pero sólo el ámbito circunscrito al Nuevo Mundo. Para los lectores de: Azul Ambientalistas se copian apenas los primeros cincuenta versos de su poema. LA AGRICULTURA DE LA ZONA TÓRRIDA ¡Salve, fecunda zona, que al Sol enamorado circunscribes el vago curso, y cuanto ser se anima en cada vario clima, acariciada de su luz, concibes! Tú tejes al verano su guirnalda de granadas espigas; tú la uva das a la hirviente cuba; no de purpúrea fruta, o roja o gualda, a tus florestas bellas falta matiz alguno; y bebe en ellas aroma mil en viento; y greyes van sin cuento paciendo tu verdura, desde el Llano que tiene por lindero el horizonte, hasta el erguido monte, de inaccesible nieve siempre cano. Tú das la caña hermosa, de do la miel se acendra, por quien desdeña el mundo los panales; tú en urnas de coral cuajas la almendra que en la espumante jícara rebosa; bulle carmín viviente en tus nopales, que afrenta fuera al murice de Tiro; y de tu añil la tinta generosa émula es de la lumbre del zafiro. El vino es tuyo, que la herida agave para los hijos vierte del Anahuac feliz; y la hoja es tuya, que, cuando de süave humo en espiras vagorosas huya solazará el fastidio al ocio inerte. (…) Para tus hijos la procera palma su vario feudo cría, y el ananás sazona su ambrosía; su blanco pan la yuca; sus rubias pomas la patata educa; y el algodón despliega el aura leve las rosas de oro y el vellón de nieve. Tendida para ti la fresca parcha En enramadas de verdor lozano cuelga de sus sarmientos trepadores nectáreos globos y franjadas flroes; y para ti el máiz, jefe altanero de la espigada tribu, hincha su grano; y para ti el banano desmaya al peso de su dulce carga; el banano, primero de cuantos concedió bellos presentes Providencia a las gentes del ecuador feliz con mano larga.” (…) (A. Bello, “LA AGRICULTURA DE LA ZONA TÓRRIDA”. En: Poesías. Caracas, 1981. pp 65-69). Lubio Cardozo, ecopoeta venezolano

jueves, 7 de junio de 2012

I volontari per vivere su Marte, viaggio senza ritorno

Il senso di ogni ambientalista, ecologista e conservazionista è quello di difendere la vita fino all’ultimo battito. La vita è un privilegio, ma è anche una missione che la natura ci designa. Ogni specie, ha una ragion d’essere o un ruolo da svolgere, un compito da fare. Il dono della vita che ha una specie, non è quello di sterminare un altra specie. Le condizioni del pianeta vennero fissati per vivere tutti in perfetto equilibrio. Equilibrio che gli esseri umani abbiamo rotto e siamo ora alla vigilia di perdere il paradiso. L’eden di Adamo ed Eva. La razza umana per sopravvivere necessita ora di un piano B. L’arca di Noè del XXI secolo devrebbe essere sollevata per raggiungere la nuova terra ferma. La proposta di colonizzare un altro pianeta, è stata la motivazione principale delle agenzie spaziali, l’iniziativa, che dal punto di vista scientifico deve essere accelerata a causa della chiara tendenza della sovrappopolazione della nostra specie e l’esaurimento delle risorse. La questione ha nuovamente preso di recente con la proposta dei giovani scienziati Schulze-Makuch e Paul Davies, University of Arizona, dove sostengono che la colonizzazione di Marte potrebbe essere più rapida e meno costosa se ​​ gli astronauti cominciano a comportarsi come i primi conquistatori come quelli che sono arrivati ​​sul suolo americano: senza chiedere il loro ritorno a casa. “L’obiettivo principale è quello di cominciare a spostare l’esplorazione di Marte”, così si esprimono questi scienziati, nell’interesse di accelerare la ricerca di un nuovo pianeta di fronte a qualsiasi catastrofe sulla Terra. La strategia iniziale -perché ciò avvenga nei prossimi dieci anni-, è quella di proporre di inviare inizialmente due squadre di persone a bordo di navi diverse per aprire gli accampamenti e poi iniziare a ricevere regolarmente altri coloni con il cibo. Così, non portando combustibile e ulteriori disposizioni per i ritorni, si ridurrebbe le spese di viaggio del 80%. Il pianeta Marte è il più promettente per supportare una colonizzazione continua, dal momento che per molti aspetti è simile alla Terra. Il successo della proposta di Davies e Schulze-Makuch dipende dal compiere rigorosamente, tre fasi: la scelta accurata del luogo di atterraggio, utilizzando tutti i dati delle missioni attuali e future verso il Pianeta Rosso;lo stabilimento preliminare di una base disabitata, ma con le risorse necessarie per sostenere la vita umana; e l’invio di astronauti pronti per eseguire un viaggio sola andata, senza alcuna speranza di ritornare sulla Terra. Gli scienziati suggeriscono che la selezione del primo equipaggio devono essere coloni che abbiano superato l’età riproduttiva e che la loro aspettativa di vita siano al di sotto 20 anni. Inoltre, una volta arrivati ​​alla base, il loro lavoro non sarebbe molto diverso come quelli effettuati dai primi conquistatori dalla America, ma con risorse e strumenti più sofisticati. Arricchire il terreno per renderlo adatto alla coltivazione, costruire rifugi per i futuri coloni e se stessi, raccogliere i materiali necessari per espandere la colonia e per sviluppare la sua propria biosfera, un ambiente in grado di sfruttare le risorse del pianeta per la propria sopravvivenza. I primi astronauti, inoltre, avranno ricevuto un training intensivo sia fisicamente che psicologicamente prima di intraprendere la sua missione, e avranno, una volta lì, costante contatto con la Terra attraverso la mail, radio e conferenza video. Infine, Davies e Schulze-Makuch sottolineano che, nell’era della comunicazione, questi primi coloni marziani saranno “più connessi a casa che i primi esploratori dell’Antartide“. Sotto queste ipotesi, l’ONG Azul Ambientalistas, ha proposto una iniziativa globale alla ricerca di questi volontari o neocoloni. In principio, per attirare l’attenzione su vari problemi ambientali che affliggono il pianeta attualmente, e come un secondo ordine, indagare, fino a che punto, ci sono veramente volontari disposti a vivere in un accampamento dello spazio, l’ultima tappa della vita. La registrazione per le nomination saranno aperte fino al 31 dicembre 2012. Gli elenchi di persone che si offrono come volontari verranno inviati alle varie agenzie spaziali che stanno lavorando sulla proposta dei viaggi interplanetari, il tutto nell’interesse di sostenere il progresso di queste missioni. voluntariosparavivirenmarte@gmail.com, è la mail per applicare. Lenin Cardozo | ANCA24 – Hugo E. Méndez U. | ANCA24 Italia

Il prezzo della vita in America Latina

La ragione di un ambientalista, ecologista o conservazionista è in sisntesi la difesa, fino all’ultimo respiro, della vita. È lo sacro, è il punto principale e finale di ciascuna delle nostre lotte. Gli abitanti di questo pianeta, animale e vegetale, la natura ci hanno dato questo dono magico, questo privilegio. Noi ci battiamo per difendere le balene, i delfini, circa per il maltrattamento degli animali avvertiamo sulle diverse specie che sono in via di estinzione. Inoltre, diffondiamo con tutta la nostra veemenza, la difesa dei boschi amazzoni e la foresta boreale o taiga. Apprezziamo il privilegio di avere acqua potabile e siamo a favore del’utilizzo di energie rinnovabili, come ad esempio una forte azione per ridurre le emissioni di CO2, e quindi rallentare il riscaldamento globale che colpisce tutti i continenti. Tuttavia, gli ambientalisti e molti di noi in America Latina, facciamo come lo struzzo, quando si fa prendere dal panico, mettiamo la testa in un buco per non vedere ciò che accade intorno a noi. Come è sempre più svalutato il significato per la vita dei nostri simili. Ad esempio: vengono uccisi ogni anno nella nostra regione circa 200 mila persone, di cui 30 mila sono omicidi su commissione, più di tre milioni di donne sono indotte all’aborto, nello stadio superiore a 14 settimane di gestazione e oltre 200 mila persone muoiono per cattiva pratica medica. Per non parlare di animali da compagnia, la decisione di vita o di morte di questi esseri che fanno parte della famiglia sono nelle mani dei suoi proprietari, la morte degli animali da compagnia per negligenza o atti deliberati dei proprietari o altri, non hanno punizione. A proposito degli omicidi in America Latina, il 70% dei casi non vengono puniti, sia perché non vi è alcuna capacità di ricerca con tanti eventi simultanei, generando l’ozio nella migliore delle ipotesi, per non parlare, di complicità delle forze di polizia . Neigli aborti, il 99% dei casi, sono accettati come qualcosa che non ha dovuto succedere. E le morti per cattiva pratica medica, il 90% delle denunce non sono indagate, semplicemente le cose si lasciano così e quando se indaga comunque non succede nulla. L’impunità è la legge suprema che governa la subregione. Nei decenni appena trascorsi di realismo magico, costumi descritti da Gabriel García Márquez, alla barbarie sud-realistica. Infine, si tarifo la vita su questo subcontinente, dove il suo valore oscilla in base al paese di origine. L’uscita, una sola, dedicare tutti gli sforzi per rafforzare l’educazione, e in maniera massiccia fare gli investimenti di opere pubbliche sostenibile e di ampia portata per generare posti di lavoro e infrastrutture produttive. Scommettere su un nuovo cittadino, gli ambientalisti, protettori della vita. Lenin Cardozo | ANCA24 – Hugo E. Méndez U. | ANCA24 Italia

El Cafè: un arbusto ecològico generador sòlo de bienes al humanus - Testimonio de dos ecopoetas y un novelista

El café (Coffea arábiga L. Fam. Rubicaceae) dador del exquisito café, es un solidario aliado del bosque. Ambos se necesitan, la floresta le da la penumbra indispensable para su vida, el cafeto por su parte le exige al agricultor el mantener la imprescindible fronda selvática de esta manera le retribuirá una segura riqueza honesta. Arbusto pues, ecológico, además hermoso, productor de múltiples haberes al humano, la intensidad del verdor de su follaje dinamiza los matices del paisaje; cuando las florece el vivaz blanco de sus flores unido a su fragancia exalta elementales sentimientos estéticos del agrícola; el carmín de sus frutos al madurar alegra el ámbito rural por aquello nominado en la antigüedad latina la amenitatis ruris, a la cual se suma la esperanza de buenos ingresos económicos para el campesino. La bebida del café es la de mayor consumo en el mundo - después de las alcohólicas -, lo cual garantiza un mercado confiable siempre en crecimiento, su rentabilidad nunca defrauda la inversión. La larga cadena de los espacios comerciales de su industria se traduce también en abundantes ofertas de trabajo, de empleos, en fin. Afirma al respecto el botánico Jesús Hoyos en su libro Frutales en Venezuela (Caracas, La Salle, 1994); “La producción de café en Venezuela en 1984, fue de 61000 toneladas que representó un valor de 575 millones de bolívares” (p. 251). Se comenzó a cultivar en Venezuela entre 1783 – 1784 en las haciendas bordeantes de la ciudad de Caracas. El proceso de ese acontecer lo registra en excelente prosa el escritor Arístides Rojas, en su relato histórico afectivo rotulado LA PRIMERA TAZA DE CAFÉ EN EL VALLE DE CARACAS. Vincúlase a este suceso tres célebres nombres, el sacerdote José Antonio Mohedano, el farmaceuta Bartolomé Blandín y el padre Pedro Sojo. Curiosamente el cultivo de este benefactor arbusto estuvo ligado al desarrollo musical de Caracas y sus alrededores. Dice Arístides Rojas: “Al hablar de la introducción del café en el Valle de Caracas, viene a la memoria el del arte musical, durante una época en el cual los señores Blandín y Sojo, desempeñan importante papel en la filarmonía de la capital. Los recuerdos del arte musical y del cultivo del café son para el campo de Chacao lo que para los viejos castillos feudales las leyendas de los trovadores”…(Oscar Sambrano Urdaneta, Tradiciones venezolanas. Caracas, Ministerio de Educación, 1964. P. 54) Dos poetas venezolanos escriben sobre el cafeto con admirable filia ecológica, en el siglo diecinueve Gonzalo Picón Febres (Mérida, 1860 – Curazao, 1918). Buena parte de la obra lírica de este merideño ejemplar cantó la vida rural de los Andes venezolanos - ¡trovador de la georgicidad! – así también exaltó en uno de sus versos la singular flora de las montañas merideñas – sativa o silvestre – junto a su paisaje de estrechos valles, faldas, vegas paramos y por supuesto el hombre y la mujer campesina pobladores de las aldeas de esta alomada geografía. Compuso este simpático soneto sobre el café (tomado de su poemario Claveles encaramados y amarillos. Curazao, 1983. P.54)-- Gonzalo Picón Febres -----El Café------ En la vega, en la cumbre, en la explanada luce el café sus límpidos verdores y cubriéndose va de blancas flores al sonante bullir de la quebrada. Roja como la espléndida granada y de fragancia henchida y de dulzores, a poco ostenta en ramos vividores la fruta ya meliflua y sazonada. Rico néctar después, fragante humea en taza azul de porcelana china donde el matiz de oro centellea. Y al ascender a la región divina de donde surge el ritmo de la idea Conviértese en estrofa peregrina.---------------------------- En el presente siglo la poeta caraqueña Nada Salas en su poemario Raigambre (Caracas, 2001) celebra el reino vegetal del Planeta Azul en más de cien odas. Sabe leer con sapiencia esta sublime trovadora el espíritu de las plantas. Con la misma devoción por los escenarios botánicos del Nuevo Mundo del cantor de la “Zona Tórrida” Andrés Bello, ella vertió con artisticidad en las estrofas de su opúsculo Raigambre las cantigas de los padres árboles percibidas por el encantamiento del verdor, mediante la constante presencia del entrecruzamiento lúdico de los entes de la naturaleza vegetal con la ventura intima del humano, así pues escribió sobre el benefactor arbusto: -- Nada Salas ---------CAFETO EN FLOR Coffea arabica)------------------------- Reencarnados En heredad de follaje Albean perfumadas Hileras De astros breves En nostálgico arrobo otean la insondable taza celeste desde donde en tiempos idos vertían Sus resplandores Antes que se transformen en cuentas de color antes que el fuego las tueste y el aire se insufle con las cenizas de su blancor antes que su tinto olor humedezca la humildad taza quiero de nuevo cantarle a su ramas consteladas de cándidos brotes. (Raigambre, p. 24).--------------------------------------- El narrador venezolano Manuel Díaz Rodríguez (Caracas, 1871- Nueva York, 1927) relata de manera patética la vida campesina en las aldeas cafetaleras del centro norte Del país en su excelente novel Peregrina (Madrid, 1922). Aunque la fábula del libro teje una tragedia amorosa entre aldeanos, en el fondo sus páginas rinden un hermoso homenaje a este arbusto ecológico, tan importante en la economía de esta región entre los siglos diecinueve y veinte. Con el magistral párrafo final, dicha obra concluye también este escrito para AZUL AMBIENTALISTAS “Imperó de nuevo el silencio y en la noche serena y callada se esparció un olor a jazmín. Ya medio abierta por el día, acaba de abrir esa noche la flor del café. Y al día siguiente amaneció el cafetal todo blanco. Debajo de una sabana de nieve fragante y florida se ocultaban el negro, el verde y el gris de los troncos. Era como si el cafetal se hubiese engalanado en obsequio de la que pronto, inerte y muda, había de pasar bajo el palio de sus jazmines de nieve. Era como si el cafetal se hubiere puesto a urdir y ofrecer, en una misma tela de la naturaleza en flor, a un tiempo el velo de novia y la mortaja de la flor que nació y murió en su lindero, hermana de cándido “abrilito” y de la “azucena” de púrpura, confidente y amiga olorosa “buenas tardes”, compañera de silvestre “no me olvides” y “heliotropos”,… (Manuel Díaz Rodríguez, Obras selectas. Caracas, Edime, 1968. Pp. 459 - 460). ------------------------------- Lubio Cardozo, ecopoeta venezolana