

Pero, ¿cuáles son esos indicadores que
nos permiten inferir tanta estelaridad a favor del planeta Tierra para el año
2015?
El Club de los países contaminantes se siente al descubierto y evidencia temor.
La globalización a través de Internet, herramienta creada y pulida por esos mismos países que envenenan el planeta, que tuvo como fin diseñar una red invisible de comunicación para controlar a distancia a organizaciones o ejecutar en tiempo real sus estrategias, también ha servido para comunicarnos y unirnos. Nos puso en alerta y “accidentes”, como la filtración de documentos clasificados que Wikileaks, colocó de lectura libre en el ciberespacio, nos permitió descifrar, descubrir el “modus operandi” del Club de los contaminadores. Hoy, podemos decir con propiedad “aquí todos nos conocemos y sabemos cuales son los intereses de cada quien”. Y sus intereses (la de los contaminadores), no son los mismos que los del resto de la humanidad y de la vida en general de todas las especies.
El Club de los países contaminantes se siente al descubierto y evidencia temor.
La globalización a través de Internet, herramienta creada y pulida por esos mismos países que envenenan el planeta, que tuvo como fin diseñar una red invisible de comunicación para controlar a distancia a organizaciones o ejecutar en tiempo real sus estrategias, también ha servido para comunicarnos y unirnos. Nos puso en alerta y “accidentes”, como la filtración de documentos clasificados que Wikileaks, colocó de lectura libre en el ciberespacio, nos permitió descifrar, descubrir el “modus operandi” del Club de los contaminadores. Hoy, podemos decir con propiedad “aquí todos nos conocemos y sabemos cuales son los intereses de cada quien”. Y sus intereses (la de los contaminadores), no son los mismos que los del resto de la humanidad y de la vida en general de todas las especies.
Así mismo, ellos ya no pueden ocultar que temen, porque saben que están haciendo mal. Son los responsables directos de que anualmente más de 250 millones de personas sean afectadas por los desastres naturales, producto del cambio climático. Donde su desmesurado estilo de vida ha desencadenado en feroces incendios en Rusia, sequías o masivas inundaciones en Asia y África, sismos, terremotos, tsunamis, huracanes, el deshielo del Ártico y la pérdida de una buena parte de la biodiversidad en cada uno de los continentes.
La salida está en nuestra inteligencia y creatividad, que serán las invencibles armas para detener a los contaminadores y destructores del ambiente. Quienes no compartimos su antinatural conducta, estamos obligados a organizarnos y actuar. Así como ellos han boicoteado, embargado o bloqueado a naciones para asfixiarlas económicamente, igual, y con sobradas razones, el resto de los cada vez más informados habitantes de este planeta lo puede hacer.
¿Por qué comprar un producto fabricado por una nación que contamina el planeta?,
¿por qué consumir un bien si esa nación mata a las ballenas o no defiende sus
bosques?
Somos un gran ejército de millones de pequeños
liliputienses, frente a unos obesos e inconscientes gulliveres, pero nuestros
finos hilos comunicacionales harán las sólidas e irrompibles redes para
atraparlos, reducirlos y frenar definitivamente tanta impunidad ambiental.
Tenemos todo a nuestro favor. ¡ El 2015 será el año!