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sábado, 11 de febrero de 2012

Venezuela: Un país petrolero sin cultura ambiental petrolera

Si bien es cierto que nuestro pais soporta su economia sobre la base de la exploracion y explotacion del petroleo y nos hace ver en el mundo como uno de los grandes exportadores, a lo interno, en sus propias areas operacionales todavia nos falta mucho que aprender en lo referente al manejo ambiental de esa labor. Los derrames operacionales sean pequeños o grandes, no pueden seguir siendo avalados por el tecnicismo de ser algo “normal” o propio de esas actividades. Producimos además de la riqueza que genera la comercialización del petróleo y sus derivados, un inmenso daño cada vez mas irreparable a la naturaleza.
Contingencias como la ocurrida en las cercanías de la ciudad de Maturín capital del Estado Monagas, después del derrame de petróleo acontecido en el Golfo de México, en el Continente, pasa a ser el más significativo, por el impacto que ha hecho al principal reservorio de agua dulce de esa región y a su biodiversidad.
Situación crónica y similar es la contaminación que padece el principal estuario de agua dulce de Latinoamérica, el Lago de Maracaibo, estado Zulia, que sufre dentro de sus entrañas el interminable dolor de poseer miles de kilómetros de tuberías corroídas que filtran cientos de micro derrames al día, la cual lo imposibilita a mantener su capacidad auto regeneradora propio de los cuerpos de agua, perturbando considerablemente los tesoros ecológicos asociados a los bosques de costa de esa región.
El derrame ocurrido sobre el Río Guarapiche de Maturín, permitió que un volumen importante de crudo entrara en contacto con sus aguas y los planes de contingencia accionados solo lograron detener con barreras flotantes el petróleo de la superficie, para luego capturar, es si se quiere, una estrategia que solo resuelve una parte muy pequeña del problema, porque organizativa y tecnicamente no alivia los impactos ecológicos ocasionados. Y es ahi, donde desde la perpectiva de los ambientalistas, hacemos el llamado de atencion: existe un gran activo innombrado, en este caso de vidas, de la fauna silvestre, los afectados sin abogados defensores, los no humanos, las verdaderas victimas de estas contingencias ambientales, que no son atendidos.
Como ambientalistas venezolanos, como dolientes sin intereses políticos o de cualquier índole, que no sea la protección de la naturaleza, de su flora y fauna, de la armoniosa relación de los humanos y el resto de la biodiversidad exigimos ser escuchados ante los siguientes planteamientos:
Los principales aliados de la naturaleza son las organizaciones conservacionistas, ecologistas y ambientalistas y ellas deben ser las primeras convocadas ante aquellas contingencias que genere impacto ambiental.
Todos los ciudadanos y ciudadanas que habitan en las áreas sensibles a este tipo de contingencia petrolera, deben estar capacitados para auxiliar a la biodiversidad que se vea afectada por estos derrames. Para ser parte de la solución necesitamos el conocimiento, un adecuado entrenamiento para el rescate de la fauna y flora silvestre y no vetar la voluntad de ayudar por temores comunicacionales o políticos.
Las aves petrolizadas, mamíferos y demás especies, deben ser auxiliadas, atendidas en este tipo de contingencias, así sea una sola vida la que se salve, defender el derecho a la vida es nuestra razón de ser como ambientalistas y a ello nos debemos. En este territorio todos los venezolanos (humanos y no humanos) tenemos los mismos derechos a ser protegidos.

6 comentarios:

  1. Solo una sugerencia. Si el artículo nos es suyo, debería aclararlo. Parece escrito por usted. Y si no es así, cabe la aclaratoria

    Saludos

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  2. Muy bueno tu articulo amigo Lenin. Es cierto aquí los derrames petroleros y la contaminación industrial se ve como "normal", asi como criticamos los derames de la BP, Exxon, ets; igualmente debemos decir los daños ambientales que hacen PDVSA y sus contratistas. Saludos

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  3. Lenin, cuál es su propuesta como trabajador de PDVSA para evitar el desastre ambiental que la misma esta causando a nuestro país, desviando la atención de su razón de ser para ser parte de la política y en consecuencia desatendiendo situaciones como las ocurridas recientemente donde el ecosidio es brutal.

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  4. En Venezuela he trabajado toda mi etapa laboral en PDVSA y lamento haber sido un testigo silencioso ante los permanentes derramenes de petroleo que han ocurrido y que a diario ocurren en nuestro bello Lago de Maracaibo. No he sido un autentico ambientalista, mas bien un ambientalista comodo para no decir cobarde. Me falto coraje, me doblego el compromiso de ayudar a mi familia directa, debi haberme ido hace tiempo de la industria, no se puede vivir con dios y con el diablo. Acepto mi culpa.

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