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Solo a partir de un nuevo orden mundial, que tenga como primera premisa la defensa del ambiente, lograremos la salida para frenar los efectos que producen el cambio climático en el planeta. Hasta ahora, las cumbres climáticas, se han desarrollado guiadas por los intereses de los países contaminantes.
De que nuevo orden de naciones estamos hablando?
Se requieren, nuevas alianzas político/económicas, capaces de reagrupar a la mayoría de las naciones con el fin de acordar verdaderas salidas al tema ambiental. Hasta ahora muchos de los países afectados, ingenuamente, han venido haciéndoles concesiones al Club de los contaminantes, bajo, las promesas engañosas, de que obtendrían apoyos financieros a posteriori. Promesas hechas en la cumbres pasadas, que nunca se concretaron, y que nuevamente, con ese mismo “modos operandi”, se manejaron en la Cumbre de Cancun. De la misma manera, como no entienden o aceptan, el daño que se le esta produciendo a el planeta, en esa igual medida, la anticuada diplomacia kissingeriana, sigue actuando bajo las premisas del engaño, coacción y sobornos a funcionarios y gobiernos de precarias economías. La misma Comunidad Europea, bajo el liderazgo de Francia y España, también se plegaron a las seductoras y engañosas, maniobras financieras. Igual ocurrio, con algunas naciones del Africa, altamente impactadas por la sequías y hambrunas, que en las ultimas cumbres, “vendieron su alma” o futuro, apostando a un supuesto crédito “instantáneo” o bono de “lealtad”, que nunca llego. Firmaron, dos y tres veces, sus propias “actas de defunción” a los enemigos de la naturaleza.
Muy diferente es la circunstancia que rodea a Rusia, que por ser un país victima del cambio climático, se convierte en un aliado natural, para defender esta causa. Tal ha sido su preocupación, que su primer ministro, Vladímir Putin, culpó al cambio climático de la sequía y los incendios forestales, que arrasaron cerca de un millón de hectáreas en sus bosques en Junio del 2010. "El clima está cambiando. Este año en Rusia comprendimos muy bien la actualidad de los problemas climáticos, cuando nos topamos con los incendios forestales", señalaba Putin. De ahí, que en su condición de nación, líder de la Federación Rusa, en alianza con Alemania, nación fuerte de la Comunidad Europea, pudieran nuclear, un primer grupo de países dispuestos a tomar iniciativas para disminuir la producción de CO2. Rusia además, tiene el poder de convocatoria, para lograr que una parte importante de las naciones árabes los acompañe en esta cruzada para salvar el planeta. Igual posibilidad, aportarían las naciones que hoy sufren los embates del cambio climático, que se encuentran, en una buena parte, en Asia y Africa. Ellas, están en la urgencia y obligación de hacer sus propias organizaciones subcontinentales para sobrevivir. En una estrategia similar, se debe profundizar, las propuestas subregionales de Centro, Sur América y el Caribe. Estaríamos hablando entonces, de seis acuerdos de integración unidos para el control del cambio climático, que harían sinergia y mayoría, ante una nueva convocatoria de las Naciones Unidas, para obligar a los contaminantes a tomar acciones supervisadas.
Lo oficial debe reagruparse, desde la nueva lógica ambiental, para lograr los acuerdos requeridos. Pero lo no oficial, lo no gubernamental, debe en la misma manera, organizarse y fortalecerse, en cada localidad, ciudad o nación y hacer lo suyo. Donde el único protagonista, será la defensa de la vida de todas las especies.
De que nuevo orden de naciones estamos hablando?
Se requieren, nuevas alianzas político/económicas, capaces de reagrupar a la mayoría de las naciones con el fin de acordar verdaderas salidas al tema ambiental. Hasta ahora muchos de los países afectados, ingenuamente, han venido haciéndoles concesiones al Club de los contaminantes, bajo, las promesas engañosas, de que obtendrían apoyos financieros a posteriori. Promesas hechas en la cumbres pasadas, que nunca se concretaron, y que nuevamente, con ese mismo “modos operandi”, se manejaron en la Cumbre de Cancun. De la misma manera, como no entienden o aceptan, el daño que se le esta produciendo a el planeta, en esa igual medida, la anticuada diplomacia kissingeriana, sigue actuando bajo las premisas del engaño, coacción y sobornos a funcionarios y gobiernos de precarias economías. La misma Comunidad Europea, bajo el liderazgo de Francia y España, también se plegaron a las seductoras y engañosas, maniobras financieras. Igual ocurrio, con algunas naciones del Africa, altamente impactadas por la sequías y hambrunas, que en las ultimas cumbres, “vendieron su alma” o futuro, apostando a un supuesto crédito “instantáneo” o bono de “lealtad”, que nunca llego. Firmaron, dos y tres veces, sus propias “actas de defunción” a los enemigos de la naturaleza.
Muy diferente es la circunstancia que rodea a Rusia, que por ser un país victima del cambio climático, se convierte en un aliado natural, para defender esta causa. Tal ha sido su preocupación, que su primer ministro, Vladímir Putin, culpó al cambio climático de la sequía y los incendios forestales, que arrasaron cerca de un millón de hectáreas en sus bosques en Junio del 2010. "El clima está cambiando. Este año en Rusia comprendimos muy bien la actualidad de los problemas climáticos, cuando nos topamos con los incendios forestales", señalaba Putin. De ahí, que en su condición de nación, líder de la Federación Rusa, en alianza con Alemania, nación fuerte de la Comunidad Europea, pudieran nuclear, un primer grupo de países dispuestos a tomar iniciativas para disminuir la producción de CO2. Rusia además, tiene el poder de convocatoria, para lograr que una parte importante de las naciones árabes los acompañe en esta cruzada para salvar el planeta. Igual posibilidad, aportarían las naciones que hoy sufren los embates del cambio climático, que se encuentran, en una buena parte, en Asia y Africa. Ellas, están en la urgencia y obligación de hacer sus propias organizaciones subcontinentales para sobrevivir. En una estrategia similar, se debe profundizar, las propuestas subregionales de Centro, Sur América y el Caribe. Estaríamos hablando entonces, de seis acuerdos de integración unidos para el control del cambio climático, que harían sinergia y mayoría, ante una nueva convocatoria de las Naciones Unidas, para obligar a los contaminantes a tomar acciones supervisadas.
Lo oficial debe reagruparse, desde la nueva lógica ambiental, para lograr los acuerdos requeridos. Pero lo no oficial, lo no gubernamental, debe en la misma manera, organizarse y fortalecerse, en cada localidad, ciudad o nación y hacer lo suyo. Donde el único protagonista, será la defensa de la vida de todas las especies.
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