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sábado, 26 de septiembre de 2015

METAECOLOGÍA: ¿Cómo armó Bello su composición lírica Alocución a la Poesía?

                                                         "Las cosas bellas son difíciles.,"

                                              Platón, Hipias Mayor (Frase final   del diálogo en boca de Sócrates).


Yace, detrás de la escritura lírica de ALOCUCION A LA POESIA (Londres, 1823), una- dilatada experiencia de laboreo_ intelectual. ¿Cómo armó Bello el poema? El primer recurso utilizado -básico, sustentador- lo constituye la cabal sabiduría del escritor sobre el ser de la poesía, valga decir: arte composicional, métrica, retórica, historia de la ódica occidental desde los griegos hasta la literatura española contemporánea a él, afortunados conocimientos de las lenguas griega, latina, castellana, dinamizado ello por el permanente pensar, teorizar sobre dichas disciplinas intelectuales. Trasmutados esos saberes en energía nutriente a nivel puro de su creatividad.

Representa el segundo impulso el insoslayable reto moral de cantar al Nuevo Mundo, a la geografía abarcada por las antiguas colonias españolas, en el momento cuando devienen a conformar volitivamente un perfil propio, autónomo, definido, radical, cual expresión espiritual y política exigido por la Guerra de Emancipación de esas provincias. Nominó Bello, con precisión geodésica, esas extensiones del Nuevo Continente la "Zona Tórrida", la comprendida entre el Trópico de Cáncer del hemisferio borejí, el Trópico de Capricornio del hemisferio austral, divididos por el círculo máximo del Ecuador, pero sólo el ámbito circunscrito al Nuevo Mundo. Mas ¿cómo pudo Bello concebir para luego plasmar en sus dos grandes silvas esta enorme visión cosmográfica?. e o Había nacido en Caracas en 1781, antes de cumplir los treinta años viajó a Londres (1810) donde residenciará hasta 1829 cuando se traslada a Santiago de Chile, en esa ciudad transcurrió el resto de su vida, murió en 1865. Cubrió apenas su existencia en "Venezuela los espacios del valle de Caracas, sus aledaños, también algo de la región de Aragua; estudió su paisaje nativo, amicus arborum señaló testimonios de algunos de ellos en sus primera trovas: el Mcoco altivo", el samán, el sauce. Es, sin embargo, en la capital de Inglaterra donde el poeta una percepción totalizante del Nuevo Mun­do obtendrá: se la prodigó su lectura de la monumental obra científica del sabio ale­mán Alejandro de Humboldt Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, (U,tutuC editafMren   traducida al ingles en ese idioma Bello la leyó.

Revela Humboldt por primera vez a los hispanoamericanos, en todo su esplendor, reali­dad, riqueza, temperie, la ti^ra donde nacieron, habitan, perecen. Nadie hasta ese mo mentó había descrito con tanta exactitud, exhaustividad la Zona Tórrida de esta par­te del planeta; por eso Bolívar en carta de 1820 define a Humboldt "el descubridor científico del Nuevo Mundo". Este hallazgo de la majestad natural del Nuevo Continen­te, no al través de una experiencia vivencial sino por la aventura de transitar las páginas del libro mencionado de Humboldt, significó el segundo incentivo para Bello escribir sus dos silvas novomundanas, ALOCUCláN A LA POESÍA, LA AGRICULTURA BE LA ZONA TÓRRIDA (Londres, 1826).

El tercer horizonte estructurante de las dos grandes composiciones de Bello la libertad se llama: el emerger en esos años con insólita fortitud la Idea junto al sentimiento de la libertad en el Nuevo Mundo. Botaron las guerras por la independen­cia de las antiguas colonias españolas en América (I8IO-I824) a sus habitantes de un concepto de la emancipación de la sociedad absolutamente novedoso, ennoblecedor, trans formador para la humanidad occidental. Se fusionaron por primera vez en la mente del humanus el vocablo libertad con su Idea, con su ser. Los niveles sociales de la polí­tica, de la democracia, del republicanismo, de la sexualidad, de la familia, de lo económico quedaron comprendidos en esa autonomía, conducidos por un nuevo género hu­mano, el mestizo: "Nosotros somos un pequeño género humano} poseemos un mundo apar­te; cercado por dilatados mares, nuevo en casi todas las artes y ciencias"...(Bolí­var, Carta de Jamaica, 1815); (•••) "no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles.” (Bolívar, Discurso de Angostura 1819). Manifestóse también esta revolución en el lenguaje, en la gramática; uNo ten­go la pretensión de escribir para los castellanos. Mis lecciones se dirigen a mis hermanos, los habitantes de Hispano América" (A. Bello, Gramática. 1847» "Prólogo"); marcó también su perfil esta esencial rebeldía en la lírica. La nueva percepción de la conducta del humanus brotada con la Guerra de Independencia Bello por los ríos de sus versos la transmites Había arribado la gran oportunidad para desarrollar, expan­dir la espiritualidad, desalojar de manera definitiva en los liberados espacios de la Zona Tórrida a las expresiones dogmáticas de la cultura europea, sobre todo de la española. Si la Poesía (con P mayúscula) significa la divinidad esenciante de los versos, la Diosa de la creatividad - poietiké- entonces el poeta adecuadamente el término usa cuando inicia su poema con estos versos,
"Divina Poesía, tú de la soledad habitadora, a consultar tus cantos enseñada con el silencio de la selva umbría, tú a quien la verde gruta fue morada, y el eco de los montes compañía; tiempo es que dejes ya la culta Europa, que tu nativa rustiquez desama, y dirijas el vuelo adonde te abre el mundo (...) su grande escena."
*
"Las cosas bellas son difíciles" dice Platón por boca de Sócrates en el diálogo Hipias Mayor. Iluminar con la belleza la lírica de ALOCUCION A LA POESÍA, LA AGRI­CULTURA. DE LA ZONA TÓRRIDA exigió un labore^ en ningún momento fácil. Además de la intuición intelectual de Bello, de sus conocimientos sobre la composición poética, de la rítmica de los versos, de la musicalidad de las estrofas, requirió de la fortitud moral, espiritual, de allegar a esos dos poemas cardinales los horizontes estructurantes ya mencionados. Necesitó de su sabiduría escritural, de la energía heroica de la Guerra de Independencia, de la nueva visión de la libertad, del espa­cio existencial de la Zona Tórrida, la
..."fecunda zona,
que al Sol enamorado circunscribes el vago curso, y cuanto ser se anima en cada vario clima"...
de su admiración por Alejandro de Humboldt cuyo raigal texto Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente (1807) dejó sugestivas señales en esas dos sil­vas. El armónico entrecruzamiento de dichos estratos en su unidad esencial elevó estos dos poemas básales de la lírica hispanoamericana hacia el Sol, para tomar un poco de su calidez, de su luz, de poesía, de eternidad.
                                             
                                                                                                                                                                
 Lubio Cardozo, poeta ambientalista venezolano

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