El Concilio de Luz es la máxima instancia de sabiduría, estrategia y unión solariana. No es un gobierno ni un ejército. Es un círculo ancestral de consciencia planetaria, donde convergen las fuerzas vivas del planeta y su historia luminosa. Surgió en el año 2999, cuando las señales del retorno del Capitán Carbón comenzaron a emerger desde las profundidades del sistema solar.
Su sede es el Templo Solar Flotante, una estructura suspendida sobre la línea del ecuador terrestre, construida con tecnología heliocristalina y arquitectura de plasma. Solo se manifiesta cuando el planeta entra en estado de emergencia lumínica.
¿Quiénes integran el Concilio de Luz?
Cada miembro del concilio representa una región solar activa del planeta, y su legado está vinculado tanto a la espiritualidad solar como a la ciencia regenerativa. Son faros vivientes, guardianes de la sabiduría antigua y futura:
Solian, el Primer Radiante, líder de los Solarianos y protector del Equilibrio Solar. Su palabra guía y su presencia armoniza los campos energéticos del concilio.
La Reina Solar de Nubia, soberana de las tierras donde el Sol ha sido venerado desde los albores. Su diadema refleja la luz milenaria del Nilo Solar. Experta en diplomacia solar y sanación luminosa.
El Monje Fotón del Himalaya, un anciano de mirada eterna, cuyos pensamientos controlan campos electromagnéticos. Vive en un monasterio heliolítico y se comunica a través de pulsos solares.
El Sabio del Amazonas Solar, protector de los códigos bioluminiscentes y de la inteligencia vegetal solar. Domina la simbiosis entre flora ancestral y nanotecnología solar.
La Guardiana del Atardecer Andino, estratega militar y poetisa de la luz, entrenada en los valles donde se fusionaron la cosmovisión inca y la ciencia fotónica. Su armadura está hecha de cobre solar.
El Chamán del Desierto Luminoso, guía espiritual de los pueblos solares del Sahara. Porta la Llama Eterna de Orich, una energía solar que no se apaga ni en la sombra total.
¿Por qué es tan importante este Concilio?
Frente a la amenaza del Capitán Carbón y sus aliados neomarcianos —que buscan apagar el corazón del planeta y devolverlo a una era oscura de combustibles fósiles, esclavitud energética y caos atmosférico—, el Concilio es el último bastión de sabiduría organizada.
Ellos no solo coordinan las acciones de defensa de la Nueva Confederación Solar, sino que activan las redes de luz planetaria: una malla de estructuras solares invisibles, enterradas en los nodos energéticos del planeta desde la era precolapso.
El Concilio representa la unión de los pueblos solares. Su fuerza no reside en la dominación, sino en la resonancia. Cuando actúan al unísono, el Sol mismo responde.
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