Hace 191 años, mientras que en aguas del Lago de Maracaibo las fuerzas republicanas sellaban la independencia venezolana en una aplastante victoria frente a la escuadra realista, en la costa comenzaba a tejerse la particular historia de una comunidad de indígenas Añú, que habitaban entre extensos bosques de manglares y que fueron testigos de excepción de aquel momento glorioso.
Los relatos que han pasado de generación en generación hablan de un soldado español, Miguel Ortega Morán y García, quien logra llegar a tierra firme luego de resultar gravemente herido en el combate y que es acogido por los Añú, quienes curan sus heridas.
Una vez recuperado, decide echar raíces en aquel paradisíaco lugar luego de ser cautivado por una bella mujer indígena de nombre Aniin. Trovadores zulianos hablan del amor que Aniin le inspiró, inmortalizándolo en sentidos versos, como los que nos entrega Miguel Ordoñez:
Esta historia transcurrió hace casi dos siglos en las cercanías de lo que hoy es el pueblo de Santa Rosa de Agua en la ciudad de Maracaibo, en la comunidad que recibe el nombre de Capitán Chico en honor a aquel español que los ayudó a mejorar sus técnicas de navegación, sus métodos para la pesca y defensa frente a los invasores.
Los descendientes de aquellos Añú son hoy día una población de gente trabajadora, valiente y hospitalaria, muchos de ellos dedicados a la actividad pesquera. Aquellos manglares que impresionaron al Capitán Miguel Ortega Morán y García, conforman en la actualidad el único pulmón verde de la ciudad de Maracaibo, el Parque Eco-Turístico Tierra de Sueños, que resguarda entrañablemente la identidad y la razón de ser de esta comunidad.
Cada 24 de julio Capitán Chico celebra un año más de su fundación y de su compromiso histórico de ser custodios de un tesoro natural de incuantificable valor ecológico, científico, cultural y turístico.
Fanny Reyes / Lenin Cardozo
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